Jugadores del Paris Saint Germain y Istanbul Basaksehir abandonaron el campo de juego tras una ofensa racista del cuarto árbitro. Los antecedentes recientes que inclinan la cancha a favor de la lucha antiracista.
Iban tan solo 15 minutos del primer tiempo entre el PSG y el Istanbul Basaksehir por la última fecha de la fase de grupos de la UEFA Champions League que se jugaba en París. Un tumulto cerca del banco de suplentes visitante llamó la atención de los jugadores en campo: el cuarto árbitro, Sebastien Culstecu, había insultado con una ofensa racista a uno de los colaboradores del Istanbul, y desató la reacción de los suplentes de ambos equipos.
“Cuando ves a un hombre blanco no decís este hombre blanco, entonces ¿Por qué cuando te referís a un hombre negro decís ese tipo negro?” cuestionó Demba Ba, suplente del Istanbul al cuarto árbitro, como pudo verse en las imágenes divulgadas. La reacción fue motivada por los insultos que el juez profirió contra Pierre Webo, miembro de la comisión técnica del Istanbul, mientras se encontraba en el banco de su equipo.
Pocos minutos después, el resto de los jugadores comunicaron al árbitro que no disputarían la partida si Culstecu continuaba en el campo, lo que derivó en la suspensión del partido tras algunos minutos de indefinición. Del lado del PSG, la decisión llegó luego de que Kylian Mbappé y Neymar Jr, quienes anteriormente habían sido víctimas de insultos racistas, acompañaran la postura del rival.
Es una escena que se repite, una en la que el racismo se expresa con total naturalidad y por primera vez se generó una reacción en el torneo más importante del fútbol profesional. La situación de tensión que se vive en Francia por la violencia policial contra minorías étnicas llevó a las calles a miles de personas en los últimos fines de semanas. Tras la ofensa contra Pierre Webo, figuras del fútbol también se expresaron contra la violencia racista, en un gesto histórico que le muestra el camino al resto de los equipos y jugadores del mundo.
Un hecho similar ocurrió en Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd a manos de un policía, cuando jugadores de equipos de la NBA decidieron no presentarse a la siguiente partida. Días después, el mensaje Black Lives Matters apareció en los estadios y el propio LeBron James, estrella del torneo, se posicionó contra el presidente Donald Trump, que atacó al movimiento y lo llamó terrorista.
En la misma línea, Lewis Hamilton, único piloto negro de Fórmula Uno de la historia, también se posicionó contra el racismo tras el asesinato de una mujer negra a manos de policías en Estados Unidos. “En el mundo de hoy no basta no ser racista, hay que ser antiracista, Si vez lo que está pasando, hay que hablar, hay que contar, no podés dejar que suceda“ afirmó el piloto citando a la escritora estadounidense Angela Davis.
Aún con las manifestaciones que ganaron las calles con la consigna “las vidas negras importan”, tanto desde la política como desde el deporte todavía existen referentes que se esfuerzan por negar la existencia de racismo. El propio Neymar Jr fue un ejemplo de ello. Luego de haber declarado que no se autopercibe como una persona negra y desconocer la existencia del racismo presente en Brasil y en los países occidentales, el jugador fue agredido con ofensas racistas en un partido de su equipo, lo cual motivó la toma de posición que pudo verse este martes tras dejar el campo de juego con su equipo y postear en sus redes sociales el mensaje Black Lives Matters.
Aún con manifestaciones aisladas pero encabezadas por los más altos referentes del deporte, la lucha antiracista continúa ganando espacios. La decisión de los jugadores del Istanbul y PSG establece un antecedente histórico dentro de un deporte donde, aún con la presencia abrumadora de personas negras entre sus filas, el posicionamiento político no es una tradición.