El Alto Comisionado de la ONU pide terminar con las medidas coercitivas contra Venezuela

En su estadía en Venezuela, Volker Turk, pudo constatar el impacto negativo que generan estas medidas en la economía del país.

En una visita de tres días por Venezuela, y tras haberse reunido con las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pudo dar cuenta del impacto negativo que tienen las medidas coercitivas que se le han impuesto de forma unilateral a la nación bolivariana.

A partir de esta visita, la oficina del Alto Comisionado recomendó a los Estados miembros de la ONU que suspendan las medidas contra Venezuela, que tienen un aspecto perjudicial contra el país y su pueblo.

Turk fue invitado en noviembre del año pasado, cuando la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, asistió a Ginebra para denunciar el impacto de las medidas económicas impuestas por Estados Unidos. La vicepresidenta pidió entonces la inclusión de un equipo de trabajo que mida el impacto de las sanciones.

“Escuché sobre el impacto de las sanciones contra varios sectores. Escuché a personas que dijeron que no pueden encontrar medicinas. Es evidente que las sanciones sectoriales han agravado la crisis económica”, indicó el Ato Comisionado.

El bloqueo como principal arma de coerción que ejerce Estados Unidos contra Venezuela ha cortado suministros básicos para la vida de los ciudadanos, y ha generado escasez de insumos básicos de medicamentos.

La visita que Volker Türk, que comenzó el jueves pasado tiene como razón de ser la “solidaridad, diálogo y acción” en Venezuela, en la que se reunió no solo con las autoridades sino también con miembros de la sociedad civil para dar cuenta de la situación que generan las medidas coercitivas sobre la población.

En una conferencia de prensa al finalizar su visita dijo que “me alienta la decisión del Gobierno de prorrogar la presencia del equipo en Venezuela por otros dos años para que puedan continuar su labor de promoción de la agenda de derechos humanos en el país”, dijo Türk desde el aeropuerto internacional de Maiquetía Simón Bolívar.

Las consecuencias de las medidas coercitivas contra Venezuela han tenido efecto directo contra su población civil, algo que significó más una estrategia que un descuido por parte del imperialismo para debilitar a la revolución bolivariana e imponer así un gobierno que se ajuste a sus intereses.

Según explica la economista, escritora e investigadora venezolana Pascualina Cursio en su artículo “La dimensión económica de la guerra no convencional contra el pueblo venezolano”, las pérdidas coinciden con la inversión en salud durante 29 años.

La autora explica además que “estas pérdidas representan las importaciones totales anuales para 15 años, incluyendo maquinaria, repuestos, transporte, materias primas, insumos, alimentos y medicamentos, textiles, productos de la industria química, etc”. Según la autora, “con ese dinero, los venezolanos hubiésemos podido pagar la deuda externa completa que según el Banco Central de Venezuela (BCV) es de USD 110 159 millones y todavía nos quedarían unos 84 mil millones”.

Solo entre 2016 y 2019 se calcula que el estado venezolano perdió USD 194 193 millones, de los cuales USD 24.913 millones corresponden al dinero y activos bloqueados en el sistema financiero internacional. Otros USD 169.280 millones representan lo que el estado venezolano dejó de producir como consecuencia del bloqueo y de los ataques a la moneda nacional. Se estima que la caída de la producción entre 2016 y 2019 fue de 58%, mientras que solo en 2019 el PBI cayó un 25,5%.

A estos datos se le suman las 31 toneladas de oro, cuyo valor asciende a 1300 millones de dólares, retenidos por el Banco de Inglaterra como una de las medidas coercitivas de mayor afectación para la soberanía venezolana.

Una de las medidas coercitivas de mayor impacto en la economía bolivariana ha sido lo que el senador republicano Richard Black ha denominado “desmonetización de su moneda”. Según el senador “a través del sistema bancario internacional, hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos miren lo malo que es este gobierno, su moneda no vale nada. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inutil su moneda”.

El ataque a la moneda nacional no solo produjo hiperinflación y disminución del poder adquisitivo de la población, también generó la disminución de la demanda y, con ello, la disminución de la producción. Según cifras oficiales, se estima que la pérdida en términos de lo que se dejó de producir entre 2016 y 2019 asciende a USD 105 425 millones.

La solicitud de parte del alto comisionado de la ONU para que se le ponga fin a las medidas coercitivas contra Venezuela significa un paso importante para la nación bolivariana. No solo en relación con las posibilidades de desarrollo que ello implicaría, sino porque queda en evidencia el papel fundamental que ejerció el imperialismo norteamericano en las sucesivas crisis que sufrió y todavía sufre el país sudamericano.