En un clima de gran violencia política, México vivirá el próximo domingo su jornada electoral más grande. Serán elecciones federales y locales en las 32 entidades federativas.
Las elecciones del 6 de junio serán las más grandes de la historia de México. El proceso federal y local en las 32 entidades federativas elegirá más de 21 mil cargos, con un padrón de 93.528.473 electores.
Estas elecciones son de gran relevancia principalmente por 3 motivos. En primer lugar, estas elecciones de medio término serán para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador un balance de gobierno y la posibilidad de avanzar con medidas de cambios a nivel constitucional.
Magdiel Sánchez Quiroz, integrante de ALBA Movimientos, explica que “se da una expectativa porque se denominan como las elecciones más grandes de México, donde va a concurrir la mayor cantidad de gente a votar en elecciones federales y en distintos Estados de la República. Otro elemento es que se presentan dos bloques que aparecen como los más relevantes del país”.
Por un lado, estará la coalición oficialista “Juntos haremos historia” compuesta por los partidos Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Por el lado opositor, será la alianza “Va por México”, compuesta por los partidos Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Acción Nacional (PAN).
“El bloque del PRI, PAN y PRD, son los tradicionalmente señalados como neoliberales. Han planteado que estas elecciones son una forma de dar un golpe contundente hacia el gobierno de López Obrador y que es un momento para ponerle un alto a las políticas de Morena. Por otro lado, la elección aparece como una gran apuesta para López Obrador y los sectores de la cuarta transformación, porque plantean que va a ser un mensaje contundente de la aprobación social que tiene el presidente” explica Sánchez Quiroz.
Otro de los elementos claves es que serán elecciones en las que se aplicará por primera vez una serie de cambios a nivel normativo. Todo los cargos y cuotas para las distintas poblaciones tendrán paridad de género; se generaron mecanismos contra la violencia política de género; y la posibilidad de reelección de diputaciones federales y el voto por internet desde el extranjero.
Entre los cargos más importantes a elegir se encuentran 500 diputaciones (se renuevan cada 3 años): 300 por el principio de mayoría relativa y 200 por representación proporcional. En los Estados se elegirán 15 gubernaturas: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Además, se renovarán 30 de congresos locales y 1923 presidencias municipales.
Luego de la victoria de López Obrador en 2018, y la primera derrota del PRI luego de 80 años gobernando México, los partidos tradicionales, tanto del PRI como del PAN, han sufrido una pérdida de poder absoluto. En ese escenario, en México aparecen diferentes outsiders que intentan posicionarse como los posibles candidatos de los partidos tradicionales.
En la búsqueda de reinventarse el PRI y el PAN ven las elecciones del próximo 6 de junio como una primera instancia para re-posicionarse en el escenario político con la perspectiva puesta de las elecciones presidenciales que ocurrirán en 3 años.
México, como el resto del mundo, atraviesa una crisis económica profundizada por la pandemia. En un solo año la economía mexicana se redujo entre un 8 y un 9%. “Se estima que el crecimiento podría ser de un 2 o 3% anual en las mejores expectativas. Es una economía dependiente de las remesas, por el contrario, el sector petro-eléctrico es cada vez menos importante en el presupuesto nacional” sostuvo Sánchez Quiroz.
Además de los problemas económicos, México también arrastra problemáticas de larga data que el gobierno de López Obrador no ha podido resolver aún. “Estamos también en un país en el que no han parado las ejecuciones extrajudiciales, los asesinatos, desapariciones forzadas, que incluso se han incrementado mucho con el nuevo gobierno. No por unas características específicas del gobierno, sino por una dinámica estructural que viene de lejos pero que el gobierno actual no ha revertido” agregó.
Sin embargo, el contexto de las elecciones se ve empañado por la creciente violencia política que se vive en México. Según el Quinto Informe de Violencia Política en México realizado por Etellekt, a tan solo seis días de los comicios, la cifra de agresiones contra políticos y candidatos llegó a 782 casos a lo largo del proceso electoral en curso, superando la cifra de hechos violentos registrada en el proceso 2017-2018.
En ese sentido, Sánchez Quiroz analiza, “la violencia en las elecciones solo se puede por una violencia profundamente instalada en todo el territorio nacional, fomentada por las políticas de seguridad nacional de Estados Unidos, por la implicación de redes criminales en la política Mexicana, y por el papel importante que tiene el ejército y corporaciones policíacas en el sostenimiento de grupos criminales. Ese sostenimiento se da a partir de armamento, capacitación, y porque son parte del crimen organizado”.
A lo que agregó “la violencia en las elecciones tiene que ver con que hay elecciones locales y está en juego las presidencias municipales. Los grupos criminales ponen particularmente la atención en estas elecciones porque entran en contiendas por el territorio, por el control territorial económico y criminal de los lugares. Entonces lo que se alcanza a ver es que son fuerzas de grupos criminales ligados a grupos de poder económico, que intentan imponer candidatos. Es la forma en la que el crimen organizado ha venido interviniendo políticamente y es la forma militar de generar control social”.
El panorama electoral no espera grandes sorpresas. Las encuestas marcan una victoria por parte de Morena, y el presidente Lóprez Obrador, aunque no lograría obtener una mayoría absoluta que le permita profundizar ciertas políticas.
Una de las razones que puede explicar ese fenómeno es el descontento que vive cierta parte de la población que lo apoyó en 2018, pero mira el proceso desde lejos. “Existe un malestar social en una parte de la población que no está a favor de Morena, pero tampoco del neoliberalismo. Esta población tiene que ver con procesos autonómicos, con organizaciones de base, que motorizaron la campaña de Obrador pero que en el momento actual están enfrentados a ciertas políticas estatales como por ejemplo el crecimiento de poder que el presidente le dio al Ejército o proyectos lesivos de la soberanía nacional, como el Tren Maya y el corredor transístmico” explica Sánchez Quiroz.
Por último, dos elecciones claves del próximo domingo. En el Estado de Nueva León se espera un triunfo de Samuel García, candidato del Movimiento Ciudadano, con un discurso racista. Se espera que García se transforme en una de las opciones de liderazgo para fortalecer de cara a las elecciones presidenciales del 2024. La otra elección vital será la de Ciudad de México, es un importante en lo político, y por su posicionamiento histórico desde 1997, en donde ha ganado la izquierda en todas las elecciones.
“Hoy se anuncia una crisis muy fuerte, y las elecciones van a ser muy importantes. Hay un rechazo al gobierno de Morena de muchas organizaciones populares por el accidente del metro. El impacto que tuvo este accidente, la cantidad de muertos, el impacto al transporte público, genera mucha rabia social y puede ser que se manifieste en las urnas. Sin embargo, existe una identidad política en Ciudad de México muy fuerte, vinculada a la izquierda y es posible que no voten por candidatos de derecha” concluyó Sánchez.