Las autoridades australianas comenzaron una investigación sobre COVID-19 sin consultar en China y generó malestar. Tensión en un relación comercial estratégica.
Por Erika Giménez / Foto: CGTN
Según datos preliminares los bienes totales de Australia exportados al gigante asiático alcanzaron los 145.200 millones de dólares australianos durante 2020. Eso sería solo un 2,16% menos que los 148.400 millones de dólares totales de 2019, que fue el más alto registrado en datos de la Oficina de Estadísticas de Australia (ABS) desde 1988.
Esto sucede, porque Australia tiene los precios más bajos de trigo en la región, así como una abundante oferta. Sumado a que Rusia, el principal abastecedor de trigo del mundo, frenó sus ventas debido a la inflación nacional de alimentos, al poner un impuesto a la exportación entre febrero y junio del año pasado.
Debido a las nuevas variantes de Covid-19 se especuló con la posibilidad de que haya una escasez de trigo como ocurrió con el maíz, se desató así una carrera por comprar una mayor cantidad de productos agrícolas para almacenar. Sin embargo, la alta demanda de trigo sólo se da para suplantar al maíz como alimento de las granjas porcinas.
Por la creciente demanda en el mercado chino, Australia envió 600 mil toneladas de trigo a China en diciembre y 110 mil toneladas más el mes pasado, según S & P Global Platts. Y se pronostica que la producción y las exportaciones de trigo de Australia aumentarán a más del doble en el año financiero que finaliza en junio de 2021, según las últimas perspectivas de la Oficina de Economía y Ciencias Agrícolas y de Recursos de Australia (ABARES).
Si bien China no es un mercado significativo para Australia, según ABARES, es muy probable que las tensiones políticas se trasladen a la economía y perjudiquen las exportaciones.
Relaciones tensas
La relación entre China y Australia se entorpeció el año pasado después de que las autoridades en Canberra impulsaron una investigación internacional sobre los orígenes del coronavirus sin consultar a Beijing. Y a principios de noviembre del año pasado, China prohibió extraoficialmente las importaciones australianas de carbón, azúcar, cebada, langostas, vino, cobre, entre otros productos.
Se esperaba que las importaciones de trigo fueran las siguientes en los planes de Beijing. Sin embargo, una de las mayores cosechas de trigo de Australia, después de recuperarse de tres años consecutivos de sequía, se produjo cuando la demanda china era alta y la oferta escaseaba.
A pesar de las advertencias en medio de una creciente disputa política, las exportaciones de trigo a China aumentaron el mes pasado, lo que subraya un año en el que el comercio general entre los países se acercó a un récord.