Está en riesgo la planta de GNL por posible salida de Petronas

El gobernador de Río negro confirmó que está en duda la participación de Petronas en la planta de GNL quien iba a ser principal inversor del proyecto.

La novela de la planta de GNL no llegó a buen puerto. El proyecto que estimaba ingresos de 27 mil millones de dólares anuales, pareciera que está en peligro debido a la supuesta ausencia de uno de los inversores principales: la malaya Petronas.

El que durmió en los laureles…

El proyecto data de 2017, cuando se iniciaron las conversaciones entre YPF y el Puerto de Bahía Blanca, y que implicó que en 2023 se reservaran 1500 hectáreas a YPF en el Puerto de la ciudad bonaerense para poder localizar la planta donde se iba a producir GNL.

La planta que procesaría Gas Natural Licuado del gasoducto Néstor Kirchner requiere una inversión de 40 mil millones de dólares, que aportarían las petroleras YPF y la estatal de Malasia Petronas en igual medida. Para eso, se firmó un Memorándum de Entendimiento (MOU) entre ambas empresas en 2022.

Si bien no hay datos oficiales desde Petronas que lo confirman, varias fuentes aseguran que la empresa duda de las condiciones de inversión que ofrece el país y de la estabilidad política de la gestión libertaria.

“El proyecto se iba a hacer igual en la gestión de Alberto Fernández, no es algo político. Pero desde un inicio se había planteado que YPF y Petronas arrancaban juntos y después le abrían la puerta a otras compañías”, dijo una fuente del diario Ecojournal. “Es una muy mala noticia para Argentina porque Petronas es uno de los mayores productores de GNL a nivel mundial”, agregó.

El procesamiento de Gas Natural Líquido se hace en plantas que solo 20 países de todo el mundo tienen. Argentina tendría una en 10 años. De esa forma, se exportarán más de 25 millones de toneladas/año de GNL, por un equivalente a US$ 27 mil millones por año; ocho veces más de lo que deja la carne y el trigo, tres veces más que el maíz y 4 mil millones más que el total de soja que se exporta.

Aunque la construcción de la planta estaba prevista para fines de este año en la localidad de Ingeniero White, Bahía Blanca, los volantazos comenzaron cuando apareció en la escena el gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck quien recibió todo el apoyo del presidente Javier Milei.

El escenario de una planta de licuefacción de gas en Rio Negro era posible debido a la modificación hace dos años de la ley provincial 3308 (1999) que habilita la exploración, explotación e instalación de oleoductos y gasoductos. Además, Weretilneck le demostró un fuerte guiño a Milei con una de las primeras adhesiones al RIGI luego de sancionarse la Ley Bases. Fue el pacto de caballeros que excluyó a la provincia que esperaba dicha inversión hace más de seis años, y al gobernador Axel Kicillof fuera de la pelea.