La conmoción que generó en Ecuador los atentados contra el dirigente de la Revolución Ciudadana Pedro Briones y contra el candidato presidencial Fernando Villavicencio abrió un debate en el país acerca de la escalada de violencia en el país.
Si bien hasta el momento se desconocen los motivos y los autores, lo cierto es que la situación desatada en Ecuador tras el hecho eleva las sospechas sobre las influencias que pesan en la actual gestión y el rumbo que tomará el país en los próximos días.
“El asesinato de Villavicencio es un hecho lamentable que hiere a nuestra ya fragilizada democracia” explica a ARG Medios la socióloga y comunicadora Irene León, quien también es miembro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad. “Pero es sobre todo una expresión de la escalada de violencia que afecta al país y que resulta en buena parte de la desinstitucionalización que pesa desde hace seis años con el retorno al neoliberalismo”.
Según explica Irene León, desde la llegada del expresidente Lenin Moreno al gobierno, quien tras elegirse de la mano de Correa implantó una ofensiva contra el exmandatario y sus partidarios, se avanzó con la suspensión del sistema nacional de seguridad y defensa. “Incluso dejó de funcionar el Ministerio de Justicia”.
León apunta que producto de esta desinstitucionalización es el aumento de la violencia política y social en los últimos seis años. “Según medios nacionales en febrero de este año se registraban 61 ataques contra políticos y 22 personas asesinadas. Esas situaciones, así como el asesinato de Villavicencio, solo pueden resultar del caos implantado en el país como elemento colateral y sustancial del neoliberalismo. Es una apertura que además incluye todo tipo de negocios ilícitos”.
La situación de violencia se extiende no solo a los políticos sino también a los miembros de las instituciones que organizan y fiscalizan las elecciones. “En estos días se hicieron públicas amenazas contra consejeros electorales, lo cual no es más que una coacción contra el mismo proceso electoral” explica Irene Leon.
Si bien el presidente Lasso confirmó que no se moverán las elecciones presidenciales, hubo quienes llegaron a sugerir una suspensión del proceso y la instalación de un gobierno de transición compuesto por militares.
En este proceso de aumento de la violencia, un elemento clave a tener en cuenta es la instalación del lawfare en Ecuador. La utilización de la justicia como herramienta de persecución política ha contribuido enormemente con la degradación social que vive el país. “Nada de lo que sucede puede leerse por fuera del lawfare. El principal objeto de esta persecución es el movimiento Revolución Ciudadana, que ya registra cuatro políticos asesinados” apunta Leon.
Ante la evidencia de que la candidata Luisa González puede vencer la elección en primera vuelta, las amenazas contra su persona han aumentado. “Y no son solo amenazas contra el progresismo, sino que se evidencia una violencia machista muy explícita”.
Otro de los elementos a los cuales apunta Irene León es la influencia del crimen organizado en la violencia que se instaló en Ecuador. “El crimen organizado es una suerte de nuevo componente de los poderes fácticos del capitalismo global que ahora tienen incluso más poder que los gobiernos y en Ecuador esto sucede desde hace seis años”.
En ese sentido, León explica que el enfoque de achicamiento del estado visto fundamentalmente en el área de seguridad es una de las consecuencias de la instalación del neoliberalismo en Ecuador. “No se puede eximir la responsabilidad del Estado en cuestiones de seguridad ni se puede trasladar esta cuestión para que la regulen otros países, como se ha dicho aquí que Estados Unidos o Israel puedan asumir el control de la seguridad en nuestro país” apunta Irene Leon.
Queda claro que la cuestión de la seguridad y la realización de elecciones es responsabilidad exclusiva del gobierno ecuatoriano, que si bien busca desmarcarse de lo ocurrido con el atentado contra Villavicencio tiene responsabilidad directa en la situación de violencia política y social que vive Ecuador. “Será necesario un acompañamiento internacional no solo para la realización de elecciones, sino para la vigencia democrática en general” concluye León.