En febrero de este año Rusia lanzó la “Operación Especial” en Ucrania y a partir de ahí, el conflicto bélico no hizo más que crecer, no sólo en el continente europeo sino también en el asiático. Las presiones para elegir bandos aumentaron, al igual que las sanciones económicas, mientras algunos países sufren las consecuencias de decisiones que no han tomado.
Vladimir Putin, presidente ruso, expone que el motivo por el que se desata la guerra es el posible ingreso de Ucrania en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que para la Federación Rusa significaba un acto de provocación hacia su territorio y que además rompía con uno de los acuerdos de no expandir la OTAN hacia el Este.
Con la guerra en Ucrania se intensifica una formación de bandos, el mundo se está dividiendo en dos: Por un lado el bloque sino-ruso y aliados; por el otro, un bloque occidental y países aliados. En el primer caso, la estrategia gira en torno a lo económico y se propone como una alternativa al mundo unipolar. En el segundo caso, es económica como forma de presión a través de las sanciones y bélica, proporcionando material militar a sus aliados.
El bloque sino-ruso
Rusia fue sancionada económicamente por los países occidentales debido a la invasión a Ucrania, aún así, durante este mes vendió más petróleo que antes de la guerra. Actualmente, los dos grandes socios en materia energética para la Federación Rusa son China e India, los dos países más poblados del mundo, que compraron la misma cantidad de petróleo que los que hubiese comprado occidente.
Ayer, durante el inicio del Foro Económico de los BRICS, Xi Jinping se volvió a pronunciar sobre las sanciones a Rusia: “Debemos abandonar la mentalidad de la Guerra Fría y bloquear la confrontación y oponernos a las sanciones unilaterales, y al abuso de las sanciones”, manifestó el mandatario.
China en la actualidad cumple un rol de aliado económico de Rusia y uno de los pocos países que no se sumó a las sanciones occidentales, juntos proponen conformar otro polo de poder a la hegemonía estadounidense. Durante esta semana, ambos mandatarios usaron sus discursos para proponer alternativas económicas y criticar el liderazgo mundial sesgado de parte de occidente.
El gigante asiático, además tiene su propia propuesta que desde 2013 se encuentra en construcción: se trata de la Iniciativa de la Franja y la Ruta —BRI por sus siglas en inglés— la cual está pensada con el espíritu de la Ruta de la Seda original, durante la China imperial. Antiguamente, esta ruta funcionaba como un conjunto de redes comerciales que comunicaban Asia y Europa. Su recorrido comenzaba en China y atravesaba todo el continente asiático hasta llegar a territorio europeo.
Con todos los países miembros, China ha firmado acuerdos de inversión y cooperación en materia económica, sanitaria, cultural, digital y medioambiental. Cada uno de los gobiernos de los países que acuerdan con el gigante asiático expone sus intereses políticos y económicos, y eso determina la naturaleza de los proyectos de la nueva Ruta de la Seda.
Así como la actualidad de Rusia está atravesada por la guerra en Ucrania y sus consecuencias, el presente chino encuentra la presión occidental cerca de su territorio y con aquellos países que también son sus aliados económicos pero que en materia militar son aliados estadounidenses.
El bloque occidental
Desde la asunción de Joe Biden la estrategia hacia China se volvió intensa en materia de seguridad, el año pasado se creó en conjunto con Australia y Reino Unido la Alianza AUKUS en la que desarrollarán de manera conjunta armas hipersónicas, que pueden alcanzar al menos cinco veces la velocidad del sonido.
A principios de este año, la OTAN blanqueó que también tenía una estrategia para el Pacífico. Su secretario general, Jens Stoltenberg, manifestó que la Alianza debía ampliar la cooperación con sus socios de la región Asia-Pacífico, luego del rechazo de China a condenar la operación militar de Rusia en Ucrania.
“Vemos que China no ha estado dispuesta a condenar la agresión de Rusia. Y se ha unido a Moscú para cuestionar el derecho de las naciones a elegir su propio camino”, sostuvo Stoltenberg.
La estrategia Occidental en el Pacífico, además de incluir a Rusia y a China, agrega a ese “bando” a Corea del Norte. Este domingo por la noche, Estados Unidos y Corea del Sur lanzaron ocho misiles dirigidos hacia Corea del Norte y si bien impactaron en el mar, se trató de una demostración de fuerza entre ambos países que hoy son aliados indiscutibles.
Japón y Australia, otros dos aliados occidentales, acordaron potenciar su colaboración en materia de defensa y campos como la tecnología, el espacio o el entorno digital, para hacer frente a la “compleja” situación que afronta la región del Indopacífico. Ambos países sostienen una relación muy alineada a Estados Unidos en materia de seguridad, y por otro lado, muy importante en materia económica con China.
La semana que viene será la cumbre de la OTAN en España, ahí se marcarán las nuevas estrategias de seguridad de una organización que no deja de expandirse. China, Rusia y Corea del Norte son los enemigos mundiales para Occidente, quedará saber cuál es la estrategia estadounidense del futuro y si imagina que el bloque “enemigo” es capaz de responder.