Egipto es el primer país africano en ser anfitrión de una Cumbre Mundial del Clima. Del 6 al 18 de noviembre se llevará a cabo la COP 27, que si ya venía con poca expectativas, tendrá todavía menos impacto por organizarse a tan solo días del Mundial de Qatar.
Pero lo que se discute (o debería discutirse) en esta nueva Cumbre trasciende cualquier importancia deportiva, ya que según la inmensa mayoría de los científicos y científicas del mundo, la humanidad tiene muy poco tiempo para reducir drásticamente las emisiones de dióxido de Carbono, o el planeta dejará de ser el mismo. Es el famoso “punto de no retorno” que la ciencia pone como alarma para explicar que ya no se podrá volver atrás si se traspasan los 1,5º grados de temperatura mundial.
El “deadline” es el 2050, una meta que allá por la Cumbre de París (2015) todos los países que participaron, juraron que sería la fecha para llegar a emisiones cero. Lo que explican los expertos es que -a este ritmo- será casi imposible cumplir esa meta.
Para ser más precisos, a una semana del comienzo de esta Cumbre, un informe del Programa de la ONU para el Medio Ambiente, advirtió que el calentamiento global podría llegar a generar una temperatura global de 2,8 C para finales de este siglo, si no se toman medidas urgentes para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
“Que desde hace 27 años casi todos los países se junten en una Cumbre mundial del Clima, es un hecho fáctico. Después podemos hablar de si están dando resultados o no. El hecho de que se haga en África marca una pauta que es elemental. Hay una solidez en algunos argumentos que llegan desde el continente africano, que por lo menos no vemos en nuestra región”, explicó Mijael Kaufman, ambientalista de “Consciente Colectivo”, quien se encuentra en la Cumbre de Egipto, durante una charla con el programa de radio “Lástima a Nadie”.
“Este martes habrá cumbre de mandatarios, pero sólo seis países van a estar con sus máximas autoridades. Lo que marca la falta de importancia a esta agenda. Vale aclarar que ni el presidente, ni la vicepresidenta ni el ministro de Ambiente de nuestro país van a estar en esta COP 27”, remarcó Kaufman.
Canje de deuda por acciones ambientales
Pero a diferencia de quienes consideran que la crisis climática y sus efectos se trata de una pesadilla que todavía no llegó, los científicos y algunos países específicos del mundo recuerdan que el cambio climático ya está afectando seriamente a gran parte de la población mundial. Prueba de esto son los graves desastres ambientales que se registraron tan solo hace meses, como en Pakistán, donde una lluvia sin precedentes dejó más de 1.700 muertos, en una zona donde son frecuentes las sequías.
También los efectos devastadores del huracán Ian en el caribe y la costa norteamericana, así como los incendios de humedales y la baja crecida de ríos tan poderosos como el Paraná, en la Argentina. Podríamos enumerar muchísimos casos que solo sucedieron este año.
Por todo esto, la COP 27 de Egipto busca plantear dos ejes que son -ante todo- un interés de los países del denominado “Sur Global”, es decir de los países más pobres o emergentes. Se tratan de los términos “justicia ambiental” y el de “canje de deuda por acciones climáticas”.
La primera cumbre del clima en un país africano expuso esta necesidad: tienen que ser las voces de los países más pobres los que deben exigir medidas urgentes para enfrentar la crisis climática, que por otro lado está afectando principalmente a estas naciones.
“Hay dos perspectivas para hablar de deuda o canje de deuda ambiental. Hay países que plantean no un canje taxativo como la propia palabra lo dice, si no una postergación de los pagos. Mientras que otros países, como Colombia, aprueban la idea de un verdadero canje, es decir acciones climáticas en el país con la condición que se reduzca la deuda económica que ese país tiene con algún organismo internacional”, detalla Kaufman.
En ese sentido, el ambientalista puntualiza en un dato importante: Egipto -organizador de la Cumbre mundial del Clima- es el país con más deuda con el FMI, después de la Argentina.
Sin embargo, en las 27 Cumbres climáticas que se dieron hasta ahora, todavía no hubo una respuesta concreta respecto a quiénes deberán hacerse cargo de esos fondos para que países emergentes puedan salir de la pobreza y sufrir menos los embates de la crisis climática.
Así como tampoco se conoció de forma clara quiénes y cómo aportarán para una verdadera transición energética, para reemplazar los combustibles fósiles por energías más limpias.
Un dato más: el hecho de que ni el presidente de EEUU, Joe Biden, ni el presidente chino, Xi Jinping, así como tampoco el mandatario ruso, Vladimir Putin, confirmaran su asistencia, deja en evidencia las verdaderas expectativas para esta Cumbre.