El 11 de abril se realizarán elecciones en Perú y los residentes en el extranjero podrán elegir congresales. Alva Gonzalez, candidata en Argentina por Juntos por el Perú, habla de la realidad de su comunidad y los desafíos de un país en crisis.
Por Daniela Ramos
Más de 1 millón de peruanos en el exterior participarán de las elecciones del próximo domingo. No sólo podrán elegir presidente sino también sus representantes al Congreso, que ocuparan los dos escaños asignados a residentes en el extranjero.
Argentina es uno de los territorios con mayor presencia de la comunidad peruana; hay más de 140 mil electores. Es por eso que la campaña también se juega a nivel nacional, particularmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde se habilitarán nueve escuelas para garantizar la votación del 11 de abril.
Maria Alva Gonzalez es una de las candidatas peruanas en Argentina. Integra la coalición Juntos por el Perú y apoya a Verónika Mendoza, la candidata de la izquierda que busca un lugar en segunda vuelta. El balotaje a esta altura parece infranqueable: ninguno de las formulas se proyecta con diferencias sobre el resto.
Alva sigue con preocupación lo que pasa en su país. Llegó a Argentina hace más de 12 años desde el distrito de Laredo, centro de la producción azucarera, donde trabajaba como comerciante independiente. “Nos aventuramos a salir de nuestro país porque no tuve oportunidades como madre soltera, ni una ayuda para mí, ni para mis hijos. No hay inversión en lo público desde hace más de 30 años, ni para una salud pública ni para una vivienda digna para nosotros, los trabajadores”.
La historia de Alva es la de muchos peruanos, que enfrentaron desde temprano en sus vidas la falta de oportunidades laborales. “Nuestros derechos fueron vulnerados hace mucho tiempo, más con la Constitución impuesta por el fujimorismo en el año 1993. Como trabajadores nos toman en las empresas por tres meses y de ahí te dicen ‘no nos sirves’. Hoy por hoy, el 70 % de peruanos y peruanas que trabajan lo hacen de manera informal. En Perú son muy pocos los que tienen un trabajo formal, por eso tenemos mucha gente grande que no va a poder cobrar una jubilación, porque no pudo aportar”.
En su paso por Argentina, Alva encontró un espacio de pertenencia política en el Frente Popular Darío Santillán y una oportunidad de trabajo dentro de la economía popular. Buena parte de la comunidad peruana desarrolla su actividad en la calle: comercio ambulatorio, venta de ropa y puestos de comida. Esto los expone de forma particular a la persecución y las presiones de los controles policiales.
Un caso representativo es el de Beatriz Mechato Flores, migrante peruana de 75 años que trabajaba en el barrio de Balvanera. En marzo del año pasado, Beatriz murió al ser embestida por una moto cuando huía de los inspectores y de la policía porteña para evitar que le incautaran la mercadería. “Venimos a trabajar decentemente y queremos que nos dejen trabajar porque es el único medio que conseguimos para poder mantener. Tenemos una familia detrás” señala Alva.
Para abordar las necesidades de los residentes en el exterior, Alva Gonzalez propone una reforma consular que garantice en cada territorio una asistencia a sus compatriotas “en un ambiente sin discriminarlos, con igualdad, con eficiencia”. Considera que el cónsul carece de trabajo territorial. “Tu trabajo no se puede limitar a sentarte detrás de una oficina. Tenes que involucrarte con el pueblo, recorrer donde está la gente para que sepas qué necesidades tiene”.
Otro aspecto central de la comunidad peruana en Argentina es que está integrada mayormente por mujeres. “Nosotras, las migrantes, las mujeres, sufrimos violencia de género y no tenemos un lugar de contención. No tenemos familia, estamos solas. Entonces, queremos abrir casas consulares con ayuda psicológica y médica para esa mujer que sufre violencia de género junto a sus hijos y sus hijas. Tener un lugar de contención donde también nos den capacitación para acceder al mercado laboral”.
Para el Gobierno de @horaciorlarreta siempre será más fácil criminalizar, perseguir y difamar a quienes trabajan en la economía popular y salen todos los días a buscar el alimento. En Once, así como en muchos otros lugares lxs comerciantes se organizan para resistir. pic.twitter.com/TMaIsJVngt
— Maria Alva Gonzalez (@MariaenMarcha1) March 9, 2021
De cara a las elecciones generales, Alva plantea la necesidad concreta de interrumpir el proyecto de la derecha en su país. “Yo tengo un miedo terrible de que vuelva a ganar la derecha. Te lo digo así conscientemente, porque sino nunca vamos a salir de ese hueco. Y por eso es que el Perú está como está. Económicamente ha crecido, sí, pero ni siquiera somos dueños de nuestros recursos”.
Hacia el domingo, y en vista del gran número de indecisos proyectados, el primer desafío es lograr que los y las peruanas vayan a las urnas. “Yo les entiendo a todos mis paisanos. Nosotros venimos muy desilusionados de la política, porque como siempre cuando llegan al poder se olvidan del pueblo. Solamente gobiernan para unos pocos”.
Alva apuesta a que los y las peruanas apoyen una transformación en las próximas elecciones y cree que la pandemia hace aún más urgente una propuesta de cambio. “No hacemos promesas falsas ni vendemos humo. Vamos a ir haciendo las propuestas que están en nuestro plan de gobierno, tanto para adentro como para afuera de Perú. Lo vamos a llevar a cabo porque creemos que llegó la hora de tener un estado presente y que invierta en salud y salvar vidas. No se pueden seguir muriendo más familia, más amigos. No se puede seguir muriendo el pueblo peruano como si no valiera nuestra vida nada. Le ponen un precio a nuestra vida y no tiene valor”.