Este lunes 17 de abril el ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov –una de las figuras más importantes del gobierno de ese país- llegó a Brasilia. Allí se encontró con el canciller brasileño Mauro Vieira, con quien mantuvo una reunión donde se discutieron acuerdos comerciales y también se habló sobre la situación en Ucrania.
Tras la reunión, el ruso habló en conferencia de prensa. Allí, Lavrov dijo que “Rusia y Brasil tienen visiones alineadas [o paralelas] respecto a los acontecimientos” en el mundo. Según el canciller, los dos países están “unidos por el deseo común” de contribuir a la construcción de un mundo “más justo, veraz y democrático”.
A su vez, ambos ministros confirmaron que se debatió sobre el conflicto en Ucrania. “Hoy hemos hablado del contexto que es necesario tener en cuenta para resolver este problema, no de forma precipitada, sino sobre la base de negociaciones a largo plazo […] que tengan en cuenta los intereses de seguridad de todos los Estados sin excepción”, dijo Lavrov.
El diplomático afirmó que Rusia tiene interés en poner fin al conflicto lo antes posible y reafirmó la necesidad de impedir que el territorio ucraniano se utilice para amenazar la seguridad nacional de Rusia.
“Rusia y Brasil tienen visiones alineadas respecto a los acontecimientos” en el mundo
Según el canciller, “nuestros colegas occidentales llevan a cabo una severa lucha por mantener su postura dominante en los asuntos internacionales […] y esto ha impulsado la situación actual en las relaciones entre Rusia y la OTAN, la Unión Europea, e incluso con respecto al proceso en Ucrania”.
Lavrov agradeció a Brasil su comprensión de “la génesis de esta situación” y sus esfuerzos por contribuir a la resolución del conflicto. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, reiteró la postura de su país en el conflicto y pidió un alto el fuego.
“Reforcé la voluntad brasileña de contribuir a una solución pacífica del conflicto”, declaró el canciller Vieira. “Reiteré nuestra posición a favor de un alto el fuego negociado, con respeto a los derechos humanitarios y una solución negociada con vistas a una paz duradera”.
Gesto de soberanía
La visita de Lavrov llega en un momento en el que Brasil viene dando muestras contundentes de su soberanía. Previamente a la llegada del canciller ruso, Lula viajó a China donde se reunió con su par Xi Jinping y visitó la fábrica de Huawei, emblema de la tecnología de última generación y una de las grandes preocupaciones de Estados Unidos.
Anteriormente a esta visita al país asiático, se conoció el anuncio de que ambos países pasarían a comerciar en yuanes y reales, lo cual sin dudas implica un impacto para el dólar debido al peso y al volumen del comercio entre estos dos gigantes. China es el principal socio comercial de Brasil y sólo en 2022 el volumen de exportaciones para el país asiático alcanzó los 89,4 billones de dólares.
Teniendo en cuenta estos movimientos, la llegada de Lavrov a Sudamérica con Brasil como primera escala irritó al gobierno norteamericano.
“Brasil está repitiendo como un loro la propaganda rusa y china, sin mirar en absoluto los hechos”, dijo el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dejando clara la incomodidad de los demócratas con los vínculos comerciales que el gigante sudamericano tiene con sus socios asiáticos.
Kirby también se refirió con su declaración a los dichos del presidente brasileño Lula Da Silva en su visita a China la semana pasada, donde expresó que Estados Unidos debe parar de incentivar la guerra en Ucrania al tiempo que cuestionó la continuidad del dólar como moneda exclusiva para las transacciones internacionales.
Hacia un nuevo orden mundial
Las críticas de la Casa Blanca a las declaraciones y los gestos de Brasil llegan en un momento preocupante para Estados Unidos. Tras el inicio de la guerra en Ucrania los norteamericanos han perdido una influencia considerable a nivel global a manos de Rusia y China, quienes encabezan lo que se denomina transición hacia la multipolaridad y han protagonizado una serie de acuerdos que lograron evadir las sanciones unilaterales y comienzan a configurar un eje que busca proponer una alternativa a la hegemonía norteamericana.
Los acuerdos económicos regionales entre países asiáticos y el desarrollo y crecimiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, sumado al crecimiento acelerado de la economía China y sus vínculos con el sur global generaron un escenario en donde la hegemonía de Estados Unidos y su abordaje de la política exterior con la intervención directa e indirecta como estrategia se ve constantemente cuestionada.
Tenemos intereses políticos y tenemos intereses en construir una nueva geopolítica
“Tenemos que crear una nueva forma de gobernanza mundial” declaró Lula en una entrevista luego de su reunión con el presidente chino Xi Jinping. “Nuestros intereses en la relación con China no son sólo comerciales […] Tenemos intereses políticos y tenemos intereses en construir una nueva geopolítica para que podamos cambiar la gobernanza mundial dando más representación a las Naciones Unidas”. A su vez, destacó: “”nadie prohibirá la mejora de las relaciones entre Brasil y China”, en un claro gesto de soberanía y de repuesta a las presiones de Washington.
Una declaración similar dejó Sergei Lavrov luego de su encuentro con el canciller brasileño: “Brasil y Rusia están logrando un orden mundial más justo, correcto y basado en el derecho, y esto nos da una visión multipolar del mundo”.
Si bien el presidente brasileño dejó claro que no pretende romper relaciones con Estados Unidos (segundo socio comercial de Brasil), la llegada de Lavrov sumada a los últimos movimientos de Brasil en política exterior dan cuenta de la pretensión de soberanía a la que apunta el nuevo gobierno brasileño. Los próximos abordajes de la diplomacia brasileña prometen dejar en claro cual será la profundidad de dicha estrategia.