En su habitual conferencia de prensa el vocero presidencial, Manuel Adorni, sostuvo que “El Presidente no cometió nada de lo que tenga que arrepentirse” y agregó: “Lo que Lula pretenda, está dentro de sus deseos, lo respetamos, pero el Presidente no ha cometido nada que lo que tenga que arrepentirse”.
Es que esta mañana habló Lula da Silva y la razón por la que evitó cruzarse con Javier Milei durante la cumbre del G7 en Italia: “No conversé con el presidente de la Argentina porque creo que tiene que pedir disculpas a Brasil y a mí. Él dijo muchas pavadas. Solo quiero que él pida disculpas, a mí y al pueblo de Brasil”.
“El pueblo brasileño y argentino es mayor que los presidentes. Ellos quieren vivir bien, quieren vivir en paz. Si el presidente de Argentina quiere gobernar Argentina está bien, que no intente gobernar el mundo”, agregó Lula en la entrevista para el portal UOL.
Hace un par de semanas se celebró la cumbre del G7 en la ciudad de Apulia, los líderes de Italia; Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón se reunieron en su habitual encuentro donde además invitaron a presidentes de otros países como Brasil y Argentina.
En esa cumbre, tanto Milei como Lula evitaron cruzarse. Fueron dos giras distintas, mientras el argentino no tuvo tantos eventos bilaterales, Lula da Silva aprovechó su presencia en la cumbre del G7 para reunirse con la mayoría de los jefes de estado presentes, entre ellos, Emmanuel Macron, la presidente de la Unión Europea Ursula Von der Leyen, el primer ministro de India Narendra Modi, Recep Erdogan, el Papa Francisco, entre otros.
Tal es el malestar del mandatario brasileño con Javier Milei que hasta en la foto grupal quedaron uno en una punta y el otro en otra. Entre las causas del conflicto está la relación personal entre Bolsonaro y el presidente argentino.
La semana pasada Brasil pidió al gobierno de Milei información sobre el paradero de 143 brasileños prófugos por el intento de golpe de Estado, el pasado 8 de enero de 2023 en Brasilia. Es que existen sospechas de las autoridades brasileñas respecto a que un grupo de bolsonaristas se refugia en Argentina se debe a la simpatía que el gobierno de Javier Milei sostiene con el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro.
El Gobierno brasileño quiere saber si esos 143 brasileños están en Argentina y en qué condición, sobre todo si pidieron ser reconocidos como refugiados o asilados políticos. Esta última es la que más podría complicar una eventual extradición.
En tanto, la respuesta del vocero presidencial de Argentina, Manuel Adorni dijo que “hubo una confusión con respecto al tema de los posibles refugiados o personas que piden asilo: aseguró que “no depende del gobierno” y que “cada caso se analiza”. Por su parte, Lula explicó que sobre algunos de los fugados existen ya sentencias firmes y que su gobierno analiza si pedirá formalmente la extradición o exigirá que, “en caso de que no quieran venir, que vayan presos en Argentina”.
A pesar de todo el malestar entre los mandatarios, Lula da Silva aclaró que “no va a crear cizaña” entre ambos países. Los presidentes volverán a encontrarse el próximo 8 de julio en Asunción, en el marco de la cumbre semestral del Mercosur, en la que tanto Milei como Lula confirmaron asistencia.
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