Tras participar en las movilizaciones en el día 24 de octubre cerca de la oficina Integrada de las naciones unidas (BINUH) en repudio a las posibles intervenciones en el país, la organización popular de los campesinos denominada “Tèt kole ti peyizan” organizó una ocupación pacífica en la Embajada de Brasil en Haití con el objetivo de apoyar la candidatura del Presidente Luis Ignacio “Lula” Da Silva.
Las consignas fueron desde “Solidaridad con Lula”, “Basta del Fascismo”, “Basta del Racismo” hasta “viva el socialismo en América Latina“, etc.
El antirracismo, antifascismo, anticapitalismo y reparación civil en Haití: estas son las razones que fundamentan la solidaridad haitiana con Lula. Tras 300 años de esclavitud, Brasil es el país que abolió la esclavitud más tarde en América en 1888. Vale aclarar que la abolición de la esclavitud no fue por cuestiones éticas y humanas, sino porque no era más capitalizable económicamente y geopoliticamente. Por otro lado, la comunidad negra brasileña sigue enfrentando el racismo sistémica e institucional ya que los símbolos, las instituciones incluso el imaginario social siguen bajo la dominación colonialista.
Hoy en día, el neocolonialismo tiene más facilidad de establecerse en el núcleo de la sociedad mientras violenta a los activistas y militantes políticos que los denuncian. Los datos lo reflejan claramente: según el Atlas de la Violencia de 2018, el 74,5% de las víctimas fueron personas negras.
Entre estos afrodescendientes se podría citar a João Alberto, asesinado en noviembre de 2020 por guardias de seguridad de la empresa multinacional, Carrefour, en Porto Alegre y a la política y defensora negra, Marielle Franco, en Río de Janeiro, en marzo de 2018. También los migrantes haitianos no son excepciones de esta subida de violencia racista en el país más grande del sur américa: una haitiana, Fetiere Sterlin, fue apuñalada por un grupo relativamente de 10 personas en el estado de Santa Catarina. La investigación del caso imputado como un femicidio cometido por motivo racial sigue sin resolverse desde hace casi 7 años.
Según reporta Refugees International en México, la mayoría de los haitianos entrevistados en diciembre de 2021 habían emigrado de Brasil en los últimos tres años. Debido a que las condiciones en Brasil eran mucho menos seguras y eso los obligó a tomar los peligrosos caminos de bosques y aguas de Colombia- Panamá- Perú- Guatemala- México. Muchos no han sobrevivido.
En este marco electoral en Brasil, los campesinos entienden la solidaridad como un aspecto importante en la lucha de los pueblos latinoamericanos en contra del imperialismo. El proyecto de las violencias sobre las mujeres en todo lado es un proyecto que es parte de una agenda global. Es un proyecto que se inscribe en la agenda patriarcal.
“Por eso es importante que expresemos nuestra solidaridad con el pueblo brasileño, con todos los trabajadores brasileños”, expresó Camille Chalmers, líder de la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo. Estos referentes sociales y políticos apostan en la candidatura de Lula también como un estrategia para mejor discutir las reparaciones adecuadas así como pedir al próximo gobierno de Lula, la salida de Brasil en el Core Group, el especie de sindicato de embajada controlada por Estados Unidos que Brasil integra durante el gobierno de Bolsonaro, el cual en la actualidad, está impulsando una nueva ocupación en Haití bajo los mismos pretextos.
Las y los jóvenes universitarios haitianos que han participado en esta campaña en Petion-Ville, también tienen una lectura a favor de Lula. “Con la expansión del proyecto ecocidio del sistema neoliberal en América Latina, por ejemplo, tenemos la amazonia, que es el pulmón del planeta, en la hora actual el bosque está sujeto a una destrucción masiva [de la biodiversidad] porque el sistema neoliberal lo que quiere imponer es un sistema agroindustrial feroz que destruirá a los seres amazónicos”, cerró Hyrvensky Daniel Underson Pierre.