China, convertida en mediadora mundial, facilitará la «reconciliación» de los grupos palestinos este fin de semana

Al Fatah y Hamás, distanciados desde 2007, se reúnen en Beijing el 21 y el 22 de julio

China quiere facilitar la «reconciliación» entre los dos principales grupos rivales palestinos, Al Fatah y Hamás. La declaración se produjo después de que Al Fatah, que controla Cisjordania, revelara que se reunirá con representantes de Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, en Beijing entre el 20 y el 21 de julio.

«China apoya a todas las partes palestinas con el objetivo de lograr la reconciliación y la unidad a través del diálogo y la negociación», declaró el portavoz de la diplomacia china, Lin Jian, subrayando que Beijing está dispuesto a «crear oportunidades» para lograr este objetivo.

No confirmó formalmente la reunión en Beijing, pero dijo que China daría a conocer «información a su debido tiempo». Al Fatah, fundado por el histórico líder palestino Yaser Arafat, y Hamás están divididos desde junio de 2007, cuando se enfrentaron en las calles de la ciudad de Gaza.

En un comunicado, Hosam Badran, miembro del comité político de Hamás, afirmó que «el movimiento ha respondido positivamente y con un [sentido de] responsabilidad nacional». Añadió que el grupo quiere trabajar por «una unidad nacional digna de nuestro pueblo palestino», especialmente después del 7 de octubre.

Al Fatah y Hamás ya fueron recibidos en Beijing a finales de abril. En aquel momento, China calificó el diálogo de alentador y dijo querer contribuir a la «reconciliación intra palestina». Al tiempo que apoya la causa palestina, China mantiene buenas relaciones con Israel

Potencia geopolítica

El corresponsal de Brasil de Fato en Pekín, Mauro Ramos, afirmó que «el hecho de que Hamás y Fatah vuelvan a la capital china para mantener conversaciones de reconciliación muestra la sinergia entre los intereses chinos y los de los países de Oriente Medio».

«China bajo el mandato de Xi Jinping promueve la idea de un mundo con un futuro compartido», explica, destacando que las relaciones comerciales del país promueven también una diplomacia “en la que la geopolítica y la cooperación con la resolución pacífica de conflictos adquieren mayor relevancia”.

«Por un lado, China parece asumir cada vez más este papel mediador, mientras que, por otro, los países de esta región reorientan sus estrategias hacia Oriente. El año pasado, China y Palestina establecieron una asociación estratégica, y en la reunión entre Mahmud Abbas y Xi Jinping, China volvió a proponer una conferencia de paz a gran escala que podría determinar finalmente la creación de un Estado palestino y su entrada como miembro de pleno derecho en la ONU.»

«El acercamiento de las fuerzas políticas palestinas para dialogar en China sobre la unidad es una señal del respeto que está adquiriendo el país como potencia geopolítica», afirma el corresponsal.

Contexto

El actual genocidio palestino cometido por Israel en la Franja de Gaza comenzó en octubre del año pasado, pero las condiciones en el territorio ya eran consideradas «asfixiantes» por la ONU antes de eso. Los 17 años de bloqueo israelí -cuyo objetivo es obligar a Hamás, el partido que ganó las elecciones palestinas en 2006, a abandonar el poder- han provocado tasas de desempleo del 45% y una inseguridad alimentaria que afecta al 64% de la población. La ONU calcula que más del 80% de los habitantes de Gaza dependen de la ayuda exterior para sobrevivir.

El 7 de octubre, miembros de Hamás entraron en Israel y llevaron a cabo el ataque más violento que ha sufrido el país, dejando unos 1.200 muertos y tomando 240 rehenes. La respuesta del gobierno del Primer Ministro Benjamin Netanyahu fue considerada desproporcionada por la comunidad internacional. Los bombardeos diarios en lo que se considera uno de los territorios más densamente poblados del mundo han causado la muerte de decenas de miles de palestinos y destruido toda la infraestructura de Gaza.

El número de muertos se acerca a los 40.000 palestinos -alrededor del 70% mujeres y niños-, con más de 8.000 desaparecidos bajo los escombros. El 35% de los edificios han quedado destruidos y prácticamente todos los más de dos millones de habitantes se han visto obligados a abandonar sus hogares.

En el otro territorio palestino ocupado, Cisjordania, la violencia ilegal de los colonos israelíes es cotidiana, con casi 600 muertos. Desde el comienzo del conflicto, miles de palestinos han sido detenidos y el gobierno ha anunciado que este año se detendrá a miles más. Hay numerosos informes sobre torturas a estos detenidos.

La ONU advierte de un desastre humanitario, acusa a Israel de utilizar el hambre colectiva como arma de guerra y destaca la posibilidad real de que cientos de miles de palestinos mueran por falta de alimentos. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó el cese inmediato de los bombardeos de Rafah para evitar la muerte de civiles, decisión ignorada por Israel.