Tras la cumbre Unión Europea-CELAC en Bruselas, algunas diferencias entre los líderes latinoamericanos quedaron a la vista. Fue el caso del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de su par chileno Gabriel Boric.
En el marco de la cumbre, Lula dijo que su homólogo es “precipitado” y “apresurado” en sus críticas a los países latinoamericanos que vetaron las menciones a los rusos en la declaración final y evitaron la condenar a Rusia por la situación de guerra en Ucrania.
El martes 18, Boric abogó por una postura más firme de los países de la región. “Lo importante es el respeto al derecho internacional, que ha sido claramente violado por una parte que es un invasor, Rusia”, dijo el presidente chileno, irritado por el impasse sobre la declaración final. “Hoy, algunos no quieren decir que la guerra es contra Ucrania”.
El miércoles en que finalizó la cumbre, Lula recordó que “ya tenía prisa por Boric”, diciendo que durante las reuniones internacionales de su primer mandato quería que todo se resolviera en el mismo instante. “Pero no se trata sólo de los intereses de Brasil. Ayer estábamos discutiendo la visión de 60 países y tenemos que entender que no todos están de acuerdo con nosotros”.
El mandatario brasileño también destacó: “No tengo por qué estar de acuerdo con Boric, es su visión. Creo que la reunión fue extraordinaria. Tal vez la falta de costumbre de participar en estas reuniones hace que una persona joven tenga más ganas, más prisa, pero así es como suceden las cosas”, dijo Lula. “Fue la reunión más madura a la que he asistido entre América Latina y la UE, en la que se discutieron los temas que había que discutir y se llegó a un documento extremadamente razonable”.
Lula y Boric mostraron públicamente sus diferencias en mayo, durante la cumbre de presidentes sudamericanos celebrada en Brasilia. Después de que el brasileño dijera que Venezuela era “víctima de una narrativa de antidemocracia y autoritarismo”, el chileno contraatacó: “No es una construcción narrativa, es una realidad”.
El pasado jueves tras llegar a París y conocer las declaraciones de Lula, el presidente chileno dijo no sentirse molesto. “No me siento ofendido, me siento tranquilo por tener la oportunidad de hablar con él”, concluyó.