Yahya Sria, portavoz de los hutíes en Yemén, afirmó que el ataque aéreo contra Israel se dio “por un sentido de responsabilidad religiosa, moral, humanitaria y nacional” hacia el pueblo de Gaza.
Sria agregó además que “Israel está realizando una masacre en Gaza con apoyo de Estados Unidos y varios regímenes del mundo. Es por eso que hemos decidido lanzar misiles crucero y balísticos a Israel”.
Mientras tanto, las denuncias internacionales de crímenes de guerra se multiplican en todo el mundo, pero el Estado israelí cuenta con el respaldo de Estados Unidos. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, rechazó un alto al fuego en Gaza durante una audiencia en el Senado.
Según Blinken, un alto al fuego “consolidaría lo que Hamás ha podido hacer y le permitiría permanecer donde está y potencialmente repetir lo que hizo el 7 de octubre y eso no es tolerable”.
La violencia israelí no cesa
El Ministerio de Salud de Gaza, anunció que 8.525 personas, entre ellas 3.542 menores de edad y 2.187 mujeres, murieron debido a los bombardeos contra la Franja de Gaza desde el 7 de octubre.
Por su parte, las Naciones Unidas insisten en que la ayuda a Gaza llega a cuentagotas y que los suministros son insuficientes, ya que calculan en 100 camiones de ayuda humanitaria al día como el mínimo para atender las necesidades de la población.
En este sentido, el portavoz del Ministerio, Ashraf Al-Qudra, detalló que entre los muertos se cuentan 130 trabajadores de la salud, además 15 hospitales y 32 centros de salud están fuera de servicio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre una inminente “catástrofe de salud pública” en Gaza.
Desde UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, expresaron que “casi el 70 por ciento de los muertos son niños y mujeres”. Philippe Lazzarini, director de la agencia, dijo que el ataque israelí “no puede ser un daño colateral”.
Lazzarini pidió nuevamente un “inmediato alto el fuego humanitario, ya que se trata de una cuestión de vida o muerte para millones de personas”. Y recalcó que “el presente y el futuro de los palestinos y los israelíes depende de eso”, después de acusar a Israel de un “castigo colectivo” contra los palestinos.
Debido a la evidente violencia del Estado de Israel y de sentirse expuesto, mantiene una tensa relación con la ONU. Este lunes, el embajador israelí ante las Naciones Unidas causó revuelo, incluso entre sectores israelíes, al lucir una estrella amarilla, como las que los nazis obligaban a portar a los judíos en los años treinta del siglo pasado. “LLevaremos la estrella hasta que condenen las atrocidades de Hamás y exijan la liberación inmediata de nuestros rehenes”, dijo a los miembros del Consejo de Seguridad.
La respuesta israelí ante el pueblo palestino sigue siento la persecusión, la violencia y los crímeres de guerra. Mientras que en otros espacios la victimización está a la orden del día. El fin del conflicto está cada vez más lejos, lamentablemente.