Se suma un nuevo conflicto diplomático a la lista de los que ya tiene Javier Milei. Esta vez, del otro lado del Atlántico, cuando el fin de semana que pasó, en un encuentro organizado por el partido de ultraderecha español Vox en la ciudad de Madrid, el presidente libertario atacó en su discurso a la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, tildándola de corrupta.
El gobierno español le pidió que se disculpara, pero fiel a su estilo, Milei redobló la apuesta. Esta mañana, el vocero presidencial Manuel Adorni se encargó de ratificar esa postura. “Si el presidente y funcionarios del Reino de España se quieren hacer cargo de las críticas que el presidente Milei vertió hacia el socialismo y la corrupción, no es un problema de nuestra República. Al que le quepa el sayo que se lo ponga”.
Este no es el primer conflicto diplomático que se compra Milei, y parecería que tampoco será el último. De hecho, a lo largo de estos cinco meses generó graves diferencias diplomáticas con países cercanos, así como otros de importancia, como lo es con China. En el primer caso, el ejemplo más claro es el ataque que salió desde la Casa Rosada para con el presidente de Brasil, Lula Da Silva. De hecho, el mandatario brasilero, no viajó a la Argentina para presenciar la asunción del presidente Milei.
Por otro lado, la administración de Milei ha generado una crisis sin precedentes con China, principal socio comercial de la Argentina. En ese sentido, la Canciller Diana Mondino ha tenido un rol lamentable. Hace días atrás aseguró que “todos los chinos son iguales”, lo que le valió críticas de muchos sectores.
Crisis con países hermanos
El 28 de marzo, en una entrevista a CNN, Milei tildó al presidente de Colombia Gustavo Petro de “asesino terrorista”. Las consecuencias fueron la expulsión de diplomáticos en la Embajada Argentina en Bogotá.
Sus dichos fueron la gota que rebalsó el vaso de otras declaraciones que el líder de LLA había tenido contra el presidente de Colombia. Ya en enero Milei había dicho que Petro era un “comunista asesino”.
Las consecuencias fueron graves tensiones diplomáticas. Colombia anunció la expulsión de los funcionarios argentinos a cargo de la embajada en Bogotá, lo que llevó dos meses de recomposición y negociaciones entre las cancillerías de ambos países para que la situación vuelva a la normalidad.
En la entrevista con CNN, Milei también se refirió al presidente de México, Manuel Lopez Obrador, como “ignorante”, a lo que el mexicano le respondió indirectamente sin entrar en el juego: aseguró que no entendía “como los argentinos votaron a alguien que desprecia al pueblo”.
Con Chile también hubo grandes tensiones, al haber agravado la figura del actual presidente Gabriel Boric públicamente, cuando durante la campaña electoral, Milei viajó a Santiago de Chile y en una reunión de partidos de derecha dijo: “esperamos sacar la plaga kirchnerista, en realidad toda la plaga socialista que azota a Argentina por más de cien años, espero que ustedes tengan la dicha y la altura como para poder sacarse también a este empobrecedor de Boric”.
Sumado a eso, el verdadero cortocircuito se dio el mes anterior cuando la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich aseguró presencia de grupos terroristas en Chile, algo que no solo le trajo repudios públicos sino también un reclamo diplomático formal.
“También se ha visto en el último tiempo presencia en Iquique, en el norte de Chile, el año pasado en San Pablo, Brasil, y hace unas pocas semanas en Perú y el año pasado se detuvieron a dos personas de Hezbollah en la ciudad de San Pablo”, había dicho Bullrich.
El presidente Boric aseguró que Chile “no ampara a ningún grupo terrorista” y le pidió a la funcionaria que sea “responsable” en sus declaraciones y deje de hablar “al tun tun”.
Pero no fue el único cruce con el país vecino. EL mes anterior, el embajador argentino en Chile Jorge Faurie dijo en una visita técnica bilateral: “mi país ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer”, otra tensión que sumó a las ya acumuladas.
Ningún gobierno de estos países latinoamericanos apoyaron la candidatura de Javier Milei en Argentina (ni Brasil, ni Colombia, ni Chile). Sin embargo, las fuertes declaraciones del libertario parecieran ser algo más que una forma revanchista de manejarse. La identidad ultraderechista que el presidente pretende construir pareciera que trae aparejado el odio como expresión en cualquier lugar y en cualquier momento. Incluso pareciera ser más importante que el futuro diplomático de Argentina.
Nuevos conflictos se avecinan
Desde hace un mes, los vuelos de La Habana-Buenos Aires permanecen suspendidos por parte de la aerolínea cubana debido a que las empresas locales petroleras se niegan a proveerle combustible, “invocando las disposiciones de las medidas de bloqueo de Estados Unidos contra Cuba”, según indica la denuncia en el comunicado oficial.
Cubana de Aviación comunicó “la abrupta negativa de las empresas proveedoras de combustible de aviación en la República de Argentina de prestar servicio” a los aviones de sus “vuelos autorizados” por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), y de esta forma, Argentina y Cuba no cuentan más con servicios aéreos.
Todo esto, indicaría que es una decisión que sostiene la gestión de Javier Milei en el marco de su intento de alineación con Estados Unidos, y el apoyo al bloqueo que éste mantiene sobre la isla caribeña.
Por otro lado, en su intento de alianzas algunos actores geopolíticos, la forzosa amistad que el presidente Javier Milei pretende construir con Israel, también podría acarrear otras problemáticas del otro lado del continente.
Su presencia en el acto en memoria de las víctimas del Holocausto y del terrorismo de Hamas, el presidente Javier Milei pidió por las almas de los israelíes y denunció la liberación de los secuestrados en la Franja de Gaza, en el marco de la guerra contra Palestina. Incluso, a lo último de su discurso habló en hebreo.