El MAS dio positivo en su primer test electoral

El domingo 7 de marzo fueron las elecciones subnacionales en el Estado Plurinacional de Bolivia. Se confirmaron tendencias históricas y el MAS se consolida como la más importante fuerza política nacional. La derecha se reagrupa en departamentos y alcaldías claves.

 

Por Julián Inzaugarat

En Bolivia, más de siete millones de personas fueron convocadas a elecciones subnacionales para elegir a las autoridades departamentales, regionales y municipales. Los comicios se desarrollaron a solo cinco meses de las elecciones presidenciales donde el candidato del MAS-IPP, Luis Arce, obtuvo un amplio triunfo en primera vuelta poniendo punto final al gobierno de facto de Jeanine Áñez.

En esta oportunidad se pusieron en juego gobernaciones y alcaldías. La ley electoral boliviana exige el 50% de los votos o el 40%, con una diferencia mayor a los diez puntos sobre el segundo, para ganar en primera vuelta. Caso contrario, se define la elección en una segunda instancia.

Los primeros resultados ofrecen dos confirmaciones importantes. Por un lado, la consolidación del MAS-IPP como la primera y más grande fuerza política en Bolivia y, por el otro, la rearticulación de bloques de la extrema derecha.

“Estas elecciones no se pueden entender sin explicar el contexto previo que fue el golpe de estado en Bolivia contra Evo Morales. Los resultados y el desempeño electoral de los diferentes partidos políticos hacen suponer que se da una rearticulación de la estructura golpista que gobernó Bolivia durante los meses de octubre 2019 y noviembre 2020” sostuvo Héctor Solana, politólogo, asesor y consultor en comunicación en América Latina.

Tania Aruzamén, periodista desde Bolivia, agregó que “el sentimiento contra el golpe significó que el pueblo boliviano elija en gran mayoría a Arce. Pero las personas que vieron al MAS como una salida al autoritarismo y a la dictadura de Añez no son parte o no siguen votando al partido”.

El MAS ganó cinco gobernaciones y disputará dos en segunda vuelta, entre ellas Potosí, Cochabamba, Oruro y La Paz, mientras que la oposición tiene perspectivas muy claras en Santa Cruz, de la mano del golpista Fernando Camacho. El 11 de abril se definirán los departamentos de La Paz, Tarija, Pando, Beni y Chuquisaca. Otro dato clave es la derrota masista en las grandes ciudades del país: solo ganaría en Sucre y Cobija y perdería en Santa Cruz de la Sierra, La Paz, El Alto y Cochabamba.

“Llama la atención y preocupa la articulación de bloques de extrema derecha. Se confirmaría la victoria en primera vuelta de Camacho, algo que muestra la institucionalización e impunidad de quienes gestaron el golpe de estado y quienes son responsables de masacres contra el pueblo” sostuvo Aruzamén.

La oposición se perfila con tres victorias fundamentales: Camacho como gobernador en la rica Santa Cruz, el ex candidato a presidente, Manfred Reyes Villa, en Cochabamba y el ex ministro de Añez, Iván Arias, en la capital nacional de La Paz.

La victoria en distintos departamentos y alcaldías transforma al MAS en la fuerza política más importante a nivel nacional frente a una oposición fragmentada, aunque rearticulada en lugares claves. Solana explicó que “hay un contexto económico, social y sanitario que hace que la situación no sea cómoda para el gobierno. El gobierno emerge tras un golpe de estado en el que no hubo una depuración de las fuerzas militares y policiales que fueron parte de la desestabilización. Todo eso hace que sea un gobierno débil”.

Además del reagrupamiento de sectores de derecha, el desafío para el MAS-IPP y los movimientos sociales es el reacomodamiento de las fuerzas internas.

Evo Morales mantiene su fortaleza pero ya no ostenta el liderazgo indiscutido del movimiento político. Esa situación abre espacios para nuevas figuras y ya despertó divergencias y rupturas al interior del MAS- IPP. El caso paradigmático es el de Eva Copa quien, tras ser vetada como candidata del MAS, decidió presentarse a la alcaldía de El Alto, (bastión clave de Evo Morales) y arrasó con más del 60% de los votos.

El gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca tendrán que convivir, ya no solo con la pandemia, sino con el posicionamiento de la derecha golpista. “En los próximos meses y años, estas gobernaciones y alcaldías en manos de la oposición van a ser un desafío para el gobierno central de Luis Arce. Estos sectores que tuvieron que ceder el poder del Estado, y que significó la recuperación de la democracia, son sectores de la oposición que no han renunciado a sus pretensiones desestabilizadoras” concluyó Solana.