Este lunes se publicaron los números de la pobreza según un informe realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el segundo semestre del 2024 la tasa de pobreza fue de 38,1 %. Sin embargo se trata solo de una imagen parcial de una situación social dramática para varios sectores de la población argentina.
Existen dos formas de medir la pobreza, la más conocida es la que el INDEC informa cada 6 meses, donde se calcula si los ingresos de los hogares son suficientes para solventar los gastos de la canasta básica. La otra, se realiza cada 10 años en cada censo poblacional y cuando se publican estos datos se difunde la pobreza multidimensional, que contiene datos complementarios a los monetarios, como el acceso a la educación, a la salud y a la vivienda.
La tasa de pobreza se situó además 3,6 puntos por debajo de la de finales de 2023. En tanto, la tasa de indigencia se ubicó en la segunda mitad del año en el 8,2 %, 9,9 puntos por debajo del semestre anterior y con un descenso de 3,7 puntos en la comparación interanual.
Además, el Indec mide la pobreza solo en base a los ingresos declarados por los hogares que conforman su muestra y si éstos alcanzan o no para acceder a la canasta básica de alimentos y servicios, cuyo valor varía cada mes por la inflación.
Debido al duro ajuste fiscal y monetario, la tasa de inflación desaceleró desde un máximo del 289,4 % interanual en abril del año pasado al 117,8 % en diciembre del 2024.
Según el propio Indec, la pobreza bajó porque durante la segunda mitad de 2024 el ingreso familiar aumentó un 64,5 % respecto al semestre anterior, por encima de la suba del 26,7 % en el valor de la canasta básica de alimentos y servicios.
La ciudad con más de 100 habitantes más pobre del país es Resistencia, en Chaco con 259.067 personas pobres (el 60,8% de su población urbana) y 95.358 personas indigentes (22,4%), indicó el Indec.
¿Qué no miden los números del Indec?
Para tener en cuenta, este informe sólo mide aquellas ciudades de más de 100 mil habitantes, es decir que abarca a 29,8 millones de personas, sobre una población total en Argentina de unas 47 millones. Además de que tienen en cuenta canastas básicas desactualizadas con respecto a la actualidad de los argentinos y argentinas, tampoco incluyen los gastos de alquiler cuando el 40% de la población no tiene vivienda propia, y no capta ciudades pequeñas o áreas rurales, donde la estructura de la pobreza podría ser diferente.
Según el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina, la suba en las tarifas de servicios públicos en 2024 incrementó el peso de los gastos fijos por sobre los gastos variables de los hogares, de modo que las mejoras en el ingreso familiar real no implican necesariamente más y mejores consumos corrientes.
“Esto explica por qué, si bien se observan similares niveles de pobreza e indigencia que hace un año atrás, continuaron aumentando la pobreza multidimensional, la inseguridad alimentaria, la imposibilidad de acceder a medicamentos o servicios de salud, los impagos de deudas o la imposibilidad de reparar la vivienda”, sostiene ODSA en un informe.
Otro de los elementos para discutir los números del Indec son los registros de la caída del consumo desde enero del 2024, que representa un 3,5% interanual. En febrero, por ejemplo, la caída fue de un 9,8%, según números de la consultora Scentia.
Como si fuera poco, para este mes de abril se esperan nuevos aumentos que impactarán en los bolsillos de la población argentina y podrían tener efecto sobre los números de inflación. Combustibles, prepagas, agua, electricidad y transporte, son algunas de las subas que empezarán a correr a partir de este martes.