Avanza el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea con el regreso de Lula

El triunfo de Lula Da Silva en Brasil volvió a poner en agenda el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Desde Europa apuran la aprobación con un ojo puesto en la energía sudamericana.

El 28 de junio del año 2019, la Unión Europea y el Mercosur firmaron un acuerdo de libre comercio tras 25 años de negociaciones. El mismo fue anunciado en la cumbre del G20 de Osaka.

Sin embargo, desde ese momento el acuerdo se fue dilatando y paralizando en el tiempo. Los textos definitivos no fueron finalizados, firmados, ni ratificados y, por lo tanto, no entraron en vigor.

Desde el triunfo de Lula Da Silva como presidente de Brasil sobrevuelan aires nuevos en los acuerdos Unión Europea-Mercosur. Durante la cumbre de la CELAC, el presidente brasileño se dirigió a su par uruguayo para reforzar la idea de lograr acuerdos en bloque tanto con la Unión Europea como con China y evitar así que avancen los acuerdos bilaterales que propulsaba Uruguay. 

En ese sentido, Lula Da Silva mantuvo una charla telefónica con su par de Francia, Emmanuel Macron, con quien coincidió en la necesidad de llevar adelante las negociaciones para la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. “Vienen tratando con los demás socios la necesidad de concluir las negociaciones del acuerdo Mercosur-Unión Europea” detallaron desde la sede del poder ejecutivo de Brasil.

Por otro lado, el canciller Alemán Olaf Sholz mantuvo una breve gira por Brasil, Chile y Argentina. En este último país mantuvo conversaciones con el presidente argentino, Alberto Fernández, al que le pidió acelerar el motor de las negociaciones, y quien también ratificó que «el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur es muy importante y queremos abrir un camino para que las negociaciones puedan llegar a buen término y que se lleven a cabo pronto”.

Las negociaciones no solo se desarrollan en suelo sudamericano, el canciller Argentino Santiago Cafiero, viajó a Bruselas para encontrarse esta semana con el Alto representante de la UE para los Asuntos Exteriores, Josep Borrel, y seguir el camino de destrabar la puesta en marcha del convenio anunciado en 2019.

La posibilidad de concretar este acuerdo de libre comercio no inhabilita que el bloque pueda llevar adelante otros acuerdos similares con otros países, como sucede con China, siempre y cuando las negociaciones se encaren como bloque, y no de forma bilateral como lo propuso Uruguay tensando el bloque regional, ante la posibilidad de un tratado de libre comercio con China.

El objetivo central del acuerdo UE-Mercosur es agilizar operaciones de compra de energía, inversiones mineras y nuevos acuerdos de provisión de alimentos, a partir de las dificultades impuestas por la guerra en Ucrania. Es sobre dicha problemática que el interés de Alemania y Francia está en apurar los acuerdos

Ganadores y perdedores del acuerdo

La pregunta que se hacen muchos es qué impacto puede tener este acuerdo de libre comercio con la Unión Europea sobre las economías de Sudamérica, entendiendo que son economías que tienen una fuerte asimetría, y que podría profundizar la dependencia histórica que hubo entre ambos continentes. 

Están quienes consideran que consolida y fortalece los lazos de reprimarización de las economías del Mercosur, y las políticas extractivistas, como así también un alto impacto en las industrias locales, por eso no ven con buenos ojos estos acuerdos. 

Existen diferentes posturas entre los industriales argentinos, mientras la Cámara Argentina de Mediana Empresa (CAME) se mostró favorable a la firma del acuerdo, otros sectores de la UIA (Unión Industrial Argentina) y rubros industriales no ven viable comenzar a competir con los europeos en sus áreas de incumbencia y perder las protecciones que existen en la actualidad.

De los acuerdos preexistentes se desprende que sectores como la industria del cuero y la marroquinería serán protegidas con tarifas que incluso serán más altas que las actualmente vigentes. 

Mientras que el sector industrial se verá desprotegido. Es que el gobierno nacional deberá abrir una cuota de importación de 15.500 vehículos europeos con un arancel del 50 por ciento más bajo al actual ni bien se ponga en marcha el acuerdo. 

Del mismo modo, los autopartistas argentinos verán productos del viejo continente gravados al 10 por ciento, muy por debajo del 35 o 20 por ciento de la actualidad.

Por último, existen otros sectores que ven favorable el acuerdo dado el contexto que está viviendo Europa, con la guerra y la necesidad de energía como de alimentos, para los cual los países sudamericanos pueden ser una fuente inagotable donde suministrarse de esos bienes