Un reciente estudio realizado por la organización Fundar derriba cuatro mitos frecuentes sobre el programa Potenciar Trabajo, una ayuda social implementada en 2020 con el objetivo de mejorar la empleabilidad y promover la inclusión social.
Como una parte importante de la política social en Argentina, Potenciar se estructuró alrededor de transferencias económicas condicionadas. Los beneficiarios del programa cobraban el equivalente a medio Salario Mínimo, Vital y Móvil.
Como contraprestación debían participar de procesos socioproductivos y comunitarios, o podían optar por capacitarse en oficios o terminar sus estudios primarios y secundarios.
El Potenciar Trabajo fue uno de los primeros programas que la Ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello decidió atacar. En los primeros seis meses del año, el recorte de recursos para el Potenciar Trabajo y sus continuadores fue del 56% en términos reales, según determinó la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
“Decidimos terminar con el Potenciar Trabajo porque el objetivo no se había cumplido. De todo ese universo de beneficiarios, la gente que consiguió empleo era del 1,3%”, argumentaba Pettovello durante una entrevista con el servil Luis Majul.
El informe dela organización Fundar producto de la “Encuesta de la Economía Popular de CABA” realizada en 2023, sobre un total de 1800 casos, es un botón de muestra de las mentiras del gobierno de Javier Milei sobre los sectores de la economía popular.
Mito 1: “Cobran el plan y no hacen nada”, derribado
Los resultados del estudio hablan por sí solos: 8 de cada 10 personas (78%) realiza una contraprestación laboral por el cobro del beneficio del programa. De ese conjunto, la mitad (37,6%) reporta que la contraprestación a Potenciar es su ocupación principal, la otra mitad (40,4%) indica que es una ocupación secundaria.
La tendencia a que los beneficiarios se orienten a una contraprestación laboral no solo se observa en CABA. Según un relevamiento realizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, de los más de 1,2 millones de inscriptos, el 93,7% realizaba contraprestación laboral mientras que el 6,2% restante lo hacía a través de formación laboral o educativa.
Mito 2: “No tienen cultura de trabajo”, fuera abajo
Las personas destinatarias del programa otorgan una elevada importancia a cumplir con sus obligaciones laborales. El 93,9% considera que cumplir sus tareas en el tiempo estipulado es “importante” o “muy importante”. Este porcentaje baja al 85% entre quienes no son beneficiarios del programa.
Mito 3: “No quieren tener un trabajo formal porque prefieren cobrar un plan”. Otra mentira
Una falacia repetida por muchos es que “la asistencia del Estado mediante los planes sociales le gano al Trabajo y al empleo”. Repetida por mucha gente de a pie e instalada en el discurso de los empresarios.
Pero de acuerdo con los datos de la encuesta y con los testimonios recogidos, aspirar a un empleo formal es un ideal muy presente entre los beneficiarios. La principal aspiración de la población encuestada (en particular entre quienes quisieran cambiar de trabajo) es acceder a un empleo formal, con un pico de 77,4% entre quienes no tienen contraprestación laboral al beneficio.
Mito 4: “Con un plan les alcanza para vivir”. Falso
La mitad de las personas destinatarias de Potenciar Trabajo (50,8%) tiene más de una ocupación. Es decir, el programa funciona, en buena medida, como un complemento de ingresos para personas que reciben una baja remuneración por sus empleos.
Aún quienes reportan que la contraprestación realizada por Potenciar Trabajo es su ocupación secundaria perciben ingresos bajos por su ocupación principal: más de un 60% de ellos reporta percibir por su ocupación principal un ingreso igual o inferior a medio salario mínimo.
Poder ver el informe completo de la organización Fundar acá.