El próximo 26 de septiembre se realizarán elecciones en Alemania. Si bien se elegirán los y las representantes al Parlamento, todas las miradas estan puestas en la figura que reemplazará a la actual canciller, Angela Merkel, quien deberá ser elegida una vez conformado el Bundestag [nombre que recibe el Parlamento Federal].
Esta elección es importante, tanto a nivel interno, donde la canciller cuenta con una imagen positiva que le permitiría ganar un quinto mandato, como externo, donde las encuestas muestran que esa imagen positiva se extiende por los países de la eurozona. “La elección en Alemania plantea un desafío muy importante en el ámbito de las relaciones internacionales”, explica Federico Larsen, periodista, docente, analista internacional y miembro del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Larsen señala que “en la historia de Alemania, la política exterior nunca tuvo un rol muy gravitante en las discusiones del gobierno. Hoy hay una dirigencia política en Alemania a la que se le está pidiendo incursionar en un ámbito que es relativamente nuevo, ya que fue Merkel quien lo introdujo y lo llevó adelante. Y es en ese sentido que la canciller resulta insustituible”.
Antes de la llegada de Merkel al gobierno alemán, la conducción europea era disputada por Francia y el Reino Unido, cuyas visiones antagónicas de las relaciones internacionales entraban constantemente en disputa. “Francia, desde los tiempos de De Gaulle, siempre quiso generar una construcción de poder más centrada en Europa y a partir de una cultura europea propia, de una proyección del soft power desde otro tipo de visión. Miientras que el Reino Unido siempre tuvo una visión mucho más atlantista, y quiso que Europa fuera un bloque para coordinar con los EEUU”.
Con Merkel comenzó la construcción del bloque que, desde 2005, le dio forma a la Europa que hoy se debate: “La importancia de Merkel tiene que ver con imponer una línea hacia la Unión Europea y de la Unión Europea hacia afuera. Eso es lo que va a cambiar”.
La incógnita, además, es quién será el o la sucesora capaz de cargar con ese liderazgo que deja la mandataria alemana: “Una de las grandes preguntas es quien va a tener cintura para definir ese tipo de posiciones de Alemania, que terminan siendo también las de la UE, porque así fue durante los últimos 16 años”.
Ante la elección prevista para el 26 de septiembre, Federico Larsen explica que “la discusión fundamental es cómo se van a gestionar los 750 mil millones de euros del fondo de recuperación post-covid que Merkel apoyó por sorpresa, porque toda su trayectoria estuvo signada por la idea de la austeridad”.
La votación de Alemania a favor del Fondo de Recuperación para Europa es un “instrumento temporal concebido para impulsar la recuperación”, según lo define la web oficial de la UE; y explica que este “será el mayor paquete de estímulo jamás financiado en Europa” para reconstruir y alcanzar “una Europa más ecológica, más digital y más resiliente”.
Según explica Larsen, “no se sabe muy bien qué es lo que va a pasar con eso, no lo tienen demasiado claro. Hay una serie de bonos que van a estar respaldando la deuda que se contraiga, pero es muy novedoso el esquema que construyó la UE de cara a la post pandemia. Por eso me parece que es un desafío extra para generar una nueva conducción”.
En ese sentido, el analista advierte que el momento se presenta como una posibilidad para que surja un perfil diferente al de “ajuste y austeridad“ impulsado por Merkel en la conducción europea. “Se habla de Mario Draghi, primer ministro de Italia, ex presidente del Banco Central Europeo en los tiempos de la troika y de la imposición de ajustes a Grecia y a Portugal. Draghi conoce muy bien el sistema Europa y junto con Macron aparecen como el liderazgo natural próximo para la UE”. Ese nuevo liderazgo “quedaría en función conservadora, europeísta, neoliberal”.
Aún con algunas figuras asomando para cubrir el espacio dejado por Merkel, Larsen explica que existen dificultades que pueden perjudicar el diálogo entre los líderes: “Francia e Italia históricamente tienen intereses encontrados, especialmente en el mediterraneo, en el norte de África, es un poco más complejo un tándem de ese tipo”.
Con la salida de Merkel cada vez más cerca, existen dos grandes desafíos para quien ocupe su lugar: “El desafío del nuevo o nueva canciller va a ser, en principio, formar gobierno, ya que los números que aparecen en las encuestas hablan nuevamente de la necesidad de coaliciones”.
En lo que se considera su último discurso como canciller alemana, Angela Merkel habló ante el Bundestag el pasado siete de septiembre y manifestó que los electores deben decidir entre “aceptar” un gobierno de socialdemócratas (SPD) y verdes apoyado por el partido La Izquierda, o por un ejecutivo “estable” liderado por la Unión de Demócrata Cristiana y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), con Armin Laschet, su sucesor en la CDU, al frente del gobierno. Según las últimas encuestas, el PSD lidera los sondeos por delante del partido de gobierno y Los Verdes.
Es justamente este último partido el que desde hace tiempo viene presionando al gobierno alemán para frenar la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que llevará gas desde Rusia hasta Alemania y que fue objeto de tensiones con otros miembros de la UE y con Estados Unidos.
En ese sentido, Larsen explica que “se viene un gran crecimiento de determinadas agendas políticas que están reflejadas alrededor del Partido Verde” hacia dentro del país. Según una encuesta publicada en septiembre, el 33% de los alemanes considera que la cuestión ambiental es uno de los problemas más importantes a ser contemplado en la próxima gestión.
A nivel regional, sostener el liderazgo que Merkel deja vacante será toda una tarea: “Mantener el rol que tiene Alemania en diferentes organismos es un punto importante. Además de la UE habrá que ver que pasa con la OTAN, que está en un período de reacomodo”.
Las elecciones alemanas interesan tanto a los y las alemanas como al resto de Europa: “Hay discusiones que dependiendo de quien asuma la conducción del gobierno van a traer algún cambio o continuidad en las decisiones de Alemania, y que van a tener un impacto sobre el resto de Europa y a nivel internacional”.