Mientras la riqueza de los 10 hombres más ricos se duplicó desde el inicio de la pandemia, los ingresos del 99% de la humanidad se habrían deteriorado a causa de la COVID-19. La fortuna de esta decena de personas pasó de 700.000 millones de dólares a 1,5 billones de dólares, a un ritmo de 15.000 dólares por segundo, es decir 1.300 millones de dólares por día.
Un estudio de Oxfam Internacional muestra que las desigualdades se han profundizado durante la pandemia. Mientras 160 millones de personas han caído en la pobreza, 252 hombres poseen más riqueza que los mil millones de mujeres y niñas de África, América Latina y el Caribe.
La riqueza de una pequeña élite de 2.755 mil millonarios ha crecido más durante la pandemia de COVID-19 que en los últimos 14 años. “Se trata del mayor incremento anual de la riqueza de los milmillonarios desde que se tienen registros, y está sucediendo en todos los continentes del planeta”, argumentan desde Oxfam.
Y atribuye el incremento de las fortunas de los milmillonarios al aumento desorbitado de los precios de los mercados de valores, el apogeo de las entidades no reguladas, el auge del poder monopolístico y la privatización junto a la erosión de las normativas, los tipos impositivos a las personas físicas y las empresas y los derechos laborales y los salarios.
Las más perjudicadas en todo este periodo han sido las mujeres. Asimismo, la organización no gubernamental resaltó que los países que se enfrentan a posibles medidas de austeridad respaldadas por el FMI pueden agravar las desigualdades entre países y a nivel interno.
“Los derechos de las mujeres y los avances realizados en materia de igualdad de género se verán duramente golpeados por estas medidas de austeridad, en medio de una crisis que ha retrasado el camino para cerrar la brecha de género toda una generación, ya que ahora se tardarán 135 años frente a los 99 años antes de la pandemia”, sostiene Oxfam.
EL COVID MATA MÁS EN LA POBREZA
El informe llamado “las desigualdades matan”, basado en datos oficiales de organizaciones internacionales, expone que las desigualdades han provocado que la pandemia de coronavirus resulte más letal, más prolongada y más dañina para los medios de vida.
En ese sentido, resalta que la desigualdad de ingresos resulta más determinante que la edad a la hora de estimar si alguien perderá la vida a causa de la COVID-19.9. Una muestra clara de esto es que millones de personas aún estarían vivas si hubieran recibido una vacuna, pero se les negó esa oportunidad.
“Las personas que viven en países de renta baja y media tienen alrededor del doble de probabilidades de morir de COVID-19 que aquellas de países ricos”, remarca el informe de Oxfam.
Pero las desigualdades no solo colaboran con la muerte de personas en épocas de Covid-19. Se estima que las desigualdades contribuyen actualmente a la muerte de cerca de 21. 300 personas al día. Dicho de otra manera, a la muerte de una persona cada cuatro segundos.
Según el informe, estas muertes son ocasionadas por el hambre en un mundo de abundancia, por la falta de acceso a servicios de salud de calidad en países pobres, y por la violencia de género, arraigada en el patriarcado, a la que se enfrentan las mujeres.
El informe de Oxfam concluye que “el hecho de que las personas en situación de pobreza, las mujeres y las niñas, y las personas racializadas se vean afectadas y mueran de manera desproporcionada en comparación con las personas ricas y privilegiadas, “no es un error fortuito en el modelo actual de capitalismo”, sino “un elemento intrínseco de este sistema”.
