Por Gabriel Vera Lopes, Lorenzo Santiago y Monyse Ravena
El día después de la asunción de Nicolás Maduro para un tercer mandato en Venezuela estuvo marcado por una movilización internacional para reforzar la victoria electoral del chavista. Movimientos y líderes populares se reunieron en Caracas este sábado en la clausura del Festival Internacional Antifascista para mostrar su apoyo al gobierno venezolano, pero también para fortalecer un frente de izquierdas formado por diferentes regiones del mundo.
El acto reunió en la capital venezolana a 200 delegados de más de 120 países. Los invitados internacionales acompañaron la toma de posesión de Maduro el 10 de enero y debatieron una agenda de acciones para enfrentar a la extrema derecha a nivel mundial. El festival finalizó con la firma de un documento suscrito por los movimientos en el que se comprometen, entre otras cosas, a avanzar en la consolidación de una «internacional antifascista».
El texto firmado también establece la creación del llamado «Foro de Caracas», un espacio de discusión y articulación permanente de la izquierda. Otras propuestas incluyen la celebración de un encuentro internacional antifascista de grupos religiosos, pueblos originarios y juristas, así como el lanzamiento de la internacional feminista, popular y antifascista el 8 de marzo.
Adrian Odle es profesor de Derecho en el Colegio Comunitario de San Vicente y las Granadinas. Participó en el acto y afirmó que, más que crear una agenda común, la articulación es importante para mostrar la fuerza de la izquierda global a la hora de oponerse a la extrema derecha global.
«Una cosa que tenemos que decir es que no sólo Estados Unidos, sino Occidente en general está unido para luchar contra nuestro frente de izquierdas. Y cuando estamos juntos, tenemos la capacidad de enfrentarnos a este bloque extremista y de apoyar a cualquier país que determine su propia política y su propio destino», sostuvo.
Ismael Sánchez, miembro del Comité Central del Partido Comunista de España (PCE), afirma que la ocupación de espacios virtuales, como redes sociales y páginas web, por parte de los conservadores exige una respuesta rápida.
«Vivimos una época en la que el fascismo está en su apogeo. Por eso es lógico y necesario convocar una organización internacional antifascista. Todos los que defienden la dignidad de los pueblos, los derechos humanos y la paz tienen la obligación de crear una organización antifascista. En Europa, 380 organizaciones de extrema derecha están legalizadas. Se autodenominan neofascistas, pero son fascistas y participan en las elecciones para imponer el discurso del odio desde las instituciones públicas», manifestó.
MST, Alba e integración
La toma de posesión de Maduro también fue uno de los temas principales del acto. El líder nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), João Pedro Stédile, fue el encargado de leer la declaración final y reforzó el apoyo de los movimientos al gobierno venezolano que, según dijo, es una de las «principales trincheras contra el imperialismo» en el mundo. También afirmó que es importante solidarizarse con Cuba, Venezuela y Palestina, pero que es fundamental «llevar adelante las luchas en cada país».
El secretario de ALBA Movimientos, Manuel Bertoldi, coincide con esta idea. Según él, hay que construir una movilización popular que apunte a transformar la sociedad.
«Hay una fuerte ofensiva de Estados Unidos, sobre todo con Trump. Así que tenemos que fortalecer nuestra unidad y tener una movilización popular en las calles que esté acompañada de procesos radicales de transformación de nuestro pueblo porque la derecha también está disputando esta movilización», expresó.
El presidente Nicolás Maduro juró el viernes 10 de enero en Caracas ante la Asamblea Nacional de Venezuela. En su discurso, el chavista sostuvo que sus próximos seis años de gobierno estarán «marcados por la paz». En medio de la presión de la oposición, que amenazó con interferir en la ceremonia, el presidente dijo que «prometió paz y cumplió con la paz».
La elección venezolana se ha convertido en una disputa global liderada por Estados Unidos, que desde 2017 es uno de los principales actores que no reconoce al gobierno de Nicolás Maduro e impone un bloqueo a la economía venezolana prohibiendo la venta de petróleo en el mercado internacional.
Para la activista mexicana María Vergara Alba, es simbólico que este evento se realice en Venezuela precisamente por esta disputa con otras potencias.
«Este es un espacio para que activistas internacionales se reúnan y construyan una agenda conjunta. Para defender los procesos democráticos, sociales y ambientales. Incluso es bueno que se realice en Venezuela porque los venezolanos están enfrentando una manipulación mediática brutal. Nunca habíamos visto eso contra un país», declaró.
Maduro celebra
El presidente venezolano fue el encargado de pronunciar el discurso de clausura del evento. Celebró la ceremonia de inauguración y dijo que el 10 de enero era un día «para resumir» todos los esfuerzos que ha hecho el Gobierno venezolano para hacer frente a los desafíos planteados por otras potencias mundiales: «y el pueblo venezolano ha triunfado».
También criticó el discurso de Gabriel Boric, mandatario chileno, quien calificó al Gobierno venezolano de «dictadura». Maduro dijo que el discurso era una demostración de la «cobardía del poder político chileno». Durante su discurso, el jefe del Ejecutivo también rindió homenaje a las Fuerzas Armadas y llamó a Sudamérica a estar en «alerta» ante las acciones de Estados Unidos.
El presidente también destacó la importancia de articular movimientos contra el crecimiento de grupos de extrema derecha que, según él, forman parte de un movimiento «fascista».
«El mundo ya está consciente del peligro de las corrientes fascistas, algunos prefieren el lenguaje moderado de llamarlas de extrema derecha, reaccionarias, pero nosotros las llamamos por su nombre: fascismo», dijo.
Maduro dijo que en Venezuela, la líder opositora María Corina Machado es la «representación del fascismo». También dijo que la ultraliberal es «hija de Álvaro Uribe» y que no ha podido movilizar a sus bases en el país, a pesar de que quiere dar un «golpe de Estado». El presidente terminó su discurso diciendo que es necesario «tomar las armas» contra el fascismo: «Venezuela se está preparando».
El presidente recordó la nueva ronda de sanciones impuesta este viernes por EEUU contra ocho funcionarios del Gobierno venezolano. Al final del acto, rindió homenaje a los sancionados.
La respuesta a Uribe
El ex presidente colombiano Álvaro Uribe fue uno de los protagonistas de la ceremonia de clausura del festival. El sábado, el colombiano pidió al gobierno de su país que promueva una intervención militar en Venezuela para imponer «nuevas elecciones». En un comunicado, el festival antifascista respondió a las declaraciones de Uribe y calificó al ex presidente colombiano de «narcotraficante».
El propio presidente Gustavo Petro respondió al discurso de Uribe pidiendo al sector político que apoya al ex mandatario que «deje de pensar en matar a nuestros hermanos»