El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, superó el lunes por la noche una moción de censura interna impulsada por los tories, parlamentarios conservadores de su propio partido, y se salvó de ser apartado de su cargo.
Los tories rebeldes al liderazgo de Boris habían logrado superar el umbral de 54 diputados (el 15% del grupo parlamentario) por escrito, pidiendo una votación sobre el liderazgo de Johnson por lo que se abrió la censura interna.
En tanto, 359 diputados conservadores votaron si querían que Johnson continuase al frente del partido y el Gobierno. Una mayoría simple de 180 papeletas, o el 50 % de los votos, era suficiente para decidir el futuro del primer ministro.
La moción fracasó y ahora Johnson será inmune durante un año a cualquier otra revuelta de los “tories” contra él. De los 359 diputados, 211 se pronunciaron a favor de Johnson, mientras que 148 votaron por su remoción.
Sin embargo, su liderazgo como primer ministro se encuentra debilitado. El 40% de los diputados conservadores votaron en contra al liderazgo de Boris, un castigo mayor del que sufrió su antecesora, Theresa May, en 2018.
En diciembre de 2018, May ganó la votación interna entre sus parlamentarios por un margen superior al de Boris Johnson: 200 votos contra 117. Seis meses más tarde tuvo que renunciar a su cargo ante la amenaza de un nuevo voto.
Ahora, el primer ministro británico deberá enfrentar los próximos dos años con una gran parte de su partido enfrentado. Donde varios pesos pesados le quieren disputar la conducción del partido conservador y donde la moción interna contra su antecesora, Theresa May, tampoco lo salva de una nueva embestida antes de que se cumpla un año.
Escándalo de las fiestas
El “partygate”, escándalo de las fiestas organizadas durante el confinamiento que comenzó hace seis meses, sigue generando repercusiones. La imagen de Boris comenzó a caer con los escándalos relacionados con fiestas, que lo involucran a él y a personal del Downing Street, realizadas durante los confinamientos de 2020 y 2021 por la COVID-19.
En abril de este año, Johnson fue multado -con 50 libras- por la policía británica por asistir a una de las fiestas, con lo que se convirtió en el primer ministro en funciones de la historia británica en ser sancionado por infringir la ley.
El escándalo de la fiesta ha desplomado a los conservadores en las encuestas, que sufren al mismo tiempo el desgaste por la crisis del coste de la vida. La inflación de Reino Unido aumentó un 9% en abril, en comparación con el mismo mes del año pasado, lo que representa su mayor incremento en 25 años.
Diputados tories de todas las facciones del partido, desde el ala dura pro brexit hasta la más moderada, han expresado responsabilizado del descontento contra los conservadores a su propio primer ministro.
La gota que rebalsó el vaso fue el abucheo que sufrió Boris Johnson el viernes a la llegada a la catedral de Saint Paul, por el jubileo de la reina Isabel II, a menos de un mes de la renovación de los escaños en el parlamento británico.
El 23 de junio se desarrollarán dos elecciones claves: Tiverton and Honiton y Wakefield. Ambas localidades son una fortaleza conservadora, la primera históricamente vota tories mientras que en Wakefield, en el norte del país, Boris Johnson logró en las elecciones nacionales de 2019 convencer a buena parte de la clase trabajadora laborista.
Quiénes se anotan como sucesores de Boris
Boris Johnson perdió el apoyo de diversos sectores dentro del partido conservador. Uno de los más llamativos es el ex secretario del Tesoro, Jesse Norman, uno de sus más leales aliados hasta el escándalo de las fiestas.
Asimismo, otros diputados conservadores se anotan como sucesores de Boris. El exministro de salud Jeremy Hunt instó abiertamente a sus colegas a votar en contra y se anota en la carrera.
Otro es el ministro de Economía, Rishi Sunak, aunque a la mala gestión económica se le sumó un escándalo en torno su esposa, rica heredera de un imperio empresarial en la India, que evitó pagar millones en impuestos en el Reino Unido a través de artilugios legales.
Por su parte, la ministra de Exteriores, Liz Truss, también se ha posicionado para optar al liderazgo y podría contar con el respaldo del ala dura de la formación, mientras que el moderado Jeremy Hunt, que ya perdió unas primarias contra Johnson en 2019, ha vuelto a aparecer en las especulaciones sobre posibles aspirantes.