Se dio el mejor escenario (posible) para Unión por la Patria. El triunfo en primera vuelta resultaba improbable para todas las fuerzas. La alianza oficialista entendía entonces que el piso era llegar al balotaje, y el techo era dar vuelta los resultados de agosto. Finalmente fue lo que sucedió. La fórmula presidencial Sergio Massa – Agustín Rossi obtuvo el 36% de los votos imponiéndose como primera fuerza y llegando competitivo al balotaje de noviembre.
Javier Milei no puso superar el piso obtenido en las primarias de agosto y se mantuvo en el 30% sobre el 23% de Patricia Bullrich, candidata de un Junto por el Cambio que enfrentara un futuro incierto. Milei rápidamente deslizó gestos hacia la alianza opositora. Será esencial sumar apoyos para llegar con perspectiva a noviembre y no repetir la historia del 2003, cuando Carlos Saúl Menem, aun siendo ganador en los comicios, decidió renunciar a la contienda contra un casi desconocido Néstor Kirchner.
¿Cómo logró UP dar vuelta la elección y mostrarse fuerte de cara noviembre?
Las primeras aristas están por fuera del frente oficialista e implican la debilidad de los otros espacios. La triste performance de JpC, con Bullrich como candidata, explica en gran medida el fortalecimiento del peronismo. Carcomida por su tensión interna y desgastada por su fracaso en la gestión 2015-2019, la que supo ser la principal alianza opositora no pudo superar el desdibujado tercer lugar en el que fue depositado y llegó tarde a mostrarse con chances de competir.
Tendrá que superar indemne intensos desafíos para poder sobrevivir tal como se la conoce. Restara ver como se mueve la Unión Cívica Radical y el ala centrista del PRO (representada por Horacio Rodríguez Larreta) ante los sucesivos llamados a la unidad nacional que Massa ha enunciado, amén de las constantes agresiones que Milei ha disparado contra estos sectores que componen JpC. Las próximas semanas serán cruciales en este sentido.
El otro punto importante fue la estrategia caótica y desordenada de La Libertad Avanza, que en un primer momento, luego de las elecciones primarias, intento hacer un llamado a la amplitud, pero cayó presa de su propio cambalache y apuntó durante las últimas semanas a consolidad su electorado más duro. Discursos negacionistas, fundamentalismo del libre mercado, mensajes violentos, declaraciones polémicas y maniobras desestabilizadoras. Todo eso fue LLA en las últimas semanas, y evidentemente, eso generó una reacción en gran parte de un electorado disgustado con el gobierno, pero no dispuesto a enfrentar un abismo de incertidumbres.
Todo parece indicar que las próximas semanas veremos a un Milei dialoguista, centralmente para tratar de seducir al electorado de JpC, mostrarse capaz para la gobernabilidad, con espalda política y estructura. Tendrá que surfear la dura caída anímica que supone pensarse triunfador el primera vuelta, para luego pelear un balotaje desde el segundo lugar. Todo dependerá la de capacidad de maniobra de una fuerza que no ha demostrado tener esta habilidad aceitada. De esto dependerá que el escenario sea el de pelear cabeza a cabeza el balotaje, o el de bajarse antes de tiempo para evitar el bochorno.
Ahora bien, UP ha generado sus propias condiciones para lograr la victoria de este domingo. En primer lugar cabe destacar la excelente elección en la provincia de Buenos Aires, que no solo implica el triunfo de Axel Kicillof por casi 20 puntos de diferencia de Néstor Grindetti de JpC, sino también los excelentes números obtenidos en intendencias claves de la primera y tercera sección electoral de la provincia, donde no solo ha retenido partidos sino también conquistado nuevos como Lanús.
La parada en provincia de Buenos Aires era crucial para el kirchnerismo en cuanto fuerza mayoritaria de UP. La victoria de Kicillof, no solo mantiene con vida el bastón de mariscal cedido por Cristina Fernández de Kirchner, sino que se le asigna un claro y merecido lugar como sucesor. La batalla bonaerense es la gran contienda del kirchnerismo, donde entre gobernación e intendencias, sostendrá el refugio para reconstruirse.
Por otro lado, UP ha logrado dar vuelta los resultados en importantes provincias como Tierra del Fuego, Santa Cruz, Rio Negro, La Pampa, La Rioja, Tucumán, Corrientes y Entre Ríos. Así también logró sumar votos en casi todas las provincias, reconfigurando el mapa en relación al marcado violeta libertario que pintaba casi todo el territorio nacional en las PASO. La campaña de Massa y los acuerdos con gobernadores ayudaron al proceso, centralmente en el norte grande, donde los porcentajes subieron significativamente.
Pero en la política, más aun en momento de crisis, no todo es aparatos y estructuras partidarias. El candidato cuanta con el arma de doble filo de también ser ministro de Economía, y eso puede repercutir positivamente o negativamente en su campaña. Ante la delicada situación de la economía, haber evitado que todo explote ya parece ser bastante. Y en sí, lo ha logrado, incluso bajo una fuerte presión devaluatoria e inflacionaria. Esto ha hecho que la campaña gire en torno a la figura del ministro de “las papas calientes”.
Si bien la mayoría de las medidas adoptadas han sido paliativas, si hay cuatro que se han destacado por marcar un avance: la devolución del IVA en alimentos, la reducción del impuesto a las Ganancias, el registro de solicitantes de lotes con servicio y el refuerzo de ingresos para trabajadores informales. Este será el rumbo a seguir si pretender surfear la ola de los tiempos venideros, y si tiene la posibilidad de llegar a la presidencia, con un mercado caldeado y un Congreso tan diverso como hostil.