Ausencias y discursos desafiantes: EEUU perdió peso en la Cumbre

La IX Cumbre de las Américas dejó una foto con varias ausencias y la certeza acerca de la pérdida de influencia de Estados Unidos en toda la región.

La jugada de excluir a Nicaragua , Cuba y Venezuela terminó generando demasiada resistencia

Esta semana se celebró en Los Ángeles, California, la IX Cumbre de las Américas. A lo largo de cinco días, varios líderes del continente hicieron uso de la palabra para hablar sobre los desafíos a los que se enfrenta la región y para impulsar una serie de acuerdos políticos y económicos. Lejos de ser un ámbito de inclusión y cooperación, el encuentro estuvo marcado por ausencias que desde su convocatoria despertaron críticas por parte de varios países.

El primero en alzar la voz fue el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien tras poner en duda su participación, terminó por confirmar su ausencia y criticó la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la cumbre. “No puede haber Cumbre de las Américas si no participan todos los países del continente americano”, manifestó AMLO en su conferencia el lunes. “O (sí) puede haber, pero nosotros consideramos que es seguir con la vieja política de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos”, añadió.

El que participó en el lugar del presidente mexicano fue el canciller Marcelo Erbrad, quien previamente publicó un artículo titulado “América para todos o la doctrina López Obrador”, donde se apunta a una nueva arquitectura panamericana asentada en cuatro principios: inclusión, multilateralismo, respeto al derecho internacional y a la no injerencia en los asuntos internos de otros países. A su vez, propone la “sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia”. 

Vale aclarar que la IX Cumbre de las Américas fue convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y contó con la participación de su secretario general, el uruguayo Luis Almagro, quien tuvo su momento de destaque durante una conferencia en el evento. Increpado por un participante acerca de su rol en el golpe de Estado que derrocó a Evo Morales en Bolivia en 2018, Almagro fue acusado de cómplice y asesino por las masacres de Sacaba y Senkata en las que al menos 30 personas perdieron la vida a causa de la represión policial ordenada por el gobierno de facto de Janine Añez. 

Otras ausencias destacadas fueron las del presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro. Sin la presencia de estos líderes además de la ausencia de López Obrador, la propuesta de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris acerca de los compromisos del sector privado para crear oportunidades económicas en los países del Triángulo Norte centroamericano -de donde parten gran parte de los desplazados hacia Estados Unidos-, genera dudas acerca de su verdadero alcance.

Más al sur, el actual mandatario boliviano Luis Arce también acompañó la decisión de López Obrador de no participar de la cumbre debido a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela. “Se golpea la institucionalidad de la misma Cumbre de las Américas cuando se va excluyendo países”, aseguró la viceministra de Comunicación de Bolivia, Gabriela Alcón.

Con una mirada en la deuda que permitió EEUU

Una de las participaciones con mayor destaque fue sin dudas la del presidente argentino Alberto Fernandez, quien desde el inicio de su discurso cuestionó la decisión del gobierno de Estados Unidos de negar la participación de los países excluidos. “Lamento que no hayamos podido estar presentes todos los que debíamos estar, en este ámbito tan propicio para el debate”, inició el mandatario.

Fernández se refirió también a la situación que enfrentan tanto Cuba como Venezuela a partir de decisiones unilaterales por parte del país gobernado por Joe Biden: “Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas. Con medidas de ese tipo se busca condicionar a gobiernos, pero en los hechos solo se lastima a los pueblos”, consideró. 

El presidente argentino también apuntó contra la institución organizadora de la cumbre al decir que “se ha utilizado a la OEA como un gendarme que facilitó un golpe de estado en Bolivia. Se han apropiado de la conducción del Banco Interamericano de Desarrollo. Fueron desbaratadas las acciones de acercamiento a Cuba, en las que el Papa Francisco medió, que habían significado avances logrados por la administración de Barack Obama, mientras usted era vicepresidente”. 

Por su parte, el presidente argentino también destacó la responsabilidad de EEUU en la deuda que el país sostiene con el FMI: “La intervención del gobierno de Donald Trump ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), fue decisiva para facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un gobierno argentino en decadencia. Lo hizo con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política. Por tamaña indecencia, sufre hoy todo el pueblo argentino”.

Censuras y represiones

Entre las imágenes que dejó la cuestionada IX Cumbre de las Américas, una de las más impactantes se vio en las cercanías de la sede donde se realizaba el evento. Ante la llegada de la delegación que trasladaba al presidente anfitrión, una mujer con un megáfono expresó su disconformidad a la posibilidad de que la Corte Suprema del país anule el fallo que legalizó el aborto en Estados Unidos hace más de 40 años. En ese momento, un efectivo de las fuerzas de seguridad se abalanzó de forma violenta contra la manifestante y la redujo con la ayuda de otros efectivos, hecho que quedó documentado por varios videos posteriormente divulgados.

Las imágenes impactaron por la brutalidad con la que fue atacada la mujer, quien se estaba manifestando de forma pacífica y en soledad al momento de ser abordada por varios miembros de la seguridad que acompañaban la comitiva presidencial.

Las varias ausencias que se evidenciaron en la IX Cumbre de las Américas dejaron en claro la cada vez más irrelevante importancia que Estados Unidos tiene para el desarrollo de la región. Tanto la convocatoria fallida como los discursos críticos acerca de los países excluídos, mostraron la resistencia que genera la política adoptada por Washington en los últimos años, lo cual refuerza la idea del declinacionismo inminente y enciende las alertas acerca de las próximas estrategias en un intento desesperado de recuperar hegemonía.