Este martes el gobierno chino dejó sin efecto el recargo que iba desde el 17,8% al 34,2% a los precios del pollo y los productos derivados, convirtiendo a Brasil en el principal afectado por ser el mayor exportador de esa industria a nivel global.
En este mismo sentido, China es el segundo mayor consumidor de pollo y el principal destino de los embarques brasileños, que superaron los 1.900 millones de dólares, con un volumen de más de 679.000 toneladas exportadas al gigante asiático el año pasado.
“El fin de la medida antidumping hace que las exportaciones de pollo de Brasil sean más competitivas para ese mercado y, además, abre nuevas oportunidades para otros productores brasileños”, aseguró el gobierno brasileño.
Fortalecer la cooperación sino-brasileña
Si bien actualmente Beijing es el principal socio comercial de Brasil y el principal destino de sus exportaciones con un 30.7% en 2023. No es lo único en lo que están coincidiendo ambos países.
Brasil y China comparten espacio en el Grupo de los Veinte (G20), los BRICS y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Eventos en los que además proponen perspectivas similares para mejorar “la gobernanza global y potenciar conjuntamente la fuerza colectiva de los países en desarrollo y su derecho a la voz en los asuntos internacionales”, como citan en el último comunicado conjunto luego de la visita del canciller chino a Brasil.
El 20 de enero el Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi se reunió con el presidente brasileño en lo que fue una visita preparatoria de la que realizará el Presidente Xi Jinping al G20 en Río de Janeiro el próximo mes de noviembre.
Al terminar la reunión, Lula expresó que pretende reforzar los lazos con China y aunque oficialmente el gigante latinoamericano nunca se ha sumado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Wang Yi afirmó en Brasilia que China pretende involucrar los proyectos de infraestructuras del nuevo Programa de Crecimiento (PAC) relanzado por Lula el año pasado en las inversiones chinas en la nueva Ruta de la Seda.
“La cooperación entre Brasil y China cuenta con una base sólida, es de alta calidad y goza de un enorme potencial, y China se ha convertido desde hace mucho tiempo en el mayor socio comercial de Brasil” sostuvieron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Algunas voces occidentales están criticando duramente el tercer mandato de Lula que se inclina por fortalecer la cooperación Sur-Sur, que si bien está ligada a fortalecer a los países del Sur Global, es tomada como una iniciativa anti Estados Unidos. El mundo está cambiando, ya no es el mismo que el de los dos mandatos anteriores de Lula y el brasileño entiende que es necesario diversificar sus socios comerciales y diplomáticos.
Brasil y China hoy se encuentran en el mismo lugar, en la lucha contra la hegemonía del dólar, en proponer una solución de paz en la causa Israel- Palestina, en fortalecer los BRICS como un mecanismo de cooperación alternativo. Eso no significa que estén intentando romper con el sistema internacional actual. Significa que están tratando de proponer otro camino posible.