La vuelta de un dictador: Fujimori buscará postularse para las presidenciales peruanas de 2026

Lo anunció su hija Keiko en redes sociales. El expresidente, de 85 años, estuvo 16 años preso por corrupción y delitos de lesa humanidad. Fue indultado en diciembre pasado con un polémico fallo judicial.

A pesar de estar por cumplir 86 años, de su deteriorado estado de salud y de que la normativa vigente se lo debería impedir, el dictador Alberto Fujimori volvió al centro de la escena política peruana con el anuncio de su postulación para las elecciones presidenciales de 2026.

La que confirmó su candidatura fue su hija Keiko, su principal heredera política. En un breve mensaje en redes sociales, indicó: “Mi padre y yo hemos conversado y decidido juntos que él será el candidato presidencial”.

 Fujimori abandonó en diciembre pasado la cárcel de Lima, en la que cumplía una condena de 25 años por corrupción y delitos de lesa humanidad, luego de que el Tribunal Constitucional, con la venia de la presidenta Dina Boluarte, restituyera el indulto que le había otorgado en 2017 el entonces mandatario Pedro Pablo Kuczynski.

Pero para lograr esta nueva aspiración presidencial, Fujimori tendrá que seguir consiguiendo favores del Poder Judicial, ya que la legislación actual impide que personas con sentencias condenatorias puedan postularse a cargos de elección popular o ejercer funciones públicas.

Largo prontuario

Fujimori llegó a la presidencia peruana en 1990 y dos años después disolvió el Congreso y ejecutó un “autogolpe”. Se mantuvo durante una década en el gobierno hasta que los escándalos de corrupción y la crisis económica lo hicieron renunciar, desde Japón y a través de un fax.

Después de arduas batallas judiciales de las víctimas de su régimen y los organismos de Derechos Humanos, Fujimori fue condenado en cinco casos por varios delitos de corrupción y de lesa humanidad, principalmente por varias matanzas cometidas por escuadrones del Ejército.

También recibió condenas por malversación de fondos (al haberse apropiado de 15 millones de dólares de las arcas nacionales para entregarlos a su ex asesor, Vladimiro Montesinos), espionaje telefónico, pago a medios de comunicación y la compra del voto de congresistas.

Aún no recibió sentencia por uno de sus crímenes más atroces: el plan de esterilización forzada con el cual unas 300 mil mujeres (en su mayoría campesinas e indígenas) fueron sometidas a esta práctica de “control de la natalidad” sin previa consulta.

El dictador pasó 16 años preso hasta el polémico indulto otorgado en diciembre pasado. En mayo de este año comunicó que le fue detectado un tumor maligno en la lengua, donde padece una lesión cancerígena desde hace más de 27 años. En 2018, reveló que los equipos médicos le detectaron un tumor en los pulmones y ha sido operado más de una vez de su lesión en la lengua.

La heredera

Mientras su padre estaba en prisión, Keiko Fujimori, de 49 años, ocupó el lugar de liderazgo del fujimorismo. Intentó -fallidamente- tres veces llegar a la presidencia. En dos ocasiones perdió en el balotaje.

Su corrimiento y la designación de la candidatura de su padre, tal vez tenga que ver con su también delicada situación judicial: el 1° de julio comenzó un juicio en su contra por presunto lavado de activos en el que la Fiscalía pidió una sentencia de 30 años en prisión.