A poco de que se cumplan 50 años del golpe de Estado en Chile, la Corte Suprema de ese país condenó a siete militares por el asesinato de Víctor Jara, uno de los músicos más destacados de América Latina.
La justicia decidió que la mayoría deba pagar entre 8 y 25 años de prisión por haber sido culpables del secuestro, tortura y muerte de Jara. Sin embargo, ayer uno de los condenados se suicidó: se trata del exbrigadier del Ejército chileno, Hernán Carlos Chacón Soto, quien luego de recibir la condena, se encerró en su baño y se disparó.
Tanto Chacón Soto como el resto de los militares señalados –Raúl Jofré, Edwin Dimter, Nelson Haase, Ernesto Bethke y Juan Jara- también deberán pagar penas por la muerte del exdirector de prisiones Littré Quiroga, quien estuvo detenido junto a Jara en el Estadio de Chile, el cual hoy lleva precisamente el nombre de “Víctor Jara”.
Allí pasaron alrededor de 5 mil detenidos, muchos de los cuales eran “interrogados” bajo tortura al interior del Estadio.
El secuestro y asesinato de Víctor Jara
Víctor Jara era un destacado artista al momento del golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet, aquel 11 de septiembre de 1973. El ejército bombardeó el Palacio de la Moneda y asesinó al por entonces presidente Salvador Allende, quien desde hacía sólo tres años atrás estaba al frente de unas reformas de carácter socialista.
Jara salió en defensa de la democracia como muchos y muchas, pero fue detenido a las pocas horas. Sobrevivientes de la matanza que encabezó la dictadura militar declararon que el reconocido músico fue torturado con alevosía durante cuatro días, llegándole a cortar algunos de sus dedos y su lengua, como una metáfora maligna de la derecha golpista.
Fue asesinado el 16 de septiembre de ese año y su familia pudo recuperar su cuerpo, al que ocultó hasta 2009, cuando se le rindieron homenajes y finalmente sus restos pudieron ser sepultados en el Cementerio General de Santiago.