Marco Antonio Rubio, nació en 1971 en Miami, Florida, es un político estadounidense de ascendencia cubana. Hijo de inmigrantes cubanos que llegaron a Estados Unidos en 1956, su padre trabajó principalmente como mesero de banquetes y su madre como camarera de hotel y en una fábrica local. La representación de “el sueño americano”.
Rubio inició su carrera política en la Cámara de Representantes de Florida en 2000, llegando a ser presidente de la misma en 2006. En 2010, fue elegido senador por Florida, cargo que ocupó hasta 2025.
Rubio también fue rival de Trump en las internas republicanas de 2016, que en ese momento mantenía una relación irreconciliable con el actual presidente estadounidense, al que calificaba como “estafador”. Marco Rubio tampoco acompañó a Trump en los reclamos sobre un supuesto fraude en las elecciones que perdió frente a Joe Biden en 2020.
Sin embargo, todo cambió cuando Trump notó que necesitaba el voto “latino”, es por eso que se alió al hijo de inmigrantes cubanos para que lo acompañe en la campaña. Ambos tienen la misma visión antiinmigrante, además de ir contra Cuba, Nicaragua, Venezuela y China. Es por eso que Rubio se convirtió en el primer latino en llegar al puesto de Secretario de Estado.
Con la mira en América Latina
La historia contra varios países latinoamericanos lleva algunos años para Rubio, en 2012
intentó imponer a la Argentina gobernada por Cristina Kirchner una norma de bloqueo económico, a menor escala, que la aplicada contra Cuba. En ese momento, el gobierno argentino se enfrentaba la persecución del fondo Elliott Management, liderado por Paul Singer, quien logró retener la Fragata Libertad como parte de su reclamo por el pago de deuda que quedó fuera del canje.
Singer financió la campaña de Rubio y el senador de la Florida le respondió presentando en el Senado un proyecto, conocido como “enmienda Rubio”, que buscó que Estados Unidos bloqueara la llegada de préstamos de organismos internacionales a la Argentina, bajo condición para forzar la deuda reclamada por los bonistas como Singer.
En la actualidad, Rubio calificó a Javier Milei como su “amigo”, es por eso que el presidente argentino apuesta todas sus fichas a que los guiños con Rubio se traduzcan en la posibilidad de tomar nueva deuda con el FMI.
En Venezuela, en tanto, Rubio mostró su apoyo para que EE.UU. participe de una intervención armada y elabore un golpe de Estado comandado por Trump. Al final no ocurrió eso pero sí pusieron la logística para la movida de Juan Guaidó.
De Cuba dijo que su gobierno era un “régimen criminal” y “enemigo de Estados Unidos”, por otro lado, afirmó que Cuba es un Estado patrocinador del terrorismo y cuestionó la decisión de la administración de Biden de retirarlo de dicha lista.
Contra Nicaragua, Rubio pudo imponer en 2012 una sanción que se denominó “Nic Act” y fue aprobada en el primer gobierno de Trump para imponer sanciones y limitar el acceso a créditos para el país gobernado por Daniel Ortega.
El actual Secretario de Estado también habló de la presencia de China en la región latinoamericana y caribeña. Manifestó que empresas como Huawei representan una amenaza para la soberanía de los países latinoamericanos debido a los riesgos asociados con la infraestructura tecnológica que ofrecen.
Queda clara la visión de Marco Rubio sobre las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Destacó además que “La política exterior será una sola: la prioridad es Estados Unidos”, es así como en el nuevo gobierno de Donald Trump, Rubio será una pieza fundamental.