Este domingo en Francia volvieron a las urnas, el Nuevo Frente Popular (NFP) ganó con 182 bancas; el Ensemble, partido de Emmanuel Macron quedó en segundo lugar con 168 escaños y en tercer lugar, Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen con 143 diputados.
El partido de Le Pen que en la primera vuelta había quedado en primer lugar, en esta contienda quedó tercero. El Frente Popular y el Ensemble lograron frenar el avance de la ultraderecha francesa.
La estrategia que usaron fue a partir de Jean-Luc Melenchon, quien fue el primero en proponer la renuncia de los candidatos que habían quedado en tercer lugar de su partido en distintos distritos, además llamó al partido de Macron a hacer lo mismo. El objetivo era que los votantes optaran por una única alternativa contra la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional. Lo que efectivamente funcionó.
La extrema derecha había ganado la mitad de los distritos en la primera vuelta. Fue la fuerza más votada y tiñó de azul gran parte de Francia. Sin embargo, el voto se movió en la segunda votación. Reagrupamiento Nacional se vió superada en muchas regiones donde había ganado en la primera vuelta, superada por Ensemble o el Nuevo Frente Popular.
Entre las ideas pilares del programa del NFP está la de aumentar el salario mínimo, derogar la reforma macronista que aumentó la edad de la jubilación de 62 a 64 años y congelar los precios de productos de primera necesidad.
En un contexto de crisis europea el electorado busca la respuesta a los problemas económicos, de vivienda y de desempleo que se agravaron luego de la pandemia de COVID-19 y la Guerra en Ucrania. Cabe destacar que los nacionalismos europeos como el partido de Marine Le Pen culpan a la migración de la crisis que atraviesan y la solución que proponen es “ser más nacionales y menos europeos”. Aunque RN quedó en tercer lugar en las elecciones el gran perdedor es el gobierno.
Los desafíos del gobierno de Macron
El domingo 9 de junio, después de perder las elecciones europeas, el presidente Emmanuel Macron causó un gran revuelo político. Disolvió la Asamblea Nacional y convocó a nuevas elecciones. La extrema derecha de Agrupamiento Nacional (RN), que ganó la primera vuelta, tenía grandes expectativas de obtener una mayoría de diputados en el balotaje.
En apenas cuatro días, La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS), el Partido Europa Ecología Los Verdes (EELV) y el Partido Comunista (PCF) formaron una coalición de izquierda, el Nuevo Frente Popular (NFP). Esta coalición, con un programa y candidatos comunes, logró obtener la mayoría relativa en la Asamblea Nacional, alcanzando alrededor de 190 diputados. Sin embargo ninguno de los partidos obtuvo mayoría en la cámara baja del Parlamento.
Esta mañana el primer ministro, Gabriel Attal, intentó renunciar pero Macron le pidió que permanezca en su cargo para “garantizar la estabilidad” luego de las elecciones parlamentarias del domingo. Sin embargo, los partidos del Nuevo Frente Popular buscan proponer esta misma semana el nombre de un primer ministro con la intención de que sea el elegido por Macron, con el argumento de que tras los comicios del domingo son la primera minoría de la Asamblea Nacional por el número de diputados.
Según el artículo 8 de la Constitución de la Quinta República Francesa, el Presidente nombra al Primer Ministro y aunque nada obliga a Macron a elegir a un primer ministro de la izquierda es cierto que para mantener la confianza en la Asamblea Nacional es una posibilidad.
Emmanuel Macron deberá gobernar tres años más sin mayoría legislativa y muy cuestionado por distintos frentes, sin mayoría y con la posibilidad de sufrir una moción de censura si no acuerda con la izquierda. Es cierto que sirvió hacer alianzas contra la extrema derecha, pero no es el partido que más perdió en esta elección.