El pasado miércoles 12 de noviembre en Belém, Brasil, se inauguró la Cumbre de los Pueblos como un espacio de resistencia y propuesta alternativa a las discusiones oficiales de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). Más de 200 embarcaciones inauguraron el evento, en una barcada internacionalista por la justicia climática.
En diálogo con Giovani del Prete, militante del Movimento Brasil Popular, miembro de la Secretaría Continental de ALBA Movimientos, sostiene que en la COP30 oficial “está reunido el mercado financiero global, haciendo negocios con nuestros territorios, cuerpos y nuestras luchas, mientras que acá en la Cumbre de los Pueblos están los pueblos organizados demostrando la diversidad del proceso con miles de personas”.
“Han sido más de 25.000 inscritos en todo el evento y creemos que eso es un éxito”, agrega.

Se realizaron varios debates con la presencia de 60 países de todos los continentes, aunque con especial atención a los problemas de América Latina y el Caribe, ya que este evento fue realizado en el corazón de la Amazonía. “Teníamos como lema fundamental la Amazonía para el mundo, contra las desigualdades, el racismo ambiental y la justicia climática. Así que ese es el eje central, contundente del trabajo que ha movilizado todos estos años”, afirmó el militante del Movimento Brasil Popular, miembro de la Secretaría Continental de ALBA Movimientos.
Del Prete también cuenta que estos movimientos han sido fundamentales en el montaje de las estructuras y de la cocina del evento, y entre lo más decisivo fue que el campo popular instaló una agenda política antiimperialista; además fue responsable por el 80% de la participación de las miles de personas del evento entre este 12 y el 16.
Más de 1200 organizaciones de todo el mundo firmaron la convocatoria de este proceso que lleva más de dos años y que busca profundizar la lucha desde los propios territorios y la construcción de unidad alrededor de la agenda de justicia climática.
Además, la Marcha Global por el Clima el sábado pasado se realizó; la manifestación recorrió 4,5 km por la ciudad, entre el Mercado de São Brás y Aldeia Cabana. Participaron delegaciones de 65 países, además de movimientos sociales, pueblos indígenas y organizaciones ecologistas a nivel mundial. A su vez, hubo críticas a Donald Trump y reivindicaciones a Chico Mendes.
Dos perspectivas de mundo diferentes: mientras que el presidente Trump niega la crisis climática y fomenta la explotación de recursos naturales, Mendes fue un militante ambientalista asesinado a sus 44 años por defender la Amazonía. «Chico Mendes vive en la resistencia», decían algunos carteles en la movilización.
“Creemos que es hora de unir nuestras fuerzas y enfrentarnos al enemigo común. Si la organización es fuerte, la lucha es fuerte. Por esta razón, nuestra principal tarea política es el trabajo de organización de los pueblos en todos los países y continentes. Vamos a arraigar nuestro internacionalismo en cada territorio y convertir cada territorio en una trinchera de la lucha internacional. Es hora de avanzar de manera más organizada, independiente y unificada, para aumentar nuestra conciencia, fuerza y combatividad. Este es el camino para resistir y vencer”, expresaron las organizaciones en el documento final.
“Llevar a más de 25 000 personas a un proceso en el corazón de la Amazonía tiene su impacto directo porque de un lado había pueblo y del otro la copia oficial del mercado financiero”, cerró del Prete.










