El cofundador de Pink Floyd fue entrevistado por Vijay Prashad para NewsClick India.
Por Newsclick
El director del Instituto Tricontinetal, Vijay Prashad, conversó con Roger Waters sobre la detención y el juicio de extradición que enfrenta Julian Assange.
El 7 de septiembre comenzó la segunda fase del juicio contra el creador de Wikileaks, donde la justicia británica deberá decidir si concede o no su extradición a Estados Unidos. Assange, dos de sus socios en WikiLeaks y un empleado de la organización son acusados de ser sus cómplices en conspirar contra la seguridad estadounidense.
El reconocido músico opinó sobre la publicación de documentos clasificados, la actividad militar estadounidense y la acción del sistema judicial.
Vijay Prashad: ¿Podrías compartir algunos de tus sentimientos sobre este largo periodo de Assange en la cárcel y su posible extradición?
Roger Waters: Sí; pienso ¿por qué está pasando esto? ¿cómo puede ser posible que esto esté sucediendo? Ciertamente estoy en ese tipo de lugar ‘‘a lo Carroll’’ donde nada tiene sentido en absoluto y estamos viviendo en la fiesta del té del sombrerero loco. Es bastante claro, para cualquiera con un coeficiente intelectual superior a la temperatura ambiente, que Julian Assange es un gran periodista y completamente inocente de cualquier crimen en absoluto.
Lo han tenido encerrado por un año y medio y lo van a matar. Están decididos, así que van a proceder con este tribunal desautorizado en Londres. Toda la población de Inglaterra, de la cual me siento parte a pesar de vivir en Estados Unidos, todos vamos a estar de pie. No yo, o vos: muchos de nuestros amigos de todo el mundo nos estamos manifestando.
Estoy muy enojado con esto. Estuve leyendo un artículo que decía que él es el equivalente contemporáneo de una cabeza en la pica. Como una advertencia para el resto. Hace un año escribí que Julián Assange era como la urraca colgada como espantapájaros, es una advertencia, un “no lo hagas”. No te robes los huevos del faisán.
VP: ¿Qué sería el faisán en esta situación?
RW: En este caso los huevos del faisán serían la verdad a la que todos deberíamos tener acceso, en cualquier sociedad razonable o decente. Pero es inconveniente para los poderes que cualquiera de nosotros tenga acceso, que sigamos buscando.
VP: Te encontraste por primera vez con Julian Assange y su trabajo. ¿Qué te atrajo a Julian Assange?
Rw: Bueno, pueden ser las imágenes de daños colaterales que están disponibles, probablemente a través de Chelsea Manning, esa fue la primera vez. Realmente eso, algo tan blanco y negro pero también apasionante e incontestable.
Lo cierto es que Abu Ghraib vino antes de los videos de asesinatos colaterales. Abu Ghraib estaba demostrando que el imperio de EE. UU. era en realidad el tercer Reich personificado.
Esas fotografías fijas que salieron eran como la precuela del video del asesinato colateral. Pero cuando el video salió, de repente estaba justo frente a ella. Salieron justo a tiempo para mí, para ponerlos en el show de ‘‘War’’ que comencé en octubre de 2010 en Toronto y Canadá y terminé el 13 de septiembre en el Stand de France en París.
Durante tres años estuve mostrando en nuestros shows el video del asesinato colateral durante una canción mía llamada “Run like hell”.
VJ: ¿Podrías rápidamente describir el video?
RW: Es un video en blanco y negro donde se dispara desde helicópteros Apache. Creo que los helicópteros de ataque Apache están armados con misiles Hellfire y ametralladoras calibre 30. Se escucha un audio de un joven, un piloto americano manejando estas naves. Estos pilotos han sido reducidos a la servidumbre por el pentágono y la Casa Blanca. Los transformaron en autómatas sedientos de sangre sin empatía ni sentimiento por los demás seres humanos.
Podés oírlos hablando entre ellos y escuchar la desesperación por recibir permiso para matar gente en tierra. Con el fin de conseguir ese permiso tienen que fingir que hay peligro para ellos desde sus helicópteros Apache, volando armados hasta los dientes.
VP: ¿Cómo sigue?
