Mientras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya cuenta con media sanción y espera ser aprobado definitivamente por el Congreso esta semana, el gobierno prepara otras medidas para atajar un escenario económico desfavorable.
Es que, las dos posiciones tajantes que se visualizaron al interior del oficialismo la semana pasada en la Cámara de Diputados de la Nación, mostraron que en el Frente de Todos hay quienes descreen que el acuerdo con el Fondo se podrá sobrepasar sin ajuste.
A este secreto a voces hay que agregarle un nuevo imponderable que podría complicar todavía más las cosas: el aumento del precio de los alimentos a nivel internacional a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Como había anticipado ARGmedios, el gobierno de Alberto Fernández monitoreaba la situación y dispuso la creación de un fideicomiso para garantizar un stock anual de trigo y así evitar fuerte subas en alimentos de primer órden, como la harina y el pan.
Pero ese intento por desacoplar los precios internacionales de los valores que maneja la economía nacional, parecen no ser suficientes para enfrentar una fuerte inflación mundial, que ya afectó entre otros productos, a las naftas (lo que podría provocar que sigan subiendo el precio de los alimentos). Por eso, este domingo el Poder Ejecutivo decidió cerrar las exportaciones para evitar un shock que podría agudizar la situación económica del país. La medida, como era de esperarse, ya generó una fuerte reacción de parte del sector de agroexportadores.
En detalle, el ministerio de Agricultura de la Nación cerró la posibilidad de anotar exportaciones con el principal producto exportable en el país: la soja y sus derivados, como la harina y el aceite. En el mundo del agro aseguran que esta medida es una verdadera antesala de aumentos en las retenciones.
Sucede que -pese a que el aumento de alimentos golpea el bolsillo de la población- la exportación de commodities como la soja significó un beneficio inmediato para las grandes cámaras empresariales del agronegocio. En esa línea, el gobierno nacional advirtió que con más inflación y con los efectos adversos del acuerdo con el FMI, las retenciones no podían quedar como estaban.
Todo este análisis abre la posibilidad de que el gobierno elimine el diferencial histórico y suba las retenciones de 31% a 33%. Vale aclarar que la Argentina produce por año entre 40 y 45 millones de toneladas de poroto de soja y de ese total, exporta el 95%.
Según cálculos extraoficiales, el Estado nacional podría recaudar 4.340 millones de dólares con la suba de las retenciones al 33% y con las estimaciones preliminares de la cantidad de soja que se exportará en todo el 2022.
El agronegocio amenaza con medidas de fuerza
La posibilidad de cerrar momentáneamente las exportaciones, buscaría congelar el precio de algunos productos principales para la economía del país, pero lo cierto es que el aumento más preocupante pasa por el trigo y no tanto por la soja.
Sin embargo, al ser el principal elemento a exportar, el gobierno busca traccionar para permitir un aumento de retenciones y así recaudar más. La medida ya está empezando a generar conflicto y respuestas negativas por parte del Consejo Agroindustrial Argentina (CAA), un sector que reúne a las 60 Cámaras del sector y que hasta ahora mantenían una buena relación con el gobierno y el ministro de Agroindustria, Julián Domínguez.
De hecho, el año pasado el CAA le entregó al gobierno una propuesta que finalmente se transformó en uno de los proyectos que el gobierno de Alberto Fernández presentó el pasado 1 de marzo en el Congreso de la Nación: la ley de fomento de las inversiones agroindustriales, que no es otra cosa que un apoyo irrestricto al sector en su afán de recaudar más.
Por eso, la decisión de cerrar exportaciones y la posibilidad del aumento de las retenciones, no habrían sido del todo aprobadas por el propio Domínguez. Al mismo tiempo ya despertó reacciones y amenazas de algunas medidas evitar el aumento de las retenciones.
“Se trata de un cierre del registro de declaraciones juradas de venta al exterior. Hay un freno para hacer esas operaciones y lo que se anticipa, es un aumento de las retenciones para los subproductos de la soja, que hasta ahora viene pagando dos puntos porcentuales menos que del poroto de soja”, le respondió a este medio, el agrónomo Patricio Vertiz.
Al mismo tiempo, Vertiz consideró que “hay rumores” de intentos por aumentar retenciones de trigo y maíz, para llevarlas del 12% al 24%. Lo que sería una suba por demás significativa.
“Es con fines recaudatorios. A diferencia del maíz y el trigo, la soja no impacta en los niveles inflacionarios internos. Aunque sí, mínimamente, en el aceite”, cerró Vertiz.