BID: nuevos escenarios geopolíticos para Latinoamérica tras la elección de Claver-Carone

Argentina, Chile, México y los países de la Unión Europea no lograron frenar la elección del norteamericano Claver-Carone al frente del Banco Interamericano de Desarrollo. La división de Latinoamérica dio vía libre al candidato de Trump.

Por Julián Inzaugarat

La designación del norteamericano Mauricio Claver-Carone como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) significó una derrota diplomática para los países que impugnaban su candidatura. El alto asesor del presidente Donald Trump para Latinoamérica se transformó en el primer presidente norteamericano del BID. 

La elección se llevó a cabo en la Asamblea de Gobernadores del banco, con voto secreto y de manera virtual debido a la pandemia del coronavirus. Claver-Carone logró 30 votos a favor (más del 66%) y 16 países se abstuvieron. Argentina, Chile, México, Trinidad y Tobago, Nicaragua y países europeos conformaron ese grupo.

Desde la creación del organismo hasta la fecha, el cargo de presidente del Banco ha sido desempeñado por un latinoamericano. Por primera vez, el Gobierno de EE. UU ha postulado a un candidato para ocupar ese puesto, Mauricio Claver Carone, y ha conseguido su elección. 

La decisión de Estados Unidos de presentar un candidato propio tiene que ver con una decisión de contener la presencia China en el continente.  El propio Claver se propuso como objetivo re-alinear la cadena de abastecimiento Este- Oeste, hacia una cadena Norte-Sur. Desplazar a China y conservar el predominio sobre Latinoamérica es clave para entender la candidatura del norteamericano. 

Postergar la elección, fracasó

La estrategia Argentina y de otros países de la región apuntó a evitar que el norteamericano ocupe el sillón del BID. El mecanismo fue intentar aplazar la votación con la falta de quórum, para lo cual se necesitaba el 25% de los votos. La apuesta de la postergación buscaba sumar el voto de Argentina (que tiene el 11%), el de México (7%) y los países europeos (10%),

Bajo el argumento de que la elección de un nuevo presidente del BID merecía una reunión presencial y no remota, los países que se abstuvieron, enfatizaron que era necesario tener una larga discusión sobre el futuro del organismo. 

Además de que esta elección rompe con la tradición del organismo de crédito de tener un latinoamericano este frente al organismo. Trump rompió esta tradición, para tener más poder y presencia en una región que no tiene bajo control frente al avance de las inversiones chinas. 

Los votos de México resultaban clave para el abstencionismo, sin embargo, el subsecretario de Hacienda de México, Gabriel Yorio, confirmó que daría el quórum necesario para que la votación se lleve adelante.  Con las cartas jugadas, la estrategia de postergación de las elecciones se convirtió en lograr un número importante de países que se abstengan de votar. 

Un bloque geopolítico a partir del abstencionismo 

Con el quórum garantizado para que Claver Carone se transforme en presidente del BID, se buscó consolidar un bloque que se abstenga de votar. La postura de abstención cosechó el 31,23% de los votos emitidos, guarismo que se obtuvo a partir de la decisión de Argentina, Chile, México, Perú y Trinidad y Tobago, más los países de la Unión Europea, lo que representa un total de 16 países en la misma posición, sobre los 30 que obtuvo en su favor el único candidato presentado, Mauricio Claver Carone. 

La estrategia abstencionista logró una victoria parcial. No es común que México enfrente a Estados Unidos, y que la UE acepte unirse a una hoja de ruta que se diseña en el Sur del Continente. La elección del BID abre la posibilidad de que se establezca un nuevo bloque geopolítico que une a la Argentina con México, Chile y doce países de la Unión Europea (UE). 

Pese a la victoria parcial de Argentina, se abre un nuevo flanco para la región.  El Mercosur se encuentra en crisis. Los tres socios del país (Brasil, Paraguay y Uruguay) en su principal bloque regional votaron a favor de Claver.

En Montevideo, Brasilia y Asunción, a diferencia de Buenos Aires, asumen que el Cono Sur todavía permanece en el área de influencia de los Estados Unidos.

¿Quién es Mauricio Claver-Carone? ¿Por qué es el elegido de Trump?

El nuevo presidente del BID es el director senior para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense. Es abogado y miembro del lobby anticastrista de mayor influencia en el círculo del presidente Donald Trump.

Desde el inicio de su mandato, fue designado por Trump para integrar un equipo de personas que desde el Departamento del Tesoro tiene la potestad, junto al Departamento de Comercio, de evaluar la aplicación o flexibilización del bloqueo y las eventuales sanciones a quienes lo incumplan, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

Es partidario de la línea dura hacia Cuba, lo que implica revertir el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas iniciado bajo la administración Obama. Claver Carone tiene un perfil que potencialmente podría dividir aún más a la región.

Claver fue director ejecutivo interino de EE. UU. ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), cargo desde el cual apoyó el préstamo de 57.000 millones de dólares para Argentina, durante el Gobierno de Mauricio Macri. 

Hay motivos para pensar que la victoria de Claver Carone profundizará la subordinación de América Latina a Estados Unidos. El designado por Trump, tendrá la misión de utilizar los 12 mil millones de dólares que anualmente presta el Banco de Integración y Desarrollo a países de Latinoamérica para alinear a aliados y adversarios.  

En una entrevista a la agencia EFE, el nuevo presidente del BID declaró su intención de movilizar el capital en este momento de crisis y poder unir a la región bajo el liderazgo de EE. UU.

Al inicio de su gestión, Trump no hizo aportaciones al BID. Sin embargo, tras el anuncio de la BUILD ACT en 2018, la administración Trump reconfiguró el financiamiento externo para canalizar financiamiento vía la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (DFC). 

La DFC cuenta con un presupuesto de 60 mil millones de dólares y trabajará en coordinación con el Departamento de Tesoro, la Agencia de Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) que através del BID puede darse curso al financiamiento de proyectos, que ya cuentan con 3 mil millones de dólares para el periodo 2019-2024, con capacidad para incrementar a 5 mil millones.

Los sectores target son los de infraestructura: transporte, agua, energía, saneamiento, infraestructura social (salud y educación), sectores en los cuales China viene invirtiendo de modo constante en los últimos diez años.