La semana pasada se acordó el Concepto Estratégico entre los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), quienes a partir de la situación geopolítica del momento, marcaron las nuevas pautas de seguridad a seguir y que van a llevar a cabo durante los próximos 10 años. Si bien era algo que se venía conversando hace algunos meses, la diferencia con esta cumbre en Madrid fue que los países miembros de la organización deberán llevar a cabo estas estrategias para responder rápido ante los conflictos a futuro.
Este documento estuvo marcado por la guerra en Ucrania y las referencias a Rusia se sostuvieron en casi todas las páginas, y a pesar de que algunos países europeos como Francia o España intentaron evitar que la alianza de seguridad se corriera hacia el este, fue algo inevitable. “La Federación Rusa es la amenaza más importante y directa para la seguridad de los Aliados y para la paz y la estabilidad en el área euroatlántica”, sostiene el texto de la organización.
Por otro lado, señalan que Rusia “ está modernizando sus fuerzas nucleares y expandiendo sus novedosos y disruptivos sistemas de entrega de doble capacidad, mientras emplea señales nucleares coercitivas. Su objetivo es desestabilizar los países de nuestro Este y Sur”.
Entre los logros de la OTAN en estos meses, se puede destacar la “separación” de Rusia del continente europeo —del que también forma parte— y mover el mapa, de cierta manera, para reconocer a la Federación Rusa dentro de Asia. Aunque es probable que este movimiento perjudique aún más a Europa, la alianza de seguridad logró identificar muy claramente a su enemigo y todo lo que ocurra contra la Federación Rusa ya tiene una decisión tomada de antemano: Los rusos son los malos
Otro de los actores asiáticos mencionados en el Concepto Estratégico es China, en este corrimiento hacia el Este de la OTAN, el gigante asiático es el futuro “desafío”. En dicho documento se muestra cierta voluntad de diálogo con China por parte de los países miembros y se demuestra así la diferencia en cuanto a la figura de Rusia, los rusos son enemigos actuales y los chinos son enemigos “posibles”.
Después de la Cumbre de Madrid, las especulaciones sobre una OTAN en Asia Pacífico empezaron a crecer, en este último encuentro estuvieron invitados Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Estos cuatro países son aliados estadounidenses en diversas alianzas de seguridad e inteligencia y aunque no son miembros de la OTAN, recibieron una invitación formal que generó malestar en China y en Corea del Norte.
Desde el gobierno chino, respondieron a esto a través del Portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lijian Zhao, quien manifestó que “dado que la OTAN posiciona a China como un ‘desafío sistémico’, debemos prestar mucha atención y responder de manera coordinada. Daremos respuestas firmes y enérgicas a todo acto que socave los intereses de China”, y agregó “treinta años después la OTAN aún continúa con su táctica de crear enemigos y de fomentar la confrontación de bloques”.
Zhao encendió el discurso cuando señaló que “las manos de la OTAN están manchadas de sangre de los pueblos del mundo”, haciendo alusión a las intervenciones de la alianza de seguridad en Afganistán, en Libia o el bombardeo de la embajada de China en Serbia, en 1999 “¿Hay alguna guerra o conflicto en estos años en los que la OTAN no haya estado involucrada?”, añadió.
Por parte de Corea del Norte, a través de un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, criticaron “la reciente cumbre de la OTAN ya que demuestra más claramente que EE. UU. persigue un plan para contener a Rusia y China al mismo tiempo al realizar la “militarización” de Europa y formar una alianza militar como la OTAN en la región de Asia y el Pacífico y mantener a EE. UU.-Japón- alianza militar tripartita de Corea del Sur como un medio importante para materializar el plan”.