Las elecciones locales y regionales celebradas este domingo en Colombia han trazado un nuevo mapa político en el país, enviando un claro mensaje de insatisfacción hacia el presidente Gustavo Petro y su partido. La derrota contundente en la lucha por la Alcaldía de Bogotá, una posición que Petro anteriormente había ocupado y que consideraba un bastión político, ha resonado en toda la nación.
En la capital colombiana, el exsenador Carlos Fernando Galán, miembro del Nuevo Liberalismo, se impuso con amplitud sin necesidad de una segunda vuelta. Galán ha logrado aproximadamente 1.5 millones de votos (49.02%), superando a Juan Daniel Oviedo, un candidato independiente que obtuvo 614,233 votos (20.10%), y dejando al candidato de Petro y su coalición Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, en el tercer lugar con 571,591 votos (18.71%). Galán es hijo de Luis Carlos Galán Sarmiento, es candidato a presidente asesinado en 1989 durante la campaña electoral, también fundador del partido Nuevo Liberalismo.
Bolívar, al reconocer la victoria de Galán, señaló que el centralismo y el desencanto de aquellos que habían votado por el Pacto Histórico en las elecciones presidenciales anteriores jugaron un papel fundamental en estos resultados. Esto ha motivado una llamada a “recorrer Colombia” para reconstruir la coalición rota del Pacto Histórico y recuperar su posición dominante.
La decepción de Bolívar es aún más significativa si consideramos que hace apenas 16 meses, en las elecciones presidenciales de 2022, Petro recibió más de 2.2 millones de votos en Bogotá, representando el 58.59% de la capital. Esto marca una disminución considerable en el apoyo al Pacto Histórico en las elecciones recientes.
Si bien es importante destacar que las elecciones de alcaldes y gobernadores no deben interpretarse como un referéndum sobre el gobierno de Petro, los resultados reflejan un llamado de atención por parte del electorado. Figuras de derecha y centro-derecha también obtuvieron victorias en Medellín, Cali y Barranquilla, las otras ciudades principales del país.
En Medellín, una ciudad de tendencia conservadora y fuerte influencia uribista, el exalcalde Federico “Fico” Gutiérrez, un opositor a Petro, logró una victoria abrumadora con el 73.43% de los votos, superando al candidato independiente Juan Carlos Upegui, afín al presidente.
En Barranquilla, Alejandro Char del partido de derecha Cambio Radical obtuvo una victoria igualmente sólida con el 73.32% de los votos, superando al izquierdista Antonio Bohórquez.
En Cali, Alejandro Eder, líder de una coalición de centro-derecha, logró una victoria sorprendente con el 40.54% de los votos, superando al favorito durante la campaña, el independiente Roberto Ortiz.
En cuanto a las gobernaciones, el partido uribista Centro Democrático se impuso en Antioquia, mientras que una coalición de amplio espectro político ganó la Gobernación del Valle del Cauca.
Estas elecciones territoriales han demostrado un retroceso de la izquierda y han enviado un mensaje claro de insatisfacción hacia el gobierno actual. Para el presidente Gustavo Petro, la victoria el Pato Histórico en nueve departamentos contradice esa lectura. Así lo manifestó en su cuenta de X:
La política en Colombia sigue siendo dinámica y sujeta a cambios significativos, lo que hace que las elecciones futuras sean aún más intrigantes.