La llegada a Venezuela de la primera partida de vacunas desarrolladas en Cuba es una muestra de la estrecha relación de solidaridad entre ambos países. Gracias al acuerdo de adquisición, unas 12 millones de dosis arribarán a Venezuela en los próximos meses para combatir la pandemia de Covid-19. El país ya inició la inoculación este fin de semana con 10.000 personas en la instalación militar Fuerte Tiuna de Caracas.
Según expresaron las autoridades sanitarias cubanas, la vacuna Abdala tiene una eficacia de 92,28% con la aplicación de las tres dosis. Además, Cuba es el único país de América Latina con cinco candidatas vacunales propias contra el Covid-19.
Venezuela y Cuba también acordaron crear un banco de vacunas de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP). La fórmula Abdala será la que abastecerá ese banco de vacunas y servirá para suministrar dosis a los países más vulnerables de la región. En los próximos meses, Venezuela también se convertirá en productor de la vacuna cubana.
Covid-19. Bloqueo y vacunas
El desembarco de Abdala en Venezuela se da al mismo tiempo que Nicolás Maduro denunciaba la deuda del sistema COVAX, considerando la demora en la entrega de dosis destinadas a 5 millones de habitantes. El país busca adquirir, a través de este mecanismo, la vacuna de Johnson & Johnson, de dosis única y que no requiere refrigeración extrema.
El 10 de junio, Venezuela denunció el bloqueo de unos 10 millones de dólares de su pago al consorcio COVAX.
El banco suizo UBS afirmó que debía investigar el origen de esos fondos, mientras que ALBA-TCP denunció que el bloqueo de instituciones financieras a Venezuela le impide adquirir vacunas. “El banco suizo utilizó la investigación como excusa. La verdad es que el dinero está bloqueado y probablemente seguirá bloqueado como una medida más de las sanciones coercitivas unilaterales impuestas por la Unión Europea y en los Estados Unidos” sostuvo Michele De Mello, corresponsal de Brasil de Fato en Caracas.
El bloqueo a Venezuela redujo, en los últimos 6 años, un 60% el PIB del país y un 99% de los ingresos en divisas del Estado, provenientes principalmente de la petrolera estatal PDVSA. “Con la renta petrolera, el Estado era capaz de dinamizar las políticas sociales, mantener la estructura del Estado y general algún tipo de presupuesto emergencia como el que requiere una pandemia, por ejemplo, para comprar vacunas” sostuvo De Mello.
Y agregó: “Esas medidas son consideradas unilaterales por la ONU, porque quién debe determinar si algún país debe ser sancionado es el Consejo de Seguridad. Este año, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU reiteró una resolución que exige el levantamiento inmediato de las sanciones. Sin embargo, las medidas se mantienen y las dificultades de Venezuela en acceder al crédito internacional e insumos médicos durante la pandemia del Covid-19 se han agravado”.
En los últimos 6 años, cerca de 150 sanciones fueron aplicadas por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y algunos países de Latinoamérica en contra de Venezuela. “El país tiene mucha dificultad para hacer transacciones en el sistema financiero internacional. Venezuela, en general, tiene que girar divisa de diversas maneras. Si se identifica que el dinero proviene de algún banco estatal venezolano o del Banco Central puede ser bloqueado, como acaba de pasar con la plata que estaba transfiriendo de Suiza para pagar las vacunas del COVAX”.
Cuba y Venezuela, solidaridad en tiempos de pandemia
Venezuela ha dependido de la ayuda internacional, tanto de organismos multilaterales como de sus aliados geopolíticos. China ha donado más de medio millón de dosis, además de más de 18 toneladas de ayuda humanitaria. También el bloqueo ha logrado ser burlado por Venezuela a través de Rusia, Turquía e Irán.
“Hay una serie de países y de compañías que no quieren negociar con el Estado venezolano, precisamente por el miedo a las sanciones de Estados Unidos. La OFAC [Oficina de Control de Activos Extranjeros, organismo del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos] acaba de suspender las sanciones que estén relacionadas con la compra de insumos para el combate de la pandemia. Eso todavía no ha generado públicamente un impacto. Pero creemos que lo va a tener”, señala De Mello.
Cuba ha enviado médicos a más de 40 países en todo el mundo para combatir la pandemia, incluso a países que no han tenido una postura de votar contra el bloqueo en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Venezuela ha hecho lo mismo: pese a las agresiones del gobierno de Jair Bolsonaro y las reiteradas persecuciones a la misión diplomática oficial venezolana, el país caribeño envió oxígeno a Manaos cuando lo requirió. De Mello sostiene que “son dos gobiernos, dos pueblos, dando ejemplos de que de esta crisis solo vamos a salir si nos unimos, si tenemos solidaridad y si tenemos un horizonte que realmente tenga al ser humano como centro”.
La relación entre Cuba y Venezuela se ha vuelto estratégica. Desde que se estableció esta relación, Cuba ha compartido conocimientos sobre cómo estructurar la economía y envió misiones sanitarias a toda Venezuela. Como contrapartida, Venezuela ha abastecido de petróleo a Cuba para sortear las restricciones impuestas desde el Norte. Ahora, Cuba y Venezuela vuelven a mostrar lazos fraternales para combatir la pandemia del Covid-19.
“Era de esperarse por una razón clara: tanto en Venezuela como en Cuba tienen el objetivo central de construir sociedades más justas, más igualitarias, en las cuales la comprensión de que somos una Patria Grande sea estratégica”, concluyó De Mello desde Caracas.