La Argentina con muchas vacas y poca carne

No existía un registro tan bajo de consumo de carne en 110 años. Las causas están asociadas a la crisis económica y el precio de los alimentos en alza inflacionaria que no le ganan a los salarios.

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), este año se registra un récord del mínimo histórico en consumo de carne vacuna: con un promedio de 44,8 kg por habitante. El promedio histórico es de 72,9 kg y un piso de 46,9 kg registrado en 1920.

El informe del BCR describe al mercado interno como “deprimido”. La participación del consumo interno de carne bovina decayó en un 69%, un dato que no se anunciaba desde 1990. El año pasado el porcentaje se ubicaba en un 75% y un 85% era lo que habitualmente se destinaba al consumo de los argentinos en el último siglo.

El impacto en la producción de carne bovina también decreció ubicándose en 1,26 millones de toneladas en los primeros 5 meses del año, presentando una caída de 8% respecto a igual período de 2023.

En 2023 la producción de bovinos aumentó por un consumo exterior y nacional que traccionaba en la demanda. El consumo alcanzó las 2,44 millones de toneladas, un 4% más que en 2022 y el mayor guarismo en 5 años. Las exportaciones, en tanto, aumentaron un 6% interanual y alcanzaron su segundo mejor registro anual desde 1990, quedando solo detrás del 2020.

Pero las semejanzas con la Argentina “granero del mundo” que generaba ingreso de divisas, injusta repartición, y el crecimiento de la gran oligarquía nacional, no se respaldan solo por el bajo consumo. “La contracara de este menor consumo es un incremento en las exportaciones”, detalla el informe.

“Según la cartera de Bioeconomía, el volumen despachado entre enero y mayo de tonelada de res con hueso alcanzó 385.000 toneladas, un 10% más que en 2023 y el volumen más alto de la serie. Sin embargo, medido en valor, la exportación solo crece 1%, ya que los precios promedio de exportación cayeron 8% respecto a los primeros cinco meses del año pasado”, agregó en su informe.

Además, la BCR proyectó que el consumo de carne bovina en Argentina podría llegar a ser el más bajo en al menos 110 años.

“El consumo de carne vacuna en Argentina se encuentra en una tendencia decreciente desde la segunda mitad del siglo pasado, en la medida en que ha ido siendo sustituida por otras fuentes de proteínas. Esta tendencia se ve agravada por la actual recesión que está atravesando la economía argentina y que lleva a muchos consumidores a inclinarse por el consumo de pollo y cerdo, siendo estas alternativas más económicas”, aseguró la BCR.