El lunes pasado en la madrugada argentina jugó la selección femenina de fútbol cayó frente a Italia 1 a 0 en un partido parejo. El jueves 27 llegó el encuentro con la campeona de La Copa Africana de Naciones Femenina, Sudáfrica, con quien logró empatar 2 a 2 en un partido que empezó perdiendo. Si bien ambos partidos rompieron récords de vistas, según la TV Pública, en redes sociales se leen críticas a la actuación de las jugadoras sin tener en cuenta el trasfondo.
La liga femenina “profesional” en nuestro país se anunció el 16 de marzo de 2019 que en la actualidad está lejos de tener ese profesionalismo: de los 20 equipos que integran la máxima categoría, sólo 5 tienen más de 20 jugadoras profesionales: Boca, River, San Lorenzo, Racing y Gimnasia La Plata y ninguno cuenta con un plantel 100% profesional.
Según un relevamiento realizado por Chequeado, en la Primera División femenina hoy hay 577 jugadoras inscriptas, de las cuales 345 tienen contrato profesional. Es decir, más del 40% de las jugadoras de la Primera División argentina aún son amateurs (es decir, 232 futbolistas).
Los datos a nivel mundial también son bastante desiguales, una encuesta realizada por el Sindicato Internacional de Futbolistas (FIFPro) da como dato que casi un tercio de las jugadoras –el 29 por ciento- no recibió ninguna compensación por su participación en la clasificación para la Copa Mundial. El sesenta y seis por ciento tuvo que solicitar permiso no retribuido o vacaciones de otro empleo para jugar con su selección nacional. Todavía falta mucho.
Aún así, existen países como los que son anfitriones de la Copa Mundial 2023 /Australia como Nueva Zelanda) ambos países ofrecen igualdad de salario para las y los futbolistas que disputan torneos internacionales, algo que como bien sabemos en Argentina no sucede.
La cobertura periodística
En la cobertura de los grandes medios, el certámen femenino de fútbol se vió la violencia mediática a través del morbo. En dos oportunidades el diario deportivo “Olé” habló de las relaciones sexoafectivas de las jugadoras, de la posibilidad de un enfrentamiento deportivo con sus parejas y de otras situaciones amorosas que nada tienen que ver con la competencia deportiva.
Por otro lado, esta semana se vio un ataque no sólo de usuarios de redes sociales a Yamila Rodríguez, sino también de periodistas deportivos o incluso medios por opiniones que la jugadora expuso en redes sociales sobre su fanatismo por Cristiano Ronaldo (y tener un tatuaje de él). se aprovechó para atacarla por ser “Anti Messi”, y el acoso escaló a otros niveles, al punto que la deportista tuvo que salir a pedir que paren.
Rodríguez publicó una imagen de Messi y Ronaldo abrazados con un mensaje que comenzaba: “Por favor basta, no la estoy pasando bien”. Los ataques sobre la delantera nacional fueron completamente repudiados desde la Selección Argentina y varias jugadoras expusieron que la violencia en redes les afectaba negativamente. A pesar de esto, no parece haber una solución para el acoso que están sufriendo las deportistas, mientras se desarrolla el mundial y el enfoque debería estar en otro lado.
Es así como el fútbol femenino todavía sigue teniendo una cobertura donde lo extradeportivo pesa más que la competencia misma. Falta mucho para resolver desigualdades de fondo que siguen siendo una deuda histórica.
Aún así, el certamen sigue y la Selección Argentina se enfrenta a Suecia el próximo 2 de agosto desde las 4 Estadio Walkato, Hamilton, Nueva Zelanda por la fecha 3 del grupo G donde tendrá que ganar para poder pasar de ronda.