Perú es uno de los cinco países más impactados por la pandemia de la COVID-19 con más de 700 mil casos y alrededor de 60 mil muertes. No sólo se encuentra en una crisis económica y sanitaria sino también política.
Por Erika Gimenez / Foto RT
El viernes pasado el Congreso peruano votó a favor de iniciar un juicio político contra el presidente Martín Vizcarra acusándolo de “incapacidad moral”, debido a una filtración de audios de presuntas contrataciones irregulares por parte del gobierno.
La “moción de vacancia” obtuvo 65 votos a favor, 36 en contra y 24 abstenciones. Los promotores del juicio, entre los que se encuentra Manuel Merino, actual presidente del Congreso, esperaban un mayor apoyo.
Vizcarra había logrado construir una imagen positiva gracias a su lucha contra la corrupción, aunque mantiene un duro enfrentamiento con la oposición. El mandatario no tiene partido ni bancada y deberá comparecer el 18 de septiembre ante el plenario para ofrecer sus descargos y se votará si el Congreso lo destituye o no. En caso de votar por la destitución del presidente, necesitarán 87 votos de los 130 legisladores del parlamento unicameral, una cifra nada sencilla después de los resultados del pasado viernes.
Merino, actual presidente del Congreso, admitió en una conferencia de prensa que tuvo una conversación con el alto mando militar en busca de apoyo por la destitución de Vizcarra. Sin embargo, rechazó las acusaciones de golpismo en su contra y las llamó “medias verdades”, alegando que su intención era transmitir calma al Congreso y comunicar que los legisladores “iban actuar en el marco de la Constitución”.
Sobre eso, se pronunció también el ministro de Defensa, Jorge Chávez. “La actitud del presidente del Congreso ha sido temeraria al pretender involucrar a las Fuerzas Armadas en un proceso político. Nuestras Fuerzas Armadas continúan firmes y cumpliendo su rol constitucional”
Martín Vizcarra, por su parte, habló de conspiración y expresó: “repudio que haya personas que quieran el caos y la inestabilidad por atender a meros intereses personales en medio de una de las peores crisis sanitarias de la historia”.
Una crisis política estructural
Es falso creer que lo que ocurre hoy en Perú se debe a una crisis económica y sanitaria como la de la mayoría de los países con casos de COVID-19. La política peruana no ha podido solucionar un conflicto que lleva décadas.
Durante la presidencia de Albeto Fujimori se llevaron a cabo graves violaciones a los derechos humanos. Fue hallado culpable intelectual de las matanzas de “Barrios Altos” en 1991 y en “La Cantuta” en 1992, cometidas por un escuadrón del ejército conocido como “Grupo Colina”. Por estos y otros hechos fue condenado a 25 años de prisión en 2007.
No sólo violaciones a los derechos humanos, también hay causas de corrupción. El caso Odebretch, fue el más resonante de los últimos años. El exjefe de esa empresa en Perú, Jorge Barata dio varios nombres durante la investigación del caso, entre ellos están los presidentes Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).
El primer expresidente peruano en ser puesto en prisión preventiva por el caso fue Ollanta Humala junto a su esposa Nadine Heredia, en julio de 2017. Pedro Pablo Kuczynski renunció a la presidencia el 21 de marzo de 2018. Cumple prisión preventiva domiciliaria porque se presume que ayudó a Odebrecht a adjudicarse la construcción de la ruta Interoceánica (entre Perú y Brasil) cuando fue ministro de Alejandro Toledo.
El 17 de abril de 2019, el expresidente Alan García se disparó en la cabeza momentos después de ser arrestado por la Policía. Su situación se complicó luego de que confirmaran que recibió cuatro millones de dólares de Odebrecht para lograr un contrato de una línea de subte.
El expresidente Alejandro Toledo fue arrestado el 16 de julio de 2019 como parte del pedido de extradición de Perú por presunto delito de corrupción y lavado de activos.
Las investigaciones también alcanzaron a la excandidata presidencial Keiko Fujimori, hija del expresidente, quien en noviembre pasado dejó la prisión después de 13 meses, fue juzgada por obstruir la investigación en su contra usando su mayoría en el parlamento.
Una necesidad urgente
Durante una entrevista en el programa de radio “Un mundo de sensaciones” en Futurock, la representante del Movimiento Nuevo Perú Anahí Durand destacó que “no es necesaria la discusión política” que se está dando actualmente en el Congreso, que “hay necesidades sociales más urgentes” y que la cantidad de muertos por la pandemia sólo se explica por “el abandono por parte de gobiernos neoliberales”.
A modo de autocrítica de lo que ocurre, Durand dijo que mantener un establishment político no favorece a la mayoría de la población, pero que es difícil proponer una alternativa progresista porque la sociedad peruana está altamente golpeada y no se moviliza, no hay muchas fotos de movilizaciones masivas en Perú, como las que se han visto en Chile. Cuesta comprometer a la ciudadanía.
En este contexto, con un presidente deslegitimado, con una sociedad que descree en la política debido a las causas de corrupción de distintos partidos políticos, renuncias de presidentes y hasta suicidios. Se debe encaminar a las elecciones de 2021. Perú tiene un desafío inmenso: poder construir una fuerza de gobierno que ordene y que además pueda llevar a cabo las reformas necesarias para representar a las mayorías.
Con informaciones de:
https://www.latercera.com/mundo/noticia/peru-vizcarra-en-la-cuerda-floja/D22GJTKLVJF7VHXJMLCOQP5ITI/
https://resumendelsur.com/web/2020/09/14/podcast-vizcarra/
Entrevista de UMDS de Futurock a Anahí Durand