El camino del DNU, entre lo legal y lo político

¿Cuál es el camino legal del DNU? ¿Cuándo entra en vigencia? ¿Cuáles son las posibilidades de rechazo? Idas y vueltas de un paquetazo de medidas que genera conmoción política y social.

En primer lugar, el camino legal. El presidente debe presentarlo con firma de todos los ministros y publicarlo en Boletín Oficial. Eso ya fue hecho ayer, con el adicional del respaldo fílmico de todos los ministros y la espectacularidad de la cadena nacional.

Todo lo que continua después ya comienza a ser materia de debate. Por un lado está la naturaleza del DNU, ya que la Constitución Nacional solo lo hablita en caso de que el Congreso le fuera imposible seguir los trámites ordinarios para la tramitación de leyes. No obstante, desde el Poder Ejecutivo no se llamó a sesiones extraordinarias, es decir, nunca agotó la posibilidad de recurrir a ese mecanismo. Un megadecreto que abarque muchas materias atenta contra la Constitución, porque el proceso lógico para la voluntad es la ley, no el DNU.

Por otro lado, un DNU no puede afectar en materia penal, tributaria, electoral o en régimen de partidos políticos, algo que deberá ser revisado minuciosamente ya que el DNU presentado ayer por Javier Milei y su Gabinete, cuenta con 366 artículos.

Otro punto polémico es su entrada en vigencia, ya que el DNU presentado no establece un plazo específico para su entrada en vigencia, por lo que deberá regirse por el plazo establecido en el Código Civil que es “después del octavo día de su publicación oficial”. Parece a primera vista un dato menor, pero puede significar una gran laguna jurídica a la hora de dirimir litigios vinculados a la entrada en vigencia del decreto. Por ejemplo, una judicialización en un caso de alquileres, por solo poner un ejemplo. Todo indica que el Ejecutivo enmendará el error con otro DNU.

El tratamiento del DNU continuará en el Congreso. El Jefe de Gabinete tiene 10 días para enviar el DNU a la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo del Congreso. Si la Comisión no emite dictamen sobre el DNU, las cámaras pueden tratarlo de oficio. El Congreso solo puede aceptar o rechazar el DNU, no puede hacer modificaciones, enmiendas o agregados.

Si ninguna cámara lo trata, el DNU sigue en vigencia. Si una sola cámara lo rechaza, pero la otra lo acepta, sigue en vigencia. Si ambas cámaras rechazan el DNU, este deja de estar en vigencia.

El otro poder que puede expedirse sobre el DNU es el Poder Judicial, quien si tiene la posibilidad de rechazar artículos por separado o la totalidad de la norma. El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, ya advirtió hace algunos días que las medidas anunciadas por el presidente Javier Milei “entrarían dentro de lo que en el derecho constitucional se llama emergencia”, una situación que a su criterio está prevista en la Constitución Nacional, y delimitó la facultad del máximo tribunal alrededor del “control de constitucionalidad”.

“Todo parece indicar que este mega-DNU habría sido confeccionado por estudios jurídicos privados. Segunda alarma, tan grave como la primera: ¿quién elaboró este DNU? Si fueron estudios jurídicos privados es gravísimo y no puede permitirse ni normalizarse”, denunció en sus redes Vilma Ibarra alertando otra irregularidad de origen que puede llevar a la judicialización del DNU.

Por otro lado, queda el aspecto político y social, es decir, el termómetro del DNU. Si bien la Central General del Trabajo (CGT) aún no se ha expedido, las CTA, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y gremios en particular (como Bancarios) han salido a rechazar el DNU y se declaran en estado de alerta. Desde gobernadores como el bonaerense Axel Kicillof hasta el pampeano Sergio Ziliotto, hasta el Partido Justicialista (PJ), hasta dirigentes peronistas, del ARI y la izquierda, y hasta sindicatos repudiaron la masiva desregulación de la economía.

Ahora comenzará el show del debate parlamentario, donde se verá la capacidad del fuego de La Libertad Avanza con Martín Menem como primer operador, como se desenvolverá lo que alguna vez fue Juntos por el Cambio (que intentara ganar tiempo y diluir el malestar social), y como se moverán los gobernadores para influir sobre los votos, centralmente, del peronismo, que en teoría se ha expedido en contra, pero en los hechos puede llegar a modificar posiciones en base a posibles negociaciones locales.

Y obviamente, está la calle, el humor social. Ayer esta voz se ha expedido con contundencia, aun a sabiendas de la vigencia del (fracasado) Protocolo Bullrich y la, cada vez más cuestionada, legitimidad de un gobierno que tiene apenas diez días de actividad. Marchas a plaza de mayo, piqueteros, cacerolazos, DNU y cadena nacional, todo un 20 de diciembre. Otra vez. Humor social y política ¿Podrán combinarse para frenar el polémico DNU? Milei anuncia en la radio que “habrá más”.