La libertad de cancelar: Flybondi entre las peores aerolíneas del mundo

Pese al negocio que el gobierno de Javier Milei les armó a las low cost, la eficiencia de la empresa empeoró en las últimas semanas con 70 vuelos cancelados en solo dos días.

En medio de una polémica por la desregulación del sector aeronáutico impulsada por el gobierno de Javier Milei, Flybondi, la aerolínea de bajo costo, se encuentra en el ojo de la tormenta tras cancelar 154 vuelos en una semana, lo que la posicionó como la tercera aerolínea a nivel mundial con más vuelos cancelados durante ese período.

Según datos oficiales, Flybondi canceló un promedio de más de 20 vuelos diarios, afectando a miles de pasajeros en rutas clave como Buenos Aires-Mendoza, Bariloche, Jujuy y Posadas.

La situación se agravó en las últimas 48 horas, con 70 vuelos cancelados y numerosos reportes de demoras, evidenciando una crisis operativa sin precedentes.

Un negocio aerocomercial bajo la lupa

El gobierno nacional, liderado por La Libertad Avanza, avanzó en una serie de desregulaciones que han modificado profundamente el panorama aerocomercial argentino.

Entre las medidas se destacan la inclusión de tripulaciones extranjeras en vuelos de cabotaje, la autorización para operar con aviones no matriculados en el país y acuerdos de cielos abiertos con nueve países que ahora pueden realizar vuelos internos.

Estas políticas, según denuncian trabajadores aeronáuticos, favorecen a las empresas privadas en detrimento de Aerolíneas Argentinas y de la seguridad y calidad del servicio aéreo.

Flybondi, una de las grandes beneficiadas por estas reformas, enfrenta severas críticas por su incapacidad de ofrecer un servicio confiable. La consultora Adventus Argentina, que mide la puntualidad y calidad del servicio en los aeropuertos del país, reportó que las cancelaciones de Flybondi aumentaron un 29% en la última semana, mientras que las de Aerolíneas Argentinas disminuyeron un 77% y las de Jetsmart un 20%.

El discurso ideológico del presidente Javier Milei, que sostiene que las empresas privadas son más eficientes que las públicas, se encuentra en jaque. La crisis de Flybondi muestra que, lejos de ser una solución, la desregulación sin controles adecuados puede generar problemas estructurales que afectan a los pasajeros y al sistema aeronáutico en general.