Alemania se despega del “desacople” y negocia con China

Scholz plantea la necesidad de cooperar con China, su mayor socio comercial y la segunda mayor economía del mundo, y no seguir una estrategia de desacople como la que promueve Estados Unidos.

“Plantear a China como enemigo agudizaría la crisis en Alemania”, opina Cernadas, desde China.

El canciller alemán Olaf Scholz se reunió con Xi Jinping durante la mañana del 4 de noviembre, a un mes de cumplirse el 50° aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países, constituyendo no solo el primer viaje del funcionario a China sino también la primera visita de un mandatario europeo al país asiático tras el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China.

 

¿Qué debatieron?

Scholz plantea la necesidad de cooperar con China, su mayor socio comercial y la segunda mayor economía del mundo, y no seguir una estrategia de desacople como la que promueve Estados Unidos. Sin embargo, señala en Alemania que pondrán atención a que dicha cooperación no genere dependencia en sus propias industrias.

Algunos ejes de cooperación abordados durante la visita del mandatario son los campos de nueva energía, el desarrollo ecológico, la inteligencia artificial, y la digitalización. Así mismo, plantearon profundizar la cooperación en el área de aviación y llevar a cabo mayores intercambios en relación al COVID-19 y al control de la pandemia.

¿Qué implicaría un desacople de China?

Europa está atravesando una grave situación económica debido a la crisis de energía, producto de las sanciones de Occidente sobre Rusia en el marco de la guerra en Ucrania. La escasez de este recurso clave, tanto para el consumo como para la producción, está acelerando la inflación por encima del 10% anual, estrangulando las ganancias industriales y afectando el poder de compra de la clase trabajadora.

Si Europa plantea seguir a Estados Unidos en una estrategia de desacople y ataques a China, esto podría agravar aún más la crisis que atraviesan los países europeos ya que China es la principal socia comercial de la mayoría de ellos. Particularmente para Alemania, el comercio bilateral con China alcanzó una cifra récord de más de  245.000 millones de euros en 2021. 

Por otro lado, dentro de los países europeos, Alemania es quien más invierte en China, representando más del 40% de la IED europea en el país asiático. Lejos de desacoplarse, la inversión extranjera directa de Alemania en China creció 114,3% interanual en los primeros 9 meses del 2022, superando la marca de 10 mil millones de euros.

Alemania, cuya industria supo consolidarse como nicho de bienes de capital, se encuentra disputando esas posiciones con China

Posiciones desplazadas

Alemania, cuya industria supo consolidarse como nicho de bienes de capital, se encuentra disputando esas posiciones con China. Ya en enero de 2010 conocimos que China había superado a Alemania como principal origen de las exportaciones a nivel mundial, con un valor aproximado de 1,2 billones de dólares (en ese momento, un 10% del total mundial) y, hacia finales de año, había superado a Japón como la segunda economía mundial.

El desplazamiento de Alemania como mayor exportadora no se dio solo a costa de productos de bajo valor agregado sino que incluyó un desarrollo por parte de China en las exportaciones de mayor contenido tecnológico. En el año 2020, por ejemplo, con exportaciones de maquinaria por un valor de 195 mil millones de dólares (un 7,2% de sus exportaciones), China superó a Alemania como principal exportadora de máquinas del mundo (con 191 mil millones de dólares). Así mismo, en los primeros tres trimestres del año, China superó a Alemania como segunda mayor exportadora de automóviles del mundo, con 2,11 millones de unidades versus las 1,91 millones alemanas.

Por lo tanto, es factible esperar que Alemania juegue en dos sentidos: por un lado, intentando no aumentar las tensiones con China para no agravar su situación económica, transformándola de un estancamiento a una recesión, y por otro, que aumente la competencia para recuperar su posición como potencia productora de bienes de capital. En ninguno de esos dos sentidos se incluye el desacoplamiento ni los ataques a Beijing promovidos por Estados Unidos, por lo menos en el corto plazo.

*Gisela Cernadas es economista y actualmente vive en China. Colabora para ARGmedios.