Ministerio de la Mujer, el feminismo ante el cambio de etapa

Javier Milei aseguró terminar con el Ministerio de la Mujer transformando a la entidad en un blanco constante de ataques ¿Sobrevivirán algunas de políticas públicas construidas más allá de la transición?

El tape es de agosto. El, hasta ese momento, candidato presidencial Javier Milei tacha con ímpetu al Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad en una gigantografía del organigrama estatal vigente. Jonathan Viale se ríe con complicidad y jocosamente le dice: “Espera, me vas a hacer un agujero en el papel”. Y luego de varios chistes pregunta cuál es el argumento principal para cerrar el ministerio. El, ahora presidente electo, responde: “Porque creo en la igualdad ante la ley. Este ministerio no crea derechos, crea privilegios”.

“9 días para que cierren el antro llamado “Ministerio de la Mujer, los Géneros y las Diversidades ¡Se les acabó el curro!” publica Agustín Laje en sus redes. Es uno de los principales promotores latinoamericanos de la teoría conspirativa de extrema derecha llamada “marxismo cultural”. Según esta creencia, el marxismo global derrotado política y económicamente tras la caída del Muro de Berlín y el colapso soviético, volvió en forma de enunciados culturales como el feminismo, la defensa de la identidad racial y el ambientalismo.

La extrema derecha en Argentina ha logrado crear un enemigo en común donde peronismo, kirchnerismo, organizaciones sociales, sindicatos, partidos de izquierda, feminismos y ambientalismos son parte de un mismo problema, culpable de la decadencia social y nacional. “Zurdo empobrecedor”  y adentro de eso, todo. Fuera de eso, “los argentinos de bien”. La vieja grieta entre kirchnerismo y antikichnerismo ha dado lugar a una nueva cuya piedra fundacional y mayor acción de propaganda fue el intento de asesinato de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Una nueva grieta más despolitizada y sumamente violenta.

El 24 de noviembre, tras las amenazas de bomba que recibió el Ministerio de Mujeres, las trabajadoras de la Línea 144 compartieron un comunicado: “Esto no es justo para nosotras como trabajadoras y trabajadores, pero tampoco es justo para quienes se encuentran en situación de violencia aguardando nuestra asistencia”, sostuvieron. “Abordamos ininterrumpidamente situaciones sensibles y complejas de violencia por motivos de género y abuso sexual en las infancias y adolescencias, no habiendo dejado nuestros puestos de trabajo siquiera durante la pandemia, considerándose el mismo como trabajo esencial”.

La situación abre grandes interrogantes ¿Cuánto era posible sostener el debate social y cultural que intentó instalar el ministerio en un país con 45% de pobreza y el aumento sistemático de los precios? ¿Puede debatirse los derechos de las mujeres y colectivos LGTB con el estomagó vacío? ¿Es real que el ministerio “no sirvió para nada” como dicen sus principales detractores?

Para eso es necesario conocer la vida interna del primer ministerio de la Mujer de la historia argentina, quienes lo integran y defienden, y que políticas intentaran sostener hasta las últimas consecuencias. Las trabajadoras del ministerio viralizaron en las últimas horas el siguiente mensaje:

Desde que existe el Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad de la Nación:

– La Línea 144 recibió 1.221.538 comunicaciones y realizó 93.783 intervenciones frente a situaciones de violencia de género.

– 352.385 mujeres y LGBTIQ+ recibieron apoyo económico y psicosocial a través del Programa Acompañar, fortaleciendo así su independencia económica.

– Se crearon 59 equipos interdisciplinarios distribuidos en todo el territorio nacional para brindar asistencia psicosocial y legal a personas en situación de violencia de género.

– Se financiaron 253 proyectos productivos de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género a través del Programa Producir.

– Se acompañó a 132 Proyectos de formación en género y diversidad a través del Programa de Escuelas Populares “Macachas y Remedios”.

– Acompañamos la formalización en el empleo registrado de más de 39 mil trabajadoras de Casas Particulares a través del Programa Registradas.

– Se capacitaron 234.651 agentes y autoridades en el marco de la Ley Micaela en la Administración Pública Nacional.

Melina Merelo es directora de programas integrales de prevención de las violencias y en dialogó con ARG Medios comentó “Antes para solicitar la intervención del Estado en un caso de violencia, lo primero que nos pedían era la denuncia. Nosotras entendimos que antes de llegar a la denuncia había todo un camino que era necesario acompañar. Ese fue un cambio de paradigma”.

Sobre el proceso de transición, Merelo se manifiesta preocupada: “Hasta ahora no hay ningún funcionario del gobierno entrante que se haya comunicado con nosotras. Tampoco nos están consultando cuales son los programas que llevamos adelante, cuales son las políticas públicas que llevamos adelante. Es un clima de mucha incertidumbre y malestar, tanto para las trabajadoras y trabajadores, como para la institucionalización de las políticas de género”.

“Ante este escenario es necesario que digan cual es la estrategia que tienen para disminuir los femicidios en el país, que es algo que nos preocupa y mucho. El informe de la Corte Suprema de Justicia nos dice que entre el 2020 y el 2022 se ha visto una reducción de los femicidios del 13%, aun así seguimos estando preocupadas. La sociedad necesita saber cómo tendrá acceso a la justicia”, agrega Merelo.

Marina Bruzera es trabajadora del programa Producir y si bien entiende que muchas de las políticas desarrolladas por el ministerio se sustentan en leyes nacionales e internacionales, se pregunta en este quién atenderá las demandas más urgentes que llegan al ministerio después del 10 de diciembre. “¿Quién va a atender a las víctimas de violencia de género en la línea 144? ¿Quién va a dar capacitaciones en género a la policía que te toma la denuncia? ¿Quién va a garantizar que se cumpla la ley de cupo laboral travesti – trans? ¿Desde dónde se van a sostener los refugios de protección para víctimas de violencia de género? ¿Quién se va a hacer cargo de los hijos e hijas de victimas de femicidios que cobran un subsidio a través de la ‘ley brisa’?”

Todo lleva a pensar, en base a las señales de la gestión que se vendrá, que el ministerio dejará de existir como tal. Entonces cabe preguntarse ¿Cuál será el rol del movimiento feminista sin ministerio? “Organizarnos, generar estrategias, generar redes para acompañar la demanda que va a seguir estando. Reclamamos y exigimos al gobierno que viene un consenso social que frene una posible escalada de violencia hacia las mujeres y diversidades”, responde Merelo.

Bruzera entiende que la institucionalización que implicó el ministerio se logró mediante la movilización, y en todo caso se abre un escenario de mayor confrontación: “El movimiento feminista existió antes del ministerio y seguirá existiendo. Seguirá en la calle reclamando por sus derechos. Tendremos que reorganizarnos y reagruparnos ante un gobierno que nos quiere hacer retroceder”