Según el documento elaborado por el Mercado Ganadero Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario, el 2024 (y fines del 2023) registra el mínimo de consumo de carne per cápita, y supera el año pandémico que marcó un consumo de 46 kilos.
Las razones del freno a su consumo están relacionados con los altos precios de los alimentos y productos, y los desactualizados sueldos que siguen por debajo de los niveles generales de inflación, lo que volvió a la carne en un lujo para pocos.
“La estabilidad que se viene observando en los precios reales de la carne vacuna en un contexto de menor oferta aparente destinada al mercado doméstico, da cuenta de la resistencia del consumo a convalidar nuevos aumentos de precios aun debiendo limitar la ingesta de este tipo de carnes, algo que hasta entonces no se observaba de manera contundente en el consumidor argentino”, destaca el informe.
En términos históricos, Argentina, consume hoy, un 25% menos de lo que se consumía a principios del siglo, y un 40% por debajo del consumo medio por habitante hace 50 años.
Lo que sí crecieron fueron las exportaciones del año 2023 que cerraron en 852.806 mil toneladas equivalentes res con hueso, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, indicando un crecimiento del 17% comparado con el registro de 2022 y 2021
Con respecto a la decisión de la Secretaría de Comercio de reducir los impuestos a la importación de alimentos y productos de la canasta básica con el objetivo de bajar los precios, Rosgan estimó que, si bien en el caso de la carne vacuna no se espera un efecto directo por ingreso de producto, sí se espera sentir el impacto de una mayor oferta de otras carnes, especialmente de cerdo.