Encuentro de Foz de Iguazú: “Los pueblos debemos disputar al capital de nuestros países”

Una mesa liderada por mujeres expuso sobre la crisis del capital, el neoliberalismo y los ataques a la justicia ambiental en Foz do Iguazú. 

La crisis ambiental, la desigualdad, la lucha de los pueblos latinoamericanos y caribeños para superar estos problemas están entre los debates centrales de la Jornada Latinoamericana y caribeña de integración de los pueblos, que se realiza este 22 y 23 de febrero, en Foz do Iguazú

Damaris Sánchez, representante de MAR Panamá contó la experiencia de la lucha contra la minería en su país y cómo desde amplios sectores apoyaron el fin del contrato con una empresa canadiense. La minería fue un tema importante para las expositoras, sobre eso la misma Sánchez se preguntó: ”¿Cómo hacer propuestas desde nuestras comunidades populares?”

También participó en dicha mesa, Bárbara Loureiro del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, quien manifestó que en el marco de un movimiento que acaba de cumplir 40 años, el debate ambiental es muy importante. La referente expresó que el MST está presente en todos los Estados de Brasil dando estos debates.

Loureiro propuso un concepto interesante acerca del “capitalismo verde”, que plantea que el problema actual es la producción de carbono, sin considerar otros factores que contribuyen con la desigualdad económica y por lo tanto, con la pobreza.

“Hay que discutir las salidas, si estamos todos en el mismo barco no tenemos todos la posibilidad de salvarnos, no somos nosotros los dueños de los salvavidas. Se niega la responsabilidad de los actores mundiales”, explica.

Por otro lado, Loreiro remarcó que para el MST en la agenda climática también entra la vivienda, la alimentación y salud. “Es necesario debatir urgente una reforma agraria, la demarcación de los territorios indígenas, la concentración de tierras en América latina y la soberanía alimentaria. El modelo que produce sólo commodities es el que más afecta en esta crisis climática”, añade.

De esta intervención fue parte desde la Federación Rural para la Producción y el Arraigo por parte Argentina, Yanina Settembrino, quien aprovechó el contexto actual del gobierno de Milei para explicar la problemática de la concentración de la riqueza. 

“Las corporaciones son cada vez más grandes, se ve en los últimos 60 días que ha tomado el gobierno nacional”, dice y añade: “Pareciera que esta concentración es irreversible aunque nosotros como militantes creemos que se puede revertir, para plantear un socialismo del siglo XXI como dijo el comandante Chávez y nosotros creemos que tiene que ser así”.

“Argentina es punta de lanza en este modelo de régimen agroalimentario del capital, ya no resuelve eso que era la alimentación de la humanidad. Lo que le interesa hoy es producir commodities. La disputa por la tierra y los alimentos es fundante de América Latina en los últimos 500 años”, sostiene Settembrino.

La dirigente argentina comenta esto en números a través de un estudio de Oxfam, del que se ve que son sólo 20 empresas las que más tierra tienen en Argentina. “Benetton tiene 1 millón de hectáreas y los pequeños productores en Argentina tenemos el 25% y el 90% somos arrendatarios de esa tierra”, agrega.

En línea con lo planteado por Settembrino, la Directora Ejecutiva del Instituto de Políticas Públicas en DDHH del Mercosur (IPPDH), Andressa Caldas: “Es importante recordar que la historia trágica une a América Latina y el Caribe porque eso construye los elementos para la resistencia en ese proceso de desigualdad y de pobreza”. En este sentido, manifiesta Caldas que la primera cosa es recordar que todo este proceso también se vuelve a repetir con las nuevas colonizaciones que son hechos que buscan el dominio de nuestras comunidades y de nuestros territorios a través de la violencia.

Todas las expositoras coincidieron que a partir de la lucha en las calles, en los territorios es la garantía de que los derechos se mantengan y más tarde sean políticas públicas para mejorar la vida de las personas que habitan nuestro continente.

“Los valores que atraviesan la diplomacia de los pueblos no son los del individualismo y sí lo de lo colectivo y la solidaridad”, explica Caldas.