Se realizó la segunda edición de la Alternativa Social Mundial, busca la “unidad entre los pueblos y la construcción de un mundo común con problemas actuales para la consolidación de una nueva alternativa”. En esta oportunidad se debatió sobre los peligros de la extrema derecha en el continente y cómo se puede trabajar en conjunto para revertir ese escenario.
En este sentido, el secretario ejecutivo de ALBA-TCP, Jorge Arreaza sostuvo que es necesario “crear consensos mínimos comunes y que desde los gobiernos se orienten las políticas consensuadas con los movimientos sociales y los pueblos del mundo”. El ex vicepresidente venezolano también remarcó que este intercambio de ideas, experiencias y mínimos comunes pueden aportar para que “los partidos pequeños de resistencia puedan proponer un plan de gobierno o si llegan al gobierno sepan qué hacer: salud, educación, vivienda”.
En el mismo panel, participó el sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón, quien agregó: “Una cosa es la lucha que puedan hacer los movimientos por sí mismos y otra cosa es hacer algo articulado, como una movilización mundial, porque la acción de articulación tiene más impacto no sólo en la calle sino también en las redes sociales”.
También se expresaron críticas a los gobiernos progresistas por no profundizar en políticas estructurales: “No queremos más capitalistas vacíos, somos socialistas, tenemos fe en la humanidad, no es necesario que la vida sea soportable, debemos creer en el socialismo porque es la única salvación para el planeta”, sostuvo el historiador indio y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social, Vijay Prashad.
Una preocupación que pasó por todas las intervenciones fue la del avance de la extrema derecha del continente, como lo manifestó el canciller venezolano, Yván Gil: “Tenemos un objetivo común que es derrotar al imperialismo y al neocolonialismo”.
Desde el 2014, Venezuela viene también enfrentando el desafío de derrotar al fascismo e impedir la violencia contra las clases populares, agregó Gil, que también se puede comparar con lo que sucede hoy en Argentina bajo el gobierno de Javier Milei, que busca romper la economía para que los movimientos populares no puedan avanzar.
Todos los panelistas hablaron de la necesidad de una articulación de la izquierda a nivel mundial para ofrecer una alternativa real para una vida digna a los pueblos. Lo que demuestra una vez más el objetivo de este segundo encuentro en promover la unidad y el diseño de una agenda política que blinde a la región latinoamericana y caribeña contra los ataques imperialistas y neocoloniales de esta nueva época.
Comunicación y resistencias
En este sentido se piensa a la comunicación como herramienta y se discutió el papel de los medios de comunicación en la geopolítica actual. Durante su intervención, Patricia Villegas, presidenta de Telesur denunció un plan en marcha para atentar contra la voluntad popular del pueblo venezolano al perfilar la idea de un fraude electoral en los comicios, por lo cual es nuestro deber actuar para divulgar la verdad sobre Venezuela, expresó.
Villegas propuso que los periodistas con su propia experiencia deben actuar desde esa perspectiva para dar la batalla comunicacional contra el relato hegemónico, algo que ha hecho teleSUR a lo largo de los años. “Nuestra participación debe ser notable, podemos fisurar ese relato hegemónico. Una de las claves del movimiento de comunicación contra hegemónico es que debemos trabajar de forma más coordinada”, agregó Villegas.
Las intervenciones en este panel buscaron demostrar que no hay sólo un ejemplo de resistencias, como afirmó el comunicador cubano Dayron Roque, que expuso que la Revolución Cubana también ha sido una expresión de la resistencia al intentar quebrar la dominación desafiando, al mismo tiempo, el consenso capitalista (y, a veces, también los «consensos» dentro de la zona de lo que se llama socialismo) y el uso de la fuerza (en un sentido amplio de lo que puede ser el término fuerza) contra ella, dijo.
“No es por gusto que los medios de comunicación hegemónicos, en esta era, reivindiquen como suyos esos conceptos de la derecha o, y esto lleva un estudio aparte, resemantiza lo que es el mal, la injusticia, la debilidad, la feminidad y el feminismo, la pobreza, la torpeza, la oscuridad y la muerte misma; solo hay que mirar, por no ir más lejos, el esperpento que hoy ocupa la Presidencia de la nación argentina”, destacó Roque.
También se mostró el caso de Brasil, donde se da una construcción de medios empresariales desde el capitalismo, como más un espacio de producción de mercancía, como lo hace la Red Globo, que a partir del apoyo de la dictadura brasileña construyó un poder dominante en términos de comunicación y que influencian al exterior sobre la imagen común de lo qué es “Brasil”, por ejemplo con las telenovelas. Esta fue la reflexión abordada por Vivian Fernandes, coordinadora de Comunicación de la Asamblea Internacional de los Pueblos y colaboradora de la agencia Brasil de Fato.
Sin embargo, cuenta Fernandes, que con el expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro y sus partidarios, se dio una acción coordinada contra la Red Globo a través de una red paralela de información por medio de las redes sociales, que incluso a una productora audiovisual de la ultraderecha a través de la producción de noticias “Brasil paralelo”.
Los expositores pusieron el énfasis en trabajar la articulación entre los medios de comunicación y las organizaciones sociales coordinados con distintas herramientas y experiencias. Coincidieron también en la peligrosidad de la extrema derecha y de cómo no sólo los medios tradicionales construyen sentido sino que también se hace desde las diferentes redes sociales con el mismo sentido.