La querella de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner denunció este lunes que el diputado nacional Gerardo Milman entregó a la justicia un teléfono celular que compró después del intento de magnicidio y que tendría, al menos, otros tres dispositivos móviles más, informaron fuentes judiciales.
Se trata de un iPhone modelo 14 Pro, que tampoco lo utilizó en las diez semanas posteriores, y que salió a la venta en Estados Unidos en septiembre de 2022, después del atentado contra la vicepresidenta.
Según la querrella de CFK hay otros tres aparatos que el diputado no aportó y que dos sí habría usado en aquella época. “Ahora sabemos que Milman entregó un celular (que adquirió) posterior al atentado y que tiene, al menos, tres celulares más, de los que no dio noticia”, aseguraron los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal en un escrito dirigido a la jueza federal María Eugenia Capuchetti y al fiscal Carlos Rivolo.
El fiscal había pedido el análisis del teléfono de Milman, planteo que fue rechazado por Capuchetti, luego aprobado por la Cámara Federal y hasta por la Cámara de Diputados. Pero como el diputado apeló, ahora debe definir la Cámara Federal de Casación Penal.
El exmano derecha de Bullrich no tenía obligación de entregar su teléfono pero su abogado Manuel Barros, se presentó el 22 de agosto último en el juzgado y ofreció un celular, como aparente gesto de colaboración y para que quedara a resguardo.
“Lógicamente, Milman, como imputado, no tiene obligación de entregar sus teléfonos. Aun así, su maniobra de entregar un celular sin relevancia e inexpugnable es un claro intento más de desviar la investigación. Quien sí tiene obligación de buscar la verdad es la jueza, a pesar de que hasta ahora sólo la ha estorbado”, señalaron los abogados.
La denominada “pista Milman” se inauguró el 23 de septiembre pasado: esa tarde un asesor del Frente de Todos (FdT) en la Cámara de Diputados, Jorge Abello, se presentó ante la jueza Capuchetti y dijo que había escuchado al legislador opositor referirse al atentado antes de que ocurriera.
Las asesoras de Jorge Abello, Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, estuvieron junto a él en el bar Casablanca de la esquina del Congreso cuando escucharon a Milman decir: “cuando la maten yo estoy camino a la costa”.
Capuchetti no les quiso secuestrar los teléfonos pese a que mintieron en su declaración y finalmente los presentaron tras una orden de la Cámara. La primera dijo que tenía un aparato nuevo, la segunda que había borrado todo.
Sin embargo, Ivana volvió a declarar en mayo y confesó que el borrado no fue voluntario, sino que su compañera la había llevado a una oficina de Bullrich donde esperaban un perito que se ocuparía de vaciar el dispositivo y Milman, a quien según la joven también “le manipularon” el celular.
En otra parte del escrito, los abogados de la vicepresidenta reclamaron a la jueza que “ponga a disposición de las partes la información en su poder relativa a las llamadas y mensajes entrantes y salientes de Milman” que ya entregaron las compañías de telefonía celular y que se mantiene en la caja fuerte del juzgado.
“Insistimos en que se trata de información cuyo estándar de revelación es menor que el de analizar un dispositivo secuestrado, por lo que no es una medida que requiera esperar la determinación respecto del celular de Milman que adopte la Cámara de Casación. Por lo tanto, debe ser inmediatamente puesta a disposición de las partes para avanzar con la investigación”, concluyeron los abogados.