Hace algunos días se vio faltante en estaciones de servicio y zonas industriales de GNC en el país, lo que desencadenó en conflictos como el de taxistas platenses que protestaron por la falta de combustible para realizar sus actividades. Son varios los factores que explican el colapso en la distribución de gas en el país: mayor consumo ante el frío, la paralización del Gasoducto NK y la falta de redes en el país.
Sin gasoducto no hay gas
A pesar de ser el país con la tercera reserva de gas Shell más grande del mundo, Argentina importa gas de Bolivia en época invernal hace más de una década, para alcanzar la demanda.
Todos los años llegan buques regasificadores que transforman el GNL en GNC para inyectarlo en la red nacional. Durante el 2023, las importaciones de GNL llegaron a los 1837 millones de dólares por 44 cargamentos, mientras que el año pasado los 41 buques contratados costaron 2.884,7 millones de dólares.
“Argentina podría ser tranquilamente un país productor, autoabastecido y vender a toda Latinoamérica”, dijo el presidente de la Cámara de Expendedores de GNC, Pedro González, en una entrevista en Radio Estación Sur.
“Tenemos un problema estructural en el país que es la falta de gasoductos”, dijo el presidente de la Cámara de Expendedores de GNC.
Ese fue uno de los objetivos por los que se creó el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que distribuiría el gas por cuatro provincias y reduciría las importaciones de gas permitiendo un ahorro de 4.200 millones de dólares al año por sustitución de importación de combustibles, según datos oficiales.
“Con lo que nosotros pagamos los barcos regasificadores, en los últimos 15 años hubiéramos construido 20 gasoductos”, aseguró González.
Sin embargo, desde la asunción de Javier Milei y la decisión anunciada en noviembre de 2023 de frenar todas las obras públicas, las licitaciones de la empresa Enarsa encargada de efectuar las obras del segundo tramo del GPNK- Salliqueló-Santa Fe- se encuentran detenidas.
Pero además, se frenaron las obras para la finalización de las plantas compresoras de Tratayén, Salliqueló y Mercedes a causa de que el gobierno nacional no girará los fondos.
Esto desciende la capacidad productiva del GPNK a la mitad, y una vez más, Argentina debe importar para cubrir el pico de consumo, y el gobierno nacional deberá desembolsar 500 millones de dólares.
El shock de la obra pública
La planta compresora de Tratayén, a cargo de Sacde, podría entrar en funcionamiento a mediados de junio lo que permitiría inyectar 5 millones de m3 diarios adicionales al sistema, lo cual representaría un ahorro de hasta 350 millones de dólares por año en sustitución de combustibles líquidos e importación de GNL.
La planta de Salliqueló, que está construyendo Contreras, con suerte va a estar lista en septiembre, mientras que la de Mercedes viene todavía más demorada, no solo por la responsabilidad oficial sino también por dilaciones por parte de la constructora Esuco, a cargo de la obra. A pesar de eso, a la empresa Esuco también le adjudicaron la construcción de las plantas compresoras del Gasoducto Norte.
La demora se explica fundamentalmente porque durante los primeros meses de gobierno Enarsa dejó de pagarle a las constructoras que están a cargo de las obras. De hecho, le debe 30 millones de dólares a Sacde y 10 millones a Contreras, lo que forzó a ambas empresas a trabajar por debajo de su capacidad.
Si la empresa estatal hubiese pagado en tiempo y forma ambos proyectos ya estarían terminados. La deuda que arrastra el gobierno nacional llega a 40 millones de dólares, pero la decisión lo ubica ahora como deudor de 500 millones.
Esperando el Impacto
Las consecuencias de a la falta de gas y las importaciones futuras para el autoabastecimiento, impactarán de distintas formas en industrias, trabajadores y domicilios:
En La Plata, taxistas se manifiestan por el desabastecimiento de gas en las estaciones de servicio, debido a que “el 90% tienen contrato interrumpible”, dijo González. “Cuando Camuzzi manda el corte de servicio interrumpible, solo 35 de 40 estaciones tiene el combustible firme”. La ley indica que las distribuidoras de gas deben garantizar el gas prioritariamente a los domicilios. Y cuando existe falta de dicho insumo, el corte es en el sector industrial y estaciones de GNC.
Por otro lado, el aumento desmedido del gobierno nacional en los servicios energéticos que representa una suba de casi el 300%– entre luz, gas, agua y transporte- se suma al actual escenario incierto con respecto a futuros aumentos del suministro en domicilios.
El referente del Centro de Almaceneros de Río Grande, Tierra del Fuego, Luis Schreiber, afirmó para Página 12 que “a algunos comercios les llegó una factura con más del 1.600% de aumento”.
Por otra parte, legisladores de Río Negro pidieron hoy suspender los cortes de suministro domiciliario de los servicios públicos de gas natural y energía eléctrica mediante un proyecto de ley a la Legislatura, que prohíbe cortar el suministro de estos servicios hasta el 31 de diciembre.
https://x.com/0221comar/status/1792933153293627699