RW: Dos de los hombres en el suelo son camarógrafos de Reuters: Said y Lair. Son camarógrafos, por lo que llevan cámaras. Y si observas con mucho cuidado podrías observar a alguien que lleva un AK a unos metros, sobre la calle. Pero sobre la base de esta doble noción, de que estas personas podrían ser peligrosas de alguna manera, obtienen la orden de abrir fuego.
Entonces matan a todos. Matan tal vez a 13 personas y no solo los matan: los destruyen. Queda muy poco de ellos. Luego un tipo está herido y se arrastra por detrás de una pared y ellos lo siguen, desesperados por matarlo. Este recibió al menos dos impactos de 30 milímetros, obviamente se está muriendo de todos modos pero finalmente le disparan y asesinan.
Un buen samaritano aparece en una furgoneta para ayudar a este tipo, en caso que no esté completamente muerto, por lo que abrieron fuego sobre la camioneta. Había dos niños en la camioneta que resultaron heridos en el ataque y el conductor muere, creo.
Pero aquí hay una muestra: es como (la matanza de) My Lai puesto en un film en tu living. Para que no puedas decir “no lo creo” o “eso es improbable”.
Y aparece Seymour Hersh, ¿qué sabe él? Bueno, él sabe mucho sobre muchas cosas porque él es otro periodista dedicado, quien trata de decir la verdad sobre las cosas, así que de repente fue irrefutable la evidencia de un atroz y espantoso crimen de guerra. ¿Y qué han hecho? ¿qué hicieron ellos? Crucificaron a Chelsea Manning. Ella sigue siendo crucificada y ellos seguirán crucificándola por el resto de su vida. Terminé sabiendo que, en su reciente audiencia cuando estaba finalmente por salir de la prisión, el juez de la causa dijo “todavía tienes que pagar los 260.000 dólares”. Son 260 días a 1.000 dólares por día por negarse a dar evidencia ante un gran jurado ilegal preparado para crucificar a Julián Assange.
Chelsea Manning entregó un informe sobre un crimen de guerra. Cumplió con su deber como ser humano, a pesar de que en ese momento ella estaba al servicio de las fuerzas armadas americanas.
Chelsea Manning habló y pagó un costo que ha sido enorme y ella es una gran heroína para mí.
VJ: Si por publicar un material puede ir preso, ¿Roger Waters debería estar preso?
RW: He dicho ese punto públicamente. No tienes que extraditarme, estoy en EE. UU., puedes venir y golpear mi puerta. Podrían hacer exactamente eso pero tienen que arrestar cientos de miles de personas, tal vez millones de personas en EE. UU. por compartir esta información para propagarla, por decir “mira esto”.
Sin embargo, por mucho que yo lo muestre en mi show, esto está pasando. No estoy sugiriendo una especie de teoría conspirativa como si un masón decidiera todo desde Harvard o Yale o en algún lugar.
Esa organización está sumamente bien organizada y elaborada. Los que deciden como es el mundo, quienes escriben las leyes, se imponen de alguna manera para lograr personas completamente desinteresadas en esto.
VJ : ¿Cómo actúa el sistema judicial en estos casos?
RW: Es una farsa completa, por eso mi exasperación. No puedes tener ni una conversación porque pueden apuntarte. Nuestras voces no son escuchadas. Las clases dominantes pueden comprar todas las formas de difundir la información, pueden poseer todos los periódicos y entregar propaganda y tener todas las estaciones de televisión. Todo porque son ricos, porque son la clase dominante.
VP: ¿Qué está sucediendo en Estados Unidos?
Nadie entiende más nada. Si Donald Trump piensa que estás apoyando a un terrorista o a una organización pueden arrestarte y encerrarte para siempre. Sin llamadas telefónicas, sin abogado, sin nada, solo porque él piensa que podría ser así.
Y a la gente se la llena de propaganda. Están tan cerca de quedarse sin hogar que se aferran desesperadamente a teorías punitivas, teorias que señalan a los negros, los musulmanes o los chinos. Es la propaganda más fácil de vender.
Entonces la gente se aferra a eso: “No necesito saber la verdad, no necesito los videos de asesinatos colaterales. No necesito de Assange, ni de Vijay Prashad, ni del Instituto Tricontinental ni de Roger Waters. No necesito que alguien intente sacarme de este pantano en el que me estoy ahogando. Estoy bien: son ellos, Trump tiene razón”. Desafortunadamente eso reconforta, aunque a la semana siguiente sean lanzados a la calle y finalmente se queden sin hogar